«La Pandemia, el Estado y la normalización de la pesadilla» o La sabiduría de «pensar en la vida»
Gratitud inmensa a lxs compas Tamara San Miguel y Eduardo J. Almeida por «La Pandemia, el Estado y la normalización de la pesadilla« (Desde Abajo 2020), que acá compartimos.
Si de manera simple entendemos que la sabiduría es un equilibrio entre lo que queremos, debemos y podemos, siempre frente a la comprensión (sabia en los mismos criterios) del contexto y sus dinámicas y en la perspectiva de amar y defender la vida, como compromiso y horizonte, pues hoy, aquí y ahora, amar la vida, pensar en la vida enfrenta obstáculos enormes. En lo fundamental, señala Nana Rosalina, una mayor Maya, nos crean los problemas para que no podamos pensar en la vida. Nos los crean desde las estrategias y el poder político, económico, de terror, cultural. El problema es la pandemia, no el virus. La pandemia y el algoritmo que sirve para el triage social y el control-exterminio naturalizados. «La Pandemia, el Estado y la normalización de la pesadilla» de Tamara San Miguel y Eduardo Almeida, es un texto sabio y por ello necesario…indispensable. Cómo nos gustaría que llegara a todas partes con sus planteamientos sinceros, sencillos. Con sus reflexiones bien sustentadas y fundamentadas. La estructura que le dieron. Los conceptos que recogieron y clarifican, la síntesis que recogen en cada párrafo expresa, sin lugar a dudas, un trabajo enamorado, poético, por acompañarnos, contarnos y ante todo, ayudarnos a entender, invitarnos a hacerlo para cuidarnos.
Uno siente que el agobio de tanto que se dice en torno de la pandemia, aún desde las mejores intenciones, en contraste, nos ha metido en la trampa de desatar y deshilachar la sabiduría a fuerza de hablar y escribir desintegrando y perdiendo el sentido de lo que queremos, lo que podemos o lo que debemos, separando y avasallando como parte de la tormenta que «no nos deja pensar en la vida» y nos impone los problemas. No compite con otras palabras ni textos. Ese no es el espíritu de lo que nos regalan. Recoge, cosecha, organiza, propone y viene de la escucha comprometida y vital. Tamara y Eduardo han estado pensando, sintiendo y observando. Han querido aportar y contribuir. Se siente, sobre todo la humildad y el compromiso. No quieren ser los que saben y enseñan. No es ese el espíritu de lo que acá germina en cada frase. No son expertos en la pandemia ni quieren serlo…se trata, por el contrario de aportar a que la comprendamos desde otro lugar…el de la vida en libertad. Se siente que han pensado y conversado mucho. Que les ha habitado la presión, la angustia y la necesidad de ubicarse en un lugar, en el lugar de la vida y desde allí observar lo que pasa, lo que nos hacen y en lo que nos enredamos. Sabio este aporte porque uno al leerlo, reconoce lo que hace falta escuchar y entender, y el ánimo de ayudarnos y cuidarnos. Tamara y Eduardo, lo que dicen, como lo dicen y ordenan, sus fuentes, intención y búsqueda nos identifican y nos abrazan frente y dentro de la pandemia y el poder con una claridad y fuerza que agradecemos. Es nuestra esa palabra y para que lo sea la compartimos como semilla que necesita tierra fértil para germinar. Uno lxs lee conversando con ellxs, pero todo el foco está justamente en lo que como humanidad, como pueblos, nos desafía e importa en estos tiempos de pandemia, información, clasificación y exterminio por «nuestro» bien. En otras palabras saben que lo que importa es saber y poder vivir y por eso entender y desatar las trampas.
Compartimos el texto completo en PDF y acá, con algunos párrafos, ésta voz que necesitamos escuchar para pensar frente a la pandemia en la vida, y abrazarnos para la vida y por la vida.
Algoritmos que nutren el triage social, dispositivos de sometimiento y control, de modo que:
Aquí surge un meta-triage, es decir una clasificación sobre qué sistemas de clasificación son más importantes. Se trata de salvar vidas, pero vidas específicas y a la vez de decidir sostener el sistema económico. Este meta-triage social, estas formas de decidir los criterios para clasificar a la población para decidir sobre la vida, la muerte, y sobre todo sobre las formas de vivir, de morir o de sobrevivir tienen que ver con las intervenciones y controles reguladores de la población que caracterizan a la biopolítica (Foucault, 1991) y a esas formas de existencia social características de la necropolítica (Mbembe, 2003), condiciones de vida a las que son sometidos grandes sectores de la población que los dejan en calidad de muertos vivientes.
En este punto resulta importante desenmascarar ese nuevo discurso hipócrita, lo que requiere demostrar que la lógica del triage social no es un manejo de recursos limitados en beneficio de las mayorías sino un mecanismo de eliminación o sacrificio de población desechable en beneficio de las minorías más poderosas y señalar la responsabilidad estructural de los Estados al llevar a cabo o favorecer actos inhumanos.
Las redes de poder que se alimentan del sistema capitalista-colonial necesitan del control de la vida y de la organización y la programación de la muerte para sostenerse, necesitan establecer las condiciones de excepción para que los Estados cometan crímenes y no existan consecuencias ante esos actos.
Estos crímenes son estatalmente organizados, es decir actos legalmente señalados como criminales que son cometidos por funcionarios estatales en el desarrollo de sus funciones (Chambliss, 1989). No se les puede ver como actos aislados o individuales. Bailone (2017) identifica estos como crímenes de poder, y los distingue de los crímenes de los poderosos como aquellos que cometió un individuo que es parte de la estructura estatal… a nivel global por la implantación de un sistema que está implicando muerte y
que está basándose en desechar gente.
Hay los casos en los que la pandemia ha dado la pauta perfecta, la excusa para que el genocidio se disfrace y la causa de la muerte sea atribuida a hechos naturales, como parecen indicar con mayor claridad los casos de Brasil y Colombia. Para esto, los Estados cometen actos injustos y en muchos casos inhumanos…
Gracias Tamara y Eduardo…ahora es nuestra palabra para caminar
¡Así Sí! Prácticas y Saberes. Pueblos en Camino
pandemia-Tamara-y-Xilolo