La revolución que viene

Roland Denis sabe, conoce directamente, lo habita y arrasa sin descanso, la riqueza inconmensurable de Venezuela. Afortunadamente no es el único que la conoce, justamente porque es colectiva, o mejor, solamente lo es cuando se hace colectiva y por esa vocación de hacerse común, pueblo, es más rica aún.  Roland Denis conoce esta riqueza en términos contables, concretos. En valor de uso, en respaldo monetario no especulativo, en producción e intercambio, en libertad. La ha descrito, estudiado, vivido, compartido y exigido muchas veces y de formas diversas. Lo sigue haciendo. Creemos no equivocarnos si decimos que Roland Denis (como tantas y tantos otros de ese bravo pueblo) viven atormentadxs y arrasadxs por esa riqueza maravillosa. Una de las veces que la nombró, lo hizo así:
«Estas notas comenzaron a escribirse un día cualquiera en que se me ocurrió hacer una “Carta Pública a las Comunidades Luchadoras” y presentarla en una reunión de asambleas parroquiales que venía pautándose a principios del nuevo milenio. La finalidad de ese escrito era recordar a un sin fin de luchadores populares el rol fundamental que ellos mismos habían tenido en la larga década de los noventa, desde que reventó el 27. F. hasta la llegada de Hugo Chávez al poder. Era una carta dirigida al desembrujo, a que dejemos tanto colaboracionismo con las prácticas burocráticas y nos avoquemos de una vez por todas a levantar con orgullo y con total autonomía la maravillosa utopía que nos llevó a comprometernos en esta gesta inolvidable. »
Es la introducción de un libro suyo, que tituló «Los fabricantes de la rebelión«. Pues aquí y ahora, bajo el título «La revolución que viene«, Roland se dirige de nuevo de manera pública a las «Comunidades Luchadoras» y las convoca a detener a través de un mecanismo monetario, de inmediato, el desfalco, la usura, la destrucción del «país más rico del mundo«. Una moneda que por fin y de una vez por todas, se encuentre respaldada únicamente por el «encadenamiento de iniciativas monetarias del movimiento popular» de modo que en torno del producto del trabajo concreto reapropiado por productoras y productores de un pueblo en movimiento, respondiendo ahora y desde ahora en adelante a sus necesidades y deseos, le den a la economía otro sentido, distinto al del capitalismo creándole un piso productivo, reapropiándose directamente desde abajo y con la tierra de «todos sus canales de ejecución, proyección, investigación, circulación, producción de mercadoLa riqueza de Venezuela es un pueblo capaz de una rebeldía incontenible. Rebeldía que es simultáneamente estallido y horizonte. El «Bravo Pueblo«, insurgiendo, ha sido capaz de levantarse espontáneamente y de habitar el mundo al que aspira y tiene derecho, en su propia tierra y memoria. Eso es lo que le están robando. Esa, su mayor riqueza. La capacidad e infinita sabiduría y fuerza de su rebeldía. Eso, unos y otros embrujándolos, lo transforman en rentismo, palabras vacías, especulación, robo, impotencia, guerra, imposibilidad y desesperanza. En este mismo contexto en el que para comprar cualquier cosa, si es que se consigue, hay que entregar manotadas de dinero de una moneda que nada vale, en el que se propone otra moneda, el petro, que es más de lo mismo porque sigue robándose bienes y esfuerzos para transformarlos en medios y mediaciones, en este mismo momento en el que los EEUU y sus siervos montan el aparato de guerra total contra Venezuela y desde esta al Continente, Roland señala concretamente cómo todo este contexto de calamidad planificada, de masacre y desangre desde la economía por unos y otros y todos quienes no son pueblo y lo niegan, es el ámbito de «La revolución que viene» y su camino concreto y en construcción. ¿Absurdo? ¿Imposible? Basta con leerlo en serio para saber que lo absurdo e imposible es lo que han estado haciendo y al abismo al que todo esto conduce. ¿Que ya no hay tiempo? Señala Roland: el tiempo no se vence, como decía Oscar Wilde, simplemente avanza en su desobediencia al estancamiento de la historia. La revolución viene, debe venir, para Nuestramérica también, de la mano de nuestra riqueza en manos de la rebeldía insurrecta. Así Sí. Prácticas y Saberes. Pueblos en Camino y La Guarura

La revolución que viene

En el día de hoy aparece la posibilidad del encadenamiento de iniciativas monetarias del movimiento popular que le darían un vuelco total a la usura monetaria que se ha venido presentando en este país a partir del juego de sobre-evaluación y devaluación combinadas de donde sólo la economía de especulación financiera y la corrupcion acompañada se ha beneficiado hasta el delirio y de la cual han sacado provecho todos los grandes nudos de monopolización monetaria del mundo principalmente norteamericanos y europeos. Al dejar la economía sin piso productivo y deliberadamente destruyendo todos sus canales de ejecución, proyección, investigación, circulación, producción de mercado, podemos decir que hemos estado ante un saqueo planificado desde hace no menos de quince años que ha succionado por completo la riqueza nacional y desmembrado toda la clase trabajadora.

Estamos ante la posibilidad de recoger pedazos de una revolución perdida pero que guardan el milagro de algún nivel de producción y organización de cierta autonomía material y algún nivel de independencia frente a la administración de estado de la organización de base que pueden desde su riqueza material y cognitiva reinventar el principal agente de circularidad de la riqueza que es la moneda. Monedas paralelas a la barbarie capitalista del ciclo saqueador del bolívar con sustento propio de valor y circularidad autónoma, destruyendo así el principal agente de la explotación capitalista en nuestro país que es la monopolización de la divisa y la depreciación forzada del trabajo por vía de la devaluación y la inflación calculada. La moneda minera y las monedas comunales se pueden convertir en el paso central estratégico del movimiento revolucionario, punto de partida para la autonomización y autogestión de una economía altamente socializada en alianza con los pequeños productores y los restos de la mediana industria sin necesidad de hacerse equivalente a ningún valor impuesto por el estado mafioso que se ha creado sino la creación de riqueza directa de nuestros propios trabajadores.

Tenemos de hecho la matriz creada para generar un rápido proceso de producción de reservas monetarias auto gestionadas por el movimiento minero más consciente, la formación de la moneda minera equivalente a cada unidad de moneda a un punto de oro o décima de gramo. No se trata de estar formando nuevos fetiches monetarios como esto del «petro» que para lo único que parecen funcionar es para el fraude financiero y el lavado de divisas. Se trata de romper los monopolios monetarios que ahora se han transformado en dinero efectivo por equivalentes producto del mismo trabajo obrero o campesino y manejados directamente por la clase trabajadora. Una base de cien kilos de oro aportados a un gramo ínterdiario por cada unidad minera de producción garantizaría esto y mucho más en menos de tres meses.

Lo que hemos vivido en este país desde el famoso viernes negro para acá es el acaparamiento monetario multiplicado a estas alturas a cientos de miles de millones de dólares ya fugados del país por una combinación entre una economía rentista y una alianza cerrada entre los poderes oligárquico banquero y político militar: cada quien en su zona de explotación y opresión. El asunto ha ido tan lejos que nos convirtió en el país de más alta inflación del mundo con los peores salarios. Menos de setenta centavos diarios a equivalente dicom, por debajo del sur este asiático y las zonas empobrecidas de la India.

No hay absolutamente ninguna vuelta de equivalente por moneda nacional posible que no sea la apropiación del equivalente valor-trabajo en moneda directamente por la clase trabajadora. El resto es terminar las ventas del territorio más rico del mundo en tierras y subsuelo al capital vampiro ya sea euro asiático u occidental norteamericano. Que son las operaciones que preparan ya sea el candidato Henry Falcon con la dolarizacion o Maduro con él petro y las leyes de economía mixta y privada que preparan y aprueban desde la llamada asamblea constituyente.

Obviamente la completa captación del liderazgo de base en las clases medias y populares por los factores políticos del sistema ya sea del chavismo o la oposición hace cuesta arriba un nivel de conciencia que permita entender la importancia de la apropiación por parte del trabajo social de los equivalentes de riqueza producida y sus respectivas monedas. Pero el tiempo no se vence, como decía Oscar Wilde, simplemente avanza en su desobediencia al estancamiento de la historia.

«Una nueva plataforma de equivalencia monetaria»

 

 

Es vital que la clase trabajadora aproveche este momento de quiebra absoluta del estado para sustituirlo tanto en fuerza como en poder constitutivo de una nueva plataforma de equivalencia monetaria que fuera de su fetichismo cuando se transforma en dinero-mercancía en manos del capital puede convertirse en la base para importantes emprendimientos de sujetos colectivos que manejan su moneda respaldada por su trabajo ya sea en metales escasos, hidrocarburos, alimentos, y los primeros productos industriales que la misma clase trabajadora podría ir creando a partir de los fondos monetarios convertidos en finanzas para créditos de proyectos alimentarios, agro mineros, energéticos- si de producción de energías limpias hablamos- y medicinales solo para comenzar.

Las miseria calculada y el plan de definitivo de desfalco de este territorio de Nuestra América y su lamentable estado que ya está tomado por una dinámica completamente mafiosa desde sus fronteras hasta el centro, a la final no tiene la capacidad para opacar la fuerza cognitiva y rebelde que se acumuló aquí a principios y mediados de los años 2000. No es sólo la miseria y la hambruna junto al chantaje gringo y el acechamiento de tropas y movimientos de estrangulamiento lo que que avanza. También ha de avanzar la disposición insurgente que ya no es sólo la rebelión de calle y la confrontación, sino la constitución progresiva de campos materiales de liberación como el que estamos planteando relativo a la liberación de los equivalentes monetarios hoy en día en manos de un detestable orden de mafias que desbordan el espacio nacional. Por supuesto todo esto exige niveles de apropiación de fuerzas productivas: tierras, subsuelos, instrumentos logísticos y técnicos de producción que pondrían en marcha la bulla revolucionaria y libertaria que se voló entre la corrupcion la mentira y la muerte o cárcel de centenares de compañerxs. Es la voluntad que regresa a su punto de origen emancipatorio y no el placer regresivo de la lujuria y el resentimiento del pobre enriquecido…..estamos en la pelea.

Roland Denis
Compartido por La Guarura
Abril 29 de 2018
Pueblos en Camino y La Guarura

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