Para encubrir la masacre que planearon, el gobernador y los militares MIENTEN! y señalan como mentirosas a sus víctimas

Si en algún lugar de Colombia y del mundo ha quedado claro y firmemente establecido que ejército, paramilitares y masacres contra comunidades indefensas y dignas son un hecho es en San José de Apartadó. Los comandantes paramilitares con el ejército, desde la gobernación de Álvaro Uribe Vélez en Antioquia coordinaban abiertamente el terror que mientras tanto negaban acusando de terroristas a las víctimas. Ahora, 5 paramilitares entraron a cometer una masacre en la Comunidad de Paz. La Comunidad lo impidió. Ahora, de nuevo debemos compartir la constancia que envía la Comunidad de Paz de San José de Apartadó y lo seguiremos haciendo según se requiera para confrontar la mentira y el terror de estado desde la palabra y acción digna de quienes «hacen su parte» y nos convocan a hacer la nuestra. Ahora señalan en una nueva constancia, titulada los «Caminos trillados del encubrimiento oficial» que el gobernador de Antioquia (des)informado por los oficiales del ejército (mandos de los paramilitares) denuncia como mentirosos a quienes enfrentaron el ataque paramilitar, capturaron a dos de ellos, resultando heridos y pusieron en huída a 3 más. Ahora resulta que los asesinos de oficio y bajo ordenes, confesos, no eran tales porque el General que los mandó y el gobernador del estado al que sirven ordenó que los matones bajo órdenes no lo sean. No es la primera vez que el poder tiránico ordena una verdad oficial para encubrir y cometer un delito. Cometerlo, sí, porque en el mismo discurso dice el gobernante sin vergüenza, que les puede pasar lo del pastorcito mentiroso, es decir que ¡cuando los maten ya nadie les va a creer! Entendido General, entendido Presidente Santos y gobernador mentiroso. Lo que de verdad ustedes están diciendo es que ¡los asesinos para militares capturados en flagrancia y confesos por orden superior no lo son porque esos o los otros que van a cumplir con la masacre que estos no pudieron cometer, sí serán los que la cometan! Asco da este gobierno Nobel de la paz. Asco sus funcionarios, su ejército de asesinos que hace aparecer y desaparecer paramilitares para acabar a tiros y mentiras con la dignidad. Pues los mentirosos están dando las ordenes, el gobernador es una vergüenza sin vergüenza y los militares están ocupando a sangre, terror y mentiras, para las transnacionales y el capital a Colombia y quieren, necesitan acabar con quienes defienden la vida y el territorio y los derrotan con la verdad y la dignidad. La Comunidad de Paz de San José de Apartadó no miente. Mienten quienes ordenan la masacre. Cada constancia tendrá eco y nos convoca. ¡Así No! Pueblos en Camino. 

Caminos trillados de encubrimiento oficial

¿Pastorcito mentiroso? Asesinos al más alto nivel. Trillado camino de engaños y muerte.

Nuevamente nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó tiene que recurrir al país y al mundo para dejar constancia de nuevos hechos de agresión y ofensa que nos llenan de perplejidad e indignación.

En el día de ayer, martes 2 de enero de 2018, pudimos escuchar apartes de una conferencia de prensa del Gobernador de Antioquia, Señor LUIS PÉREZ GUTIÉRREZ, quien se refirió a los hechos trágicos que nuestra Comunidad vivió en los últimos días cuando cinco paramilitares, luego de infinidad de amenazas de exterminar nuestra Comunidad de Paz, incursionaron en nuestro asentamiento central de San Josesito el pasado 29 de diciembre con la intención de asesinar a nuestro representante legal y a otros líderes de la Comunidad, siendo dos de los paramilitares desarmados e inmovilizados por miembros de nuestra Comunidad y entregados a un delegado del alto gobierno.

El Gobernador de Antioquia afirma que el hecho se analizó en un Consejo de Seguridad que recibió informes de la policía y del ejército y que “ayer ya se aclaró el tema: no eran ningunos paramilitares, eran un par de muchachos, donde uno de ellos era el mismo peluquero de esa comunidad, que se pusieron capucha para atracar una salsamentaría o granero; la comunidad los retuvo por un tiempo relativamente largo, y cuando pudo intervenir el gobierno se detectó que eran dos muchachos de la misma comunidad que habían tratado de atracar una tienda

Álvaro Uribe Vélez y el actual gobernador Luis Pérez Gutiérrez.

El Gobernador concluye que nuestra Comunidad es mentirosa y la exhorta a que no produzca informes inflados, pues le advierte que: “puede llegar el momento que pase lo que le pasaba al pastorcito mentiroso, que de tanto hacer menciones sin fundamento, cuando verdaderamente necesita la participación del Estado, ya, pues, no había forma”.

Nos deja perplejos esta fábula, a no dudarlo, malintencionada. Para todos los que vivimos ese trágico episodio y pudimos contemplar a los paramilitares durante 24 horas e incluso hablar con ellos mientras estaban inmovilizados; para quienes nos acompañaron y cuidaron de los heridos y contemplaron el arma que les fue incautada y los proyectiles que había en su proveedor; para quienes hemos sufrido sus amenazas persistentes desde hace meses y años y concluíamos que se trataba de unas muertes anunciadas que nuestra reacción solidaria y súbita logró impedir, el relato del Gobernador resulta no sólo ofensivo sino extremadamente perverso. Afirmar que los paramilitares eran muchachos de nuestra Comunidad que se pusieron capuchas para atracar una tienda de su propio asentamiento, es algo que parece una broma de mal gusto pero que revela trasfondos de maldad y cinismo que no creíamos posibles en un mandatario de ese nivel. Contrastada con los hechos reales, presenciados incluso por cerca de una decena de acompañantes internacionales que fueron testigos de diversos momentos de la tragedia, la versión del Gobernador se percibe como la de un bufón vulgar que pretende encubrir hondas complicidades con los victimarios mediante el recurrido mecanismo de la trivialización de los relatos, acercándolos a lo grotesco, para que las masas consumidoras de sus “informaciones” desvíen cualquier posible mirada solidaria hacia las víctimas , degradándolas como generadoras engañadas de sus propios victimarios, en episodios que provocan risa en los bajos mundos de la vulgaridad que disfruta de la violencia cuando está articulada con trampas y jugadas de astucia.

Y el Gobernador remacha su versión grotesca y perversa calificando a nuestra Comunidad como MENTIROSA. Lo hace recurriendo a una fábula universal: la del “pastorcito mentiroso” que lanzó muchas veces alarmas falsas de que el lobo venía a atacar su rebaño y logró así la solidaridad de mucha gente, pero cuando de verdad llegó el lobo, ya la gente no le creyó. Cualquiera percibe la perversidad enorme que esta alusión encierra, como medio para estigmatizar y degradas mediáticamente a nuestra Comunidad.

En realidad, la re-victimización que nos hace el Gobernador no nos sorprende. Encuadra perfectamente en la política que han seguido los gobiernos frente a nuestra tragedia durante los 20 años transcurridos. Todas nuestras denuncias han sido calificadas como “mentirosas”. El Ministerio de Defensa, al cual los presidentes, ministros y altos funcionarios les remiten nuestras constancias, invariablemente responde que “los hechos no han ocurrido”; que “en la zona no había tropas” y que “grupos paramilitares no existen”. Desde nuestro primer año de existencia, el ex general Rito Alejo del Río les respondía a las delegaciones internacionales que comprobaban los retenes paramilitares en la vía de Apartadó a San José, que los paramilitares no existían, aunque los internacionales le contaran que los habían visto y fotografiado y discutido con ellos. Tal estrategia negacionista se ha mantenido en estos 20 años invariable. Para el Alto Gobierno, la “verdad” es la respuesta falsa que se inventan los victimarios y jamás el relato doloroso de las víctimas.

Varias Cortes internacionales y todos los grupos solidarios con nosotros en el país y el mundo, conocen de sobre esta estrategia que se arraiga en los más oscuros subterráneos del poder.

Con inmenso dolor de patria,

 

Comunidad de Paz de San José de Apartadó
Enero 3 de 2018

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