María Galindo y Silvia Rivera Cusicanqui: ¿Existe Bolivia?

María Galindo y Silvia Rivera Cusicanqui -ver el video abajo- se encuentran por invitación de la primera a su espacio desafiante, provocador y liberador bajo una pregunta que recoge todo esto en sí misma: ¿Existe Bolivia?

Así como cuando la reacción espontánea de la ciudadanía (que existe por definición en relación con el estado) se molesta y ofende ante el derribamiento de estatuas que solidifican monumentalmente la normalidad de lo permitido, del “referente neutro” desde el que nos acostumbramos a entender el mundo para no reconocer que existe ese referente y que la normalidad se funda sobre los privilegios, deseos y beneficios de unos pocos cuyo logro esencial es infundirnos su perspectiva para que se haga nuestra y nosotrxs aún antes y sin que veamos que es ajena, así mismo y desde el mismo lugar entendemos que las estatuas son símbolos de nuestra historia e identidad y que el estado es normal, necesario, inevitable. Del mismo modo hemos aceptado que existe cada uno de nuestros países y sus fronteras y, más claramente aún que, por ejemplo, existen América, o África, cuando no hay nada más evidentemente cuestionable que esas existencias y normalidades. 

Cuando María Galindo -que prefiere la paria a la patria- invita a Silvia Rivera Cusicanqui, -quien prefiere la “Matria” como arraigo al paisaje, al territorio, al ser y hacer colectivo con la tierra y la memoria-, se juntan mujeres de una fuerza y presencia desafiante excepcional. Se juntan la palabra y el hacer y se desatan desafíos, en este caso desde Bolivia, pero de ninguna manera de Bolivia. Cuando ellas se preguntan si existe Bolivia, nos preguntan por la existencia de los países que denominamos nuestros y por lo que existe, es decir, por lo establecido. Debaten, exploran, recuerdan, desafían, nos invitan. Nos llaman a tumbar estatuas y monumentos aquí y ahora. Pero no concluimos…no se puede. Lo que hacemos es desafiarnos en colectivo a escucharlas y a seguir acá ente el espejo en esa discusión que provoca derribar estatuas en nuestros imaginarios, como también tejer y salir a actuar en consecuencia. 

Ese mal que es el estado nación. Carlos Eduardo Maldonado 2015. Desde Abajo. Texto completo en https://www.desdeabajo.info/sociedad/item/27074-ese-mal-que-es-el-estado-nacion.html

Dicen entre otras en relación con nuestra fe en el Estado María y Silvia en su intercambio que estos existen porque:

“El ansia de pertenencia se contenta con palabras”. Es hora pasada de dejar de pertenecer al estado para asumirnos en nuestro arraigo inseparable de pertenencia a paisajes y territorios (la Madre Tierra) … y claro, se preguntan por qué seguimos perteneciendo al estado y en burla, que es en serio la respuesta salta: “¡por imbéciles!”

¿Tiene sentido “gobernar (desde el estado) la nación? La administración del estado, “a cambio de migajas”, desde derechas de siempre hasta progres, no cambia nada. 

Lo realmente antagónico al estado -no es la matria como podría interpretarse, la otra cara de la moneda de la patria, pero administrada por mujeres, que no es el arraigo al paisaje como lo propone Silvia-, lo verdaderamente antagónico al estado es lo paria afirma desde su lugar compartido María. “Ser parias y asumirnos”.

Habría que empezar por acabar con el ejército.” 

Militares, gobiernos, partidos, el sistema educativo, los sistemas de salud, la justicia…son proyectos grandiosos para compensar y encubrir la ausencia de proyectos colectivos que tengan sentido. Son fuerzas centrífugas que nos destierran y desarraigan. Que nos impiden conocernos y descubrirnos. Más son las fuerzas centrífugas

Preguntaba Alina Sánchez, Legerin Ciya, nacida en la Argentina y quien se arraigó desde la revolución de las mujeres de Kurdistán: “Decíme: ¿Qué es Colombia, Argentina?¿Qué es ser colombianos, argentinos o de donde sea? ¿Una bandera?, ¿Un himno? ¿Una selección de fútbol? ¿Una tierra que por ley no es nuestra sino de unos pocos que gobiernan? En serio decíme, ¿para qué pertenecer y sentirnos tan orgullosxs de ser de un estado u otro?”

Ahí dijeron, por respeto, con respeto y desde un arraigo (raíces) intensas, profundas en el retorno a los territorios, que, en esa vuelta a casa, “Bolivia es un culo del mundo y ¡me gusta reconocerme como el culo!”

Gracias, compañeras María y Silvia por este encuentro que nos llega e involucra: un encuentro “¡De puta madre!” en el sentido maravilloso al que este grito alude. 

Así Sí. Prácticas y Saberes ¿Dónde Estamos? En tiempo Real.
Pueblos en Camino
Agosto 15 de 2021

Radio Deseo con María Galindo

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