Javier Oteca: la vida por la tierra en libertad antes de que sea demasiado tarde

El 22 de marzo a la 1:40 de la tarde fue asesinado Javier Oteca en el ingenio azucarero Incauca, mientras se encontraba haciendo control territorial en la finca Miraflores de Corinto Cauca. Hoy 25 de marzo será sembrado en el vientre de Uma Kiwe (Madre Tierra) en la vereda Santa Elena, Corinto. Javier murió a manos de hombres a sueldo del grupo Económico de Carlos Ardila Lülle, dueño del ingenio, propiedad de uno de los individuos más ricos y poderosos de Colombia, quien sigue empleando todo su poder para difamar, señalar y calumniar a las y los liberadores de la Madre Tierra, que se cansaron de las amarras que este grupo económico le ha impuesto a Uma Kiwe con el monocultivo de la caña de azúcar. Es triple la muerte que pretende darle el poder transnacional. La primera al asesinarlo de un disparo cobarde, la segunda, difamando, distorsionando y mintiendo para convertir la víctima en victimario en colusión con las fuerzas del estado colombiano y la tercera al encubrir, negar e impedir que se conozca la justicia de la lucha por la libertad de la Madre Tierra. Nos duele que mientras se habla de paz están asesinando a las y los liberadores de la Madre Tierra del Abya Yala. Mientras las comunidades en el norte del Cauca siembran maíz, frijol, plátano, yuca, en medio de las grandes hectáreas de caña, con el sueño de volver a recuperar la alegría de nuestra madre, hoy lloramos la sangre derramada del compañero Javier Oteca, en medio del monocultivo que mata la vida. Monocultivo que no sólo ocupa las tierras por liberar sino también el territorio de los espíritus y de las almas de quienes aún ante el despojo y la muerte expresan su racismo contra las y los indígenas Nasa que luchan, viven y mueren como Javier por la libertad de todas y todos. Nos pronunciamos también para que liberen el territorio de sus imaginarios del racismo y del odio que los encierra y que los mantiene como siervos al servicio de quienes nos despojan, asesinan y explotan.
Cuando la muerte que destruye a Uma Kiwe llegue por nosotras y nosotros, cuando todos los alimentos que queden y todas las aguas que perduren y todo el aire estén envenenados, será demasiado tarde y entonces, en nuestra agonía, recordaremos a Javier Oteca y con él a las y los liberadores de la Madre Tierra y sabremos con amargura y sin futuro que a esa muerte arrodillada frente a la codicia llegamos porque los dejamos solos.
Así No! Pueblos en Camino

JAVIER OTECA: LA VIDA POR LA TIERRA EN LIBERTAD ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE

El 22 de marzo a la 1:40 de la tarde fue asesinado Javier Oteca por el ingenio azucarero Incauca, mientras se encontraba haciendo control territorial en la finca Miraflores de Corinto Cauca. Hoy 25 de marzo será sembrado en el vientre de Uma Kiwe (Madre Tierra) en la vereda Santa Elena, Corinto. La comunidad en pleno ejercicio de autonomía y en busca de la verdad, retuvo a 6 trabajadores del ingenio que se encontraban en el lugar de los hechos y cumpliendo con el ejercicio de la Jurisdicción Especial Indígena, los tomó en custodia para proteger la integridad de cada uno de ellos. Al día siguiente, el Cabildo Indígena de Corinto, realizó una Audiencia Pública en la plaza central de Corinto, con participación de las comunidades del norte del Cauca y de las autoridades indígenas y no indígenas para denunciar el asesinato de Javier Oteca y para entregar a los 6 detenidos a las instancias de derechos humanos correspondientes. En el momento de entregar a los trabajadores del ingenio Incauca, un grupo de familiares impidieron la continuidad de la Audiencia Pública, mientras el grupo Económico de Carlos Ardila Lülle, dueño del ingenio donde fue asesinado Javier Oteca y uno de los hombres más ricos y poderosos de Colombia, sigue empleando todo su poder para difamar, señalar y calumniar a las y los liberadores de la Madre Tierra, que se cansaron de las amarras que este grupo económico le ha impuesto a Uma Kiwe con el monocultivo de la caña de azúcar. Como hijos e hijas que somos de la misma Uma Kiwe, nos duele cuando la agreden, cuando la envenenan, cuando la violentan con los monocultivos. Nos duele que mientras se habla de paz están asesinando a las y los liberadores de la Madre Tierra del Abya Yala. Mientras las comunidades en el norte del Cauca siembran maíz, frijol, plátano, yuca, en medio de las grandes hectáreas de caña, con el sueño de volver a recuperar la alegría de nuestra madre. Hoy lloramos la sangre derramada del compañero Javier Oteca, en medio del monocultivo que mata la vida.

El espacio convocado para la Audiencia Pública, fue importante para denunciar este crimen contra la humanidad que enluta a las y a los liberadores de la Madre Tierra en nuestro Abya Yala y para que compañeros cercanos a Javier Oteca, en voz baja expresaran sus tristezas por quien se adelantó y sus alegrías por recordar la vida que sembró en el Punto 1 de Liberación en Corinto. Javier Oteca era un dinamizador permanente de la liberación de la Madre Tierra, todas las veces que entraron a desalojarlos destruyeron todos los ranchos. Él reconstruyó con alegría su rancho varias veces, era muy entusiasta y la última vez que narró cómo los desalojaron los agentes del ingenio azucarero, decía que las balas le pasaban cerquita y el brincaba de un lado a otro protegiendo su vida. Esta vez ya no estará allí haciendo reir a sus compañeros, pero su espíritu siempre vivirá para alimentar y acompañar el proceso de Liberación de la Madre Tierra, palabra y acción que debe convertirse en un desafío global caminando por campos y ciudades donde todas y todos busquen liberarse de las amarras capitalistas que nos someten, confunden y capturan con ella.

“Toda esta muerte es consecuencia del modelo de desarrollo de unos pocos, que se siguen beneficiando de las riquezas”, dijo la autoridad indígena de Tacueyó. El Cabildo Indígena de Corinto en su comunicado de denuncia por el asesinato de Javier Oteca, responsabilizó al gobierno nacional y al ingenio INCAUCA, además por “la promoción sistemática de una ideología que vulnera los derechos humanos, sociales, ambientales y territoriales del Pueblo Nasa, afrodescendientes y campesinos.”¹

Rafael Coicué, comunero del resguardo indígena de López Adentro, comentó sobre el proceso de liberación de la Madre Tierra que adelantan las comunidades de Corinto y Caloto: “Se ha sembrado (maíz, fríjol, yuca, plátano). Llega el Esmad y la maquinaria, llegan 40 tractores a tumbar, vuelve la gente y siembra, pero vuelven y tumban. Hay desalojos violentos…son más de 450 desalojos que ha resistido la gente, heridos, pero la gente está allí con ánimos, la gente sigue en lucha”. También explicó que: “Javier Oteca se vino del Naya y dijo ya no quiero ser arriero, yo quiero tener mi propio pedazo de tierra y como aquí están liberando, aquí me voy a quedar. Hizo su rancho, metió su ganadito, organizó su parcela, estaba muy atento a ayudar, a colaborar, a ayudar el proceso”.

Escuche la entrevista completa de Rafael Coicué

El día del asesinato, dice Rafael Coicué, que “los estaban esperando, los emboscaron y mataron al compañero… Decimos directamente que la responsabilidad política, jurídica, es del gobierno, del ingenio Incauca. Ellos son los responsables, ellos lo mataron, ellos pagan para matar la gente, ellos ponen gobierno, ellos estuvieron en contra del proceso de paz y hoy siguen negando el derecho del acceso de la tierra a las comunidades indígenas, campesinas y afros en Colombia”. Ellos, los poderosos y sus cómplices los que tienen precio, se venden, se cansaron, se dejan engañar y engañan, sí estarán a favor de una paz permitida que les garantice tierra para la codicia, pero siempre en contra de una verdadera paz territorial que significa “tierra para la gente”, “gente para la tierra” y liberarnos con ella. Javier Oteca y quienes desde el 2014 retomaron el proceso de Liberación de la Madre Tierra iniciado en el 2005 en la hacienda La Emperatriz, donde fuera asesinado Lorenzo Largo Dagua del mismo modo que Javier, han asumido la autonomía de quienes hacen la lucha directamente con y en la tierra frente al poder, al estado y a cualquiera de sus cómplices. Así lo han manifestado de manera reiterada. Nadie los representa, nadie habla por ellos, nadie negocia por ellos². El asesinato de Javier aunque nos duele y nos afecta a todas y todos los que creemos en la Liberación de la Madre Tierra, es un hecho que asumen en primer lugar con dignidad, rebeldía y rabia quienes como él y con él ya están liberando a Uma Kiwe.

Por su parte, Manuel Liz, líder indígena del Resguardo de Corinto, también nos recordó quien fue Javier Oteca; “aparte de ser comunero indígena, también era guardia indígena, cuidador del territorio. Cuando la comunidad inició la liberación de la Madre Tierra en Corinto, a finales del 2014, pues el comunero fue muy activo en este proceso de liberación…en varias ocasiones destruyeron el rancho que el comunero tenía en el punto uno (lugar de la liberación). Cada vez que había arremetidas de la fuerza pública, o sea el desalojo, pues los ranchos los destruían, quemaban los plásticos, lo poco que había lo quemaban o se lo llevaban”.

Escuche la entrevista completa de Manuel Liz

Aunque como a todas y a todos el dolor de la muerte nos invade hasta los huesos, la lucha tiene que seguir y ser más firme. “El cuerpo de este nasa es uno más que abona con su sangre la tierra ancestral que sigue en manos de unos pocos. Aún así seguimos en la lucha. Así nos toque dar la vida por el territorio seguiremos luchando. No nos da miedo, todo esto nos da más fortaleza”, reiteró la autoridad indígena de Huellas, Caloto. Esto siempre lo han dicho los pueblos, porque hoy las comunidades indígenas continúan y continuarán en la liberación del territorio³, en la defensa de la vida y en seguir resistiendo al modelo económico que quiere exterminar a la Madre Tierra. La vida toda se encuentra en riesgo y es un deber defenderla, la liberación de la Madre Tierra como un tema fundamental para nosotros y para toda la humanidad 4.

Rafael Coicué, insiste con un llamado a todas las comunidades, a todos los sectores sociales, a toda la humanidad: tenemos que juntar nuestras fuerzas, nuestras dignidades, nuestro pensamiento, nuestras acciones en pro de defender y liberar la Madre Tierra. La tierra hoy está concentrada en pocas manos en Colombia y esa concentración no permite que la mayoría de hombres y mujeres accedan a ella y siembren comida, que disfruten de ella, gocen con ella, crezcan con ella y mueran con ella. Les han negado esa posibilidad. Llamamos a que nos organicemos y comencemos a defender los páramos, comencemos a rechazar esa gran minería, comencemos a defender los ríos, los nacimientos de agua que los quieren privatizar, comencemos a decirle al gobierno que la tierra no es solamente para monocultivo tiene que ser para la comida, para sembrar plátano, yuca, para tener ganado, para tener gallinas, para compartir con la gente”.

El clamor de las comunidades una vez más se ve reflejado en la palabra caminada en la década del año 2000, cuando desde el Mandato de la Liberación de la Madre Tierra en el 2005, se le gritó al mundo: “Por eso vamos a seguir recuperando las tierras. Por eso vamos a dejarla en libertad para convivir en ella y para defender la vida. Por eso, luchar por la tierra no es un problema ni un deber solamente de los indígenas, sino un mandato ancestral de todos los pueblos, de todos los hombres y mujeres que defienden la vida. Porque solo en la lucha para poner en libertad a nuestra madre recuperamos la dignidad, alcanzamos la justicia y la equidad, y caminamos la palabra que defiende la vida. Seguiremos coordinando, haciendo las alianzas estratégicas y llamando desde las palabras convertidas en acción en el espíritu de la comunidad a despertar las conciencias y a recuperar la Madre Tierra para ser libres. Desde este rincón sagrado del planeta, como pueblos ancestrales arraigados en estas tierras del Cauca, hacemos lo que nos corresponde por la tierra y por la vida, luchamos por la tierra y por la vida y en ese camino, la recuperamos, transformamos el derecho de propiedad para que sea colectivo y convocamos las conciencias a caminar palabras de libertad.”5

Cuando llegue por nosotras y nosotros, cuando todos los alimentos que queden y todas las aguas que perduren y todo el aire estén envenenados, será demasiado tarde y entonces, recordaremos a Javier Oteca y con él a las y los liberadores de la Madre Tierra y sabremos con amargura y sin futuro que a esa muerte arrodillada frente a la codicia llegamos porque los dejamos solos.

Pueblos en Camino, marzo 25 de 2017.

1 Corinto: Audiencia Pública para denunciar el asesinato de Javier Oteca Pilcué https://nasaacin.org/corinto-audiencia-publica-para-denunciar-el-asesinato-de-javier-oteca-pilcue/

2 Libertad y alegría con Uma Kiwe: Palabra del proceso de liberación de la Madre Tierra
http://liberemoslatierra.blogspot.es/1481948996/libertad-y-alegria-con-uma-kiwe-palabra-del-proceso-de-liberacion-de-la-madre-tierra/

3 Cauca – Colombia: «Es el tiempo de liberar nuestros territorios»
http://anterior.nasaacin.org/index.php/nuestra-palabra/7344-cauca-colombia-es-el-tiempo-de-liberar-nuestros-territorios

4 Liberación de la Madre Tierra. “Un tema Fundamental para Nosotros y para toda la Humanidad” http://pueblosencamino.org/?p=1486

5 Libertad para la Madre Tierra: http://anterior.nasaacin.org/index.php/libertar-para-la-madre-tierra/50-libertad-para-la-madre-tierra