Fracking: EE.UU. y la fiebre de esquisto en América Latina

En 2010, el Departamento de Estado lanzó una Iniciativa Global de Gas de Esquisto (GSGI, por sus siglas en inglés, ahora conocido como Programa de Compromiso Técnico de Gas no Convencional, Ugtep) enfocada en una de las técnicas más prometedoras y controversiales de los últimos tiempos: la fracturación hidráulica o fracking. Se trata de una apuesta a través de la cual Washington invita a varios países del mundo -entre ellos algunos de la región como Brasil, Chile, México y Colombia- a discutir los beneficios y los riesgos de esta técnica que, según sus proponentes, está cambiando el mercado energético y, según sus detractores, está dejando una estela de daños ambientales.

 
La fracturación hidráulica ha sido prohibida en el propio suelo estadounidense, en el estado de Nueva York, y es objeto de debate dentro y fuera de la nación norteamericana.
 
Fuentes del gobierno estadounidense aseguraron que el objetivo es compartir, con países donde hay un alto potencial de exploración, la información que ha permitido a Estados Unidos convertirse en el país líder en el uso de esta técnica.
Pero otras voces afirman que Washington tiene un interés nacional claro al promover el fracking en la región, por ejemplo para reducir la dependencia energética que algunos países latinoamericanos tienen con Venezuela.
 
Robert F. Cekuta tiene profundo conocimiento sobre la iniciativa que busca vincular a Estados Unidos con América Latina en el marco del nuevo panorama energético creado por el fracking.
 
En su oficina en Washington, Cekuta, subsecretario adjunto de la Oficina de Recursos Energéticos del Departamento de Estado, insistió en que el proyecto no busca promover la tecnología sino fomentar una conversación global sobre esta. Para él, dijo, esa es una diferencia fundamental.
 
Según el funcionario, la idea fue establecer un sistema para que un país interesado en recurrir al gas no convencional encuentre una plataforma en la que Estados Unidos comparte su información y su experiencia. A su vez, Washington busca entender cómo se está desarrollando el tema en otros lugares.
 
Según pronósticos de la Administración de Información Energética (EIA) de Estados Unidos, la producción de gas natural del país se incrementará en 44% entre 2011 y 2040.
 
Casi todo ese incremento se debe al crecimiento proyectado de la producción de gas de esquisto, que se duplicará entre 2011 y 2040.
 
Aunque estos datos son prometedores, la EIA dice que hay incertidumbres considerables por el tamaño y la productividad a largo plazo de este recurso.
 
También asegura que hay potenciales preocupaciones ambientales por la cantidad de agua que se necesita para el fracking, por la posible contaminación de las áreas de producción y por las aguas residuales.
Fuente: Administración de Información Energética de EE.UU.
 
En repetidas ocasiones y por diferentes medios, BBC Mundo le inquirió al Departamento de Estado qué países latinoamericanos han participado en la iniciativa global y cuáles han sido los resultados concretos, pero no obtuvo más que una respuesta general.
 

 
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