Principio político-electoral: Servirnos de las causas, no servirlas
No estoy en campaña. Lo electoral es importante en tanto herramienta para las luchas y movilizaciones sociales y populares desde donde vendrá cualquier transformación. No será desde unos cargos que cambie la realidad y el modelo, pero mejor que esté en esos cargos la vocería y el mandato de los pueblos.
Principio político-electoral: Servirnos de las causas, no servirlas
(Carta abierta al Colectivo Polo Mosca)1
“En un momento en que los políticos, en
quienes los adversarios del fascismo habían puesto su
esperanza, yacen por tierra y refuerzan su derrota con
la traición a su propia causa, esta reflexión se
propone desatar al que vive en el mundo de la política
de las redes en que ellos lo han envuelto. Ella parte
de la consideración de que la fe ciega de esos
políticos en el progreso, la confianza en su “base de
masas” y, por último, su servil inserción en un aparato
incontrolable no han sido más que tres aspectos de la
misma cosa. Es una reflexión que procura dar una idea
respecto de lo caro que le cuesta a nuestro pensamiento
habitual una representación de la historia que evite
toda complicidad con aquella a la que esos políticos
siguen aferrados.”
Walter Benjamin
Tesis sobre la Filosofía de la Historia.2
Me voy a desahogar y a hacer planteamientos firmes, aunque tal vez, la respuesta pueda y vaya a ser esa táctica de silencio que censura y rechaza como ya es tradición ante lo que incomoda a ciertas líneas y tendencias….
Polo Mosca no es, que yo sepa, un espacio de la UP-PC ni de la Marcha Patriótica, así como aún llamándose Polo Mosca, no lo es del PDA según quedó claro una vez que se presentaron profundas contradicciones que el foro debatió. Valga la oportunidad para que esto sea expuesto y reiterado, si así les parece.
Para mí, Polo Mosca responde a una posición fundamental (Mamotreto3), como una especie de plataforma convertida en principio de encuentro y de debate y a unas líneas generales que nos acercan desde posiciones de izquierda, de y desde los pueblos y claramente contra el capital y sus actores e intereses. Lo demás es, a partir de allí, debate y respeto a diferencias. Respeto que impone eso, debate, manifestación abierta de diferencias y claridad sobre disensos. La riqueza del espacio nos ha permitido precisamente eso, no estar de acuerdo. En el camino, esto implica, ojalá, aprender a superar los viejos y arraigados vicios y manipulaciones de las izquierdas, que son y han sido tan partidos tradicionales como los demás que han controlado el poder en Colombia. No es posible superar estos vicios con asumir el deseo o el compromiso de hacerlo, pero si a algo nos convoca la vida y obra de Fernando Garavito, el amigo, el crítico, el escritor, el compañero, es a eso, a la transparencia, a ponernos espejos para romper con prácticas establecidas que son vicios.
No digo esto para pontificar sino porque si toda esta situación4 nos permite señalar y reconocer algunos de estos vicios para tal vez, superarlos, bienvenida sea!! Encontrarse en corrillos, los de una tendencia o partido, para maniobrar y cerrarle el paso o censurar (por la vía que sea) a otros, sería un vicio de estos muy establecido. Decidir desde un grupo, partido o tendencia: «cómo manejar y tratar al compañero… (Rozental, por ejemplo)», sería otro. Así hay muchos más ejemplos que todas y todos acá conocemos.
Lo que se ha mencionado y señalado, apunta a que se hagan explícitas estas maniobras. Ello no niega ni pretende impedir posiciones de partido o colectivas. Pero que sean explícitas en Polo Mosca. Que no se aísle, margine, manipule a un compañero o compañera por debajo y a la sombra. O que, si parece que fuera así y no lo es, se expongan los hechos y se restablezca la confianza. Un vicio de la izquierda es señalar los vicios y sectarismos de los otros, pero no reconocer los propios. Esto incluye las maniobras en curso para promover nuestros candidatos y la consecuente crisis que se ha generado.
Precisamente, Polo Mosca surge en su momento como un ejemplo de la forma en que se pueden superar con transparencia y sinceridad oportunismos y manipulaciones. Fernando Garavito es apoyado por las más diversas tendencias, algunas de las cuales optan por no apoyar candidaturas que venían explorando, superando diferencias arraigadas, en torno de una plataforma cuya vocería asumió Fernando Garavito. Semejante ejemplo de tejido colectivo, disensos y consensos, respeto a las diferencias y la capacidad de poner por encima de tendencias un interés colectivo, giró en torno a Fernando, así como en su momento lo hizo en torno de Carlos Gaviria. Yo mismo doy fe de la actitud coherente y sincera del MOIR a quienes les plantee, sin ser militante de este partido, la iniciativa de Polo Mosca y la oportunidad de sumarse a este esfuerzo en torno del mamotreto en construcción colectiva y de Fernando Garavito como vocero y candidato, lo que apoyaron abiertamente. Evidentemente, personas vinculadas al PC, ya venían impulsando y liderando esta misma iniciativa en torno a Fernando. Se superaron oportunismos y se pudo tejer desde tendencias diversas en torno de una agenda y quien se asumió como vocero de un mandato colectivo supra e ínter partidista.
La rapiña electoral, sacrifica agendas que nos deben identificar, lo ha hecho ya, a la necesidad pragmática de enfrentar al Santismo-Uribismo. Yo considero esto un error. El mismo error que llevó al PDA a las debacles Petro y Moreno por no citar otras. Las agendas y posiciones no se supeditan a ganar!! Esa es mi posición y la mantengo. Sacrificada la plataforma, la posición, gana siempre el poder establecido. Somos nuestra posición. Lo demás, son herramientas, instrumentos. Los partidos, los candidatos y quienes resulten electos a cargos, obedecen y representan esas posiciones o agendas o no son nosotras ni nosotros. En este sentido, el contexto actual que incluye la ruptura PDA-PC. El reiterado distanciamiento PC-MOIR. El acercamiento y la unidad PC-UP, Marcha Patriótica, un líder indígena, el reconocido líder de las Dignidades con los Verdes en una Alianza Verde! que implica por principio el sacrificio o por lo menos la confusión de propósitos y sentidos frente al modelo y al capital, entre otros hechos propios de la dinámica electoral, ponen de manifiesto un hecho (eso sin hablar de las carreras presidenciales múltiples y paralelas), ya importa menos el debate y la definición de plataformas y posturas no-negociables en torno de las cuales nos representen candidatos y partidos. Esto que digo resulta hasta pueril y absurdo, aunque debería ser al contrario. Lo que importa es, a nombre de una unidad que sacrifica principios y transforma en discurso lo que son motivos de lucha que son vida o muerte para la mayoría, para entrar en coaliciones y alianzas o salir de ellas y acceder a posiciones electorales. Es esto lo que nos llega en esta crisis y debate. Esto es lo de fondo y recurrente.
Debería avergonzarnos seguir siendo incapaces de supeditar lo organizativo institucional y electoral a agendas respetadas y plenas de compromiso. O las volvemos juramento a la bandera y discurso, o las sacrificamos en aras de nuestros compromisos partidistas. Son dos maneras de sacrificar el sentido y la razón de ser: una usando lo que cree y por lo que lucha la gente para que nos elijan y otra ignorarlo para lo mismo, pero siempre en la disposición de servirnos de las causas para no servirlas. Por eso, desde dentro, la izquierda se ha hundido en el descrédito y las luchas intestinas y ha sumido a los pueblos y procesos en la decepción. El mismo vicio que ha llevado a dirigentes populares e indígenas a sacrificar las luchas de las que vienen para encumbrarse en un cargo a nombre de estas y abandonarlas en aras de su vanidad y codicia.
Sabiduría, claridad ética, posición clara, verdad y capacidad de cambiar y de siempre responder, hasta dar la vida si fuera necesario, a la lucha por la soberanía, la democracia real, la justicia y el bienestar colectivo, es lo que nos sigue reclamando Colombia y el despojo al que está condenada. Ante los hechos que nos llevan a esta discusión y retomando lo que por su sola presencia nos reclamó Fernando Garavito, ¿somos capaces de hacer esto? ¿De aprender a hacerlo a partir de nuestros errores y exigencias mutuas?
Todos los partidos tradicionales de izquierda (y los movimientos indígenas y populares que entran a las contiendas electorales), incluido el PDA, han fallado en esto y han fallado en reconocerlo y aprender. Así, estoy convencido, contribuyen de manera directa a fortalecer y legitimar el régimen. Lo que impide la unidad no es que no hagamos una sola alianza de todos los que no seamos la derecha tradicional, sino que no abramos el debate de disensos para que aún los partidos se supediten a plataformas compartidas respetando diferencias, cuando esto sea posible. O que quede claro, que le quede claro a la gente, cuales son las diferencias de fondo, para que las posiciones sean reconocidas y reconocibles. Para que la gente no crea que está votando por la izquierda, por la lucha popular, por la agenda colectiva cuando, en realidad, estas han sido supeditadas a los pragmatismos electorales. Para que uno sepa por qué agenda vota, ya que eso, el sentido de la lucha, la agenda, es lo que se encargan de encubrir y disfrazar como práctica normal y establecida quienes quieren ser elegidos. Es preferible que no haya unidad a que se aparente que la hay para ganar, para robar a la gente, para engañarla. Que nos unan los propósitos, los mamotretos, los mínimos no negociables que le debemos a Colombia para que lo electoral sea un instrumento, una vocería una obediencia a mandatos colectivos. Nunca los pueblos delegan el poder a los candidatos, lo que hacen es asignarles la responsabilidad de una representación. La representación planteada en los contenidos y el sentido de las luchas colectivas. Este mínimo deber ser es una excepción que termina perdida dentro de la regla de la maniobra y el engaño pragmáticos.
Este contenido no ha precedido, para convertirse en criterio de selección y mandato de y para candidatas y candidatos. Mientras esto no se de, lo que haremos será caer en las manipulaciones, maniobras, alianzas y el reiterado sacrificio de las luchas para beneficio de algunos y así, en últimas, del régimen. Así somos ellas y ellos, no nosotras y nosotros.
No estoy en campaña. Lo electoral es importante en tanto herramienta para las luchas y movilizaciones sociales y populares desde donde vendrá cualquier transformación. No será desde unos cargos que cambie la realidad y el modelo, pero mejor que esté en esos cargos la vocería y el mandato de los pueblos.
Señalo sin profundizar, el oportunismo de quienes se aprovechan de coyunturas para derramar Ríos de Tinta en “análisis” cuyo propósito es centrar la atención en ellos. Hablar antes y más que los demás. No para recoger una posición colectiva o contribuir al debate de donde surja sino, para presentarla como fórmula, prudente y ecuánime, para hacerse indispensables y visibles e irse haciendo necesarios en los juegos electorales. Esto, recurrente, reaparece desde “la izquierda” en torno de la destitución de Gustavo Petro.
Ahora, pregunto entonces como parte del colectivo Polo Mosca, así como lo hago en lo personal: Ante el desastre de esta rapiña que va a reelegir a Santos a la vez que permitirle a Petro aprovechar su injusta destitución desde el fascismo convertirse en el dirigente que nunca ha sido de las luchas populares -si es que no le da más poder a Uribe- todo bajo el marco del despojo del modelo del Libre Comercio; me pregunto repito, ¿podemos por lo menos reconocer y superar vicios, así duela y cueste y supeditar maquinarias y estructuras a agendas que nos acercan desde lugares y posiciones diversas? ¿Podemos, en consecuencia, respetar y escuchar voces diversas y posiciones distintas en lugar de disolverlas a nombre de una falsa unidad instrumental que manipula y refuerza el régimen del engaño y del despojo?
Hasta acá la evidencia responde con un rotundo NO!! Ya tarde, pero va a tener que ser. Los Paros Agrarios y la Minga antes de convertirse en candidaturas personales, nos mostraron que de abajo viene creciendo este camino que le hace Minga a agendas que son de los pueblos, se respetan y no se usurpan y punto!! Hacerse respetar como principio no negociable, no dejarse engañar, no venderse, no dejarse manosear ni manosear por un cargo, no son absurdos de soñadores e ilusos, sino imperativos de pueblos dignos que le dicen Basta! al sistema que se sirve de ellos y a sus agentes y actúan en consecuencia. Decisión que hasta ahora se sacrifica cada vez que hay que calcular para ganar.
Emmanuel Rozental
Polo Mosca
Enero 10 de 2014.
1 Hago públicas estas reflexiones que han recibido un solo comentario hasta hoy, por cuanto considero que el tema que las inspira y la posición que plantean merecen ser abiertos.
2 Tesis X. Fragmento.
3 El Mamotreto, fue el nombre que Fernando Garavito le dio al documento final aprobado por consenso y generado a partir de aportes de quienes conformamos Polo Mosca. Fue, para llamarlo de alguna manera, la agenda común y nuestra posición colectiva.
4 “Esta Situación” hace referencia a un conflicto particular que se dio entre miembros de Polo Mosca en torno al apoyo, a nombre de Polo Mosca, de una candidatura particular de Colombianos en el Exterior. El conflicto se debió precisamente a que se presentara esta candidatura a nombre del colectivo sin que esto hubiera sido discutido. Como es evidente, se trata de ir más allá de este hecho particular para proponer el debate sobre asuntos de fondo.