El olvido en tiempo real: Testimonios del Estado de Desprecio en el campo y la ciudad.
Santiago del Estero y Buenos Aires, Argentina. Tiempos de cuarentena y pandemia. Dos testimonios actuales.
Maribel Morales, Atuniyku del Ayllu Yacu Chiri, es una dirigente indígena Diaguita-Cacano de Santiago del Estero, sometida ella y también su pueblo al abuso que de nuevo sufre desde el machismo y el patriarcado en carne propia.
Mientras tanto, al mismo tiempo, un niño en situación de calle cae enfermo en Buenos Aires y todo el desprecio institucional en proceso de deterioro queda expuesto en su via crucis. Un testimonio desde las y los trabajadores del Centro Integral de Ayuda a Niñas y Niños en Situación de Calle (CAINA) del gran Buenos Aires, Argentina.
Los protocolos y procedimientos de rigor son una farsa. La farsa es el proceder establecido y ahora, a través del proceder de estado a la vista en estos y tantos hechos se desnuda la farsa de los protocolos de propaganda. Niñas, niños y adolescentes en condición de calle como norma. Explotadxs, se ponen ahora en riesgo lxs trabajadores que a niñas, niños y adolescentes les dan refugio, les acompañan, les protegen en Centros de Atención que han venido siendo desmantelados y desfinanciados. Centros que aún funcionan por el compromiso en condiciones de explotación de quienes allí trabajan por entrega y quienes nos comparten este testimonio en tiempo real.
Se pone en mayor riesgo Maribel Morales la dirigente indígena expuesta a la violencia de un hombre, de la policía, del Estado que aumentan por el valor de denunciar y exigir sus derechos.
Insistimos desde un breve comentario abajo, que nada de esto y mucho más en todas partes es la ausencia del estado: es la normalidad del Estado del Olvido. Es desde y también la Argentina urbana y rural, pero al mismo tiempo, ahora mismo, es la ley del despojo. Es el orden que hoy se ajusta y se encubre sometiendo como siempre y más que nunca el olvido a la ganancia y a la servidumbre. ¿Dónde Estamos? En Tiempo Real. Pueblos en Camino
Santiago del Estero:
Violencia de género contra dirigente indígena
Privada de su derecho a vivir una vida sin violencia, con mecanismos de acceso a la justicia cargados de violencia institucional, Maribel Eloisa Morales, Atuniyku (autoridad tradicional) de la comunidad indígena “Ayllu Yacu Chiri” (diaguita cacano), Santiago del Estero.
Maribel Morales ha vivido graves situaciones de violencia física, psicológica y patrimonial, también bajo la modalidad de violencia institucional, por su lucha en defensa de los derechos territoriales de su comunidad y su familia.
El pasado jueves 28 de mayo Maribel Morales denunció en la Seccional 20° de Policía de Villa Atamisqui, Santiago del Estero, a Ríchard Ledesma por el delito de usurpación y estrago rural de su cerco de siembra y, amenazas de violencia física contra su persona. La misma denuncia fue presentada el mismo día ante el Ministerio Público Fiscal de la provincia (N° 519/2020), bajo la modalidad que ofrece la página web oficial (mecanismo para presentación de denuncias establecido por Fiscalía en el marco del aislamiento social obligatorio). La denuncia en sede policial fue tomada ese día por el Oficial Ayudante Leguizamón, quien se presentó en el lugar de los hechos y le comunicó a Ledesma que pesaba una orden de restricción contra él que le impedía acercarse a Morales y que debía cesar con sus actos usurpatorios.
Sin embargo, esta denuncia fue registrada en la policía, según información que la misma policía brindan, como realizada el día sábado 30, dos días después de los hechos, por el supuesto delito de amenazas contra Maribel Morales, ordenando la fiscal Lorena Nieva la prohibición de acercamiento del imputado Ledesma; sin consignar el delito de usurpación y estrago, también se habría alterado la verdad al informar que el policía que habría recibido la denuncia ese sábado era Miguel Bravo, falseando así el día, el nombre del personal policial y sesgando los delitos denunciados.
El domingo 31 Morales se dirige junto a miembros de su familia a su cerco de siembra y descubre al denunciado Ledesma y cuatro hombres más levantando un cercado de ramas dentro de su posesión. En respuesta al reclamo realizado por Morales para que deje de empostar, Ledesma se abalanza contra ella y con la concurrencia de su esposa y otras mujeres de su familia, la agreden violentamente tirándola al piso y golpeándola con golpes de puño, patadas y con garrotes. Mientras era castigada físicamente Richard Ledesma le gritaba “¡te voy a hacer c., así ya quedo preso de una sola vez!”. También fue agredida Yénifer Peralta, hija de Maribel Morales cuando intentó defender a su madre. Ante estos hechos se dirige a la policía de Villa Atamisqui a radicar una nueva denuncia, en esa ocasión es atendida por el Oficial Ayudante Bravo quien le dice que en ese momento no le tomarán la denuncia y que, “…cuando puedan hacer funcionar el móvil (policial)…” se dirigirán al lugar. Por las evidentes muestras de inacción policial Maribel Morales regresa a donde continuaban impunemente trabajando el grupo de hombres dirigido por Ledesma para defender su derecho y es brutalmente agredida por segunda vez, ella y su hija. Los agresores cesan con la golpiza cuando divisan que se aproxima un patrullero con cinco policías, entre ellos el citado oficial Bravo y, quien se presentó como Jefe de la Seccional 20°, quien mostrando molestia exclamó “…nos hacen perder el tiempo…”, trazó arbitraria y autoritariamente una línea en el suelo con su pie estableciendo una nuevo deslinde sin ningún fundamento, autorizó a Ledesma a continuar con el empostado y ordenó a Maribel Morales que regrese a su casa.
Herida y dolorida por los golpes recibidos Morales se dirige al Hospital de Villa Atamisqui donde constatan las agresiones y, con el certificado otorgado por el centro de salud vuelve a la Seccional 20° donde es atendida nuevamente por el oficial Bravo, le recibe la denuncia pero se niega a otorgarle una constancia argumentando desconocer el nombre del fiscal de turno.
Según información dada por la misma policía la denuncia es asentada ese domingo 31, pero consignan que la misma fue tomada por el oficial Leguizamón, caratulada como “lesiones leves”, entre los agresores de Morales se incluyen solamente los nombres de las mujeres y no figura la presencia ni el accionar de Ríchard Ledesma. No se informa a la fiscal Nieva, quien había librado contra Ledesma una prohibición de acercamiento y, en su lugar se instruye como una denuncia nueva en el ámbito de la fiscalía de Miguel Ángel Torresi. Al día siguiente, el policía Bravo se hace presente en el domicilio de Maribel Morales para informarle que por orden del fiscal Torresi tiene “prohibido acercarse” a sus agresores. Sorprendida por el accionar judicial le manifiesta a Bravo que tiene derecho a no firmar esa notificación y que se presentará ante el fiscal cuando éste la cite. Bravo le expresa que si no firma “…está cometiendo un grave delito…”.
Estos hechos fueron informados al Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad y, al Instituto Nacional de Asuntos Indígenas. Actualmente Morales sigue sin poder ir a su cerco de siembra, donde se cultivan los alimentos para la subsistencia básica de su familia; Ríchard Ledesma continúa impunemente usurpando su territorio sin que la justicia haya hecho nada por la violación de la orden de restricción.
No es la primera vez que Maribel Morales, Atuniyku del Ayllu Yacu Chiri sufre este tipo de violencia institucional y psicológica, por su condición de indígena y de mujer. Ya anteriormente vivió episodios similares cuando su comunidad fue privada de agua para consumo humano por el Municipio de Villa Atamisqui, cuando miembros de su comunidad fueron dejados sin trabajo por denunciar esta situación, cuando el mismo municipio intentó realizar un concurso de pesca en el territorio comunitario sin solicitar el correspondiente permiso, cuando se denunció el estado deplorable de la posta sanitaria, cuando se impide que se destruya el bosque nativo, etc.
Unión Solidaria de Comunidades
Del Pueblo Diaguita Cacano
Santiago del Estero – Argentina
Fuente: Diaguita Cacano usc_cacanos@hotmail.com
Indymedia Argentina
9 de junio de 2020
https://argentina.indymedia.org/2020/06/09/violencia-de-genero-contra-dirigente-indigena/
1ER CASO CONFIRMADO DE COVID-19 EN EL CAINA:
EXIGIMOS QUE SE RESPETE NUESTRO ENCUADRE INSTITUCIONAL PARA EVITAR MÁS CONTAGIOS
Una persona que trabaja en un C.A.I.N.A envió este correo personal a compañerxs, relatando la situación que luego se reporta en más detalle. Ésta persona está esperando ahora el resultado de las pruebas (hisopado, cultivo nato-faríngeo) del COVID 19. Hasta ahora no presenta síntomas:
«Recibimos a un chiquillo de la calle el sábado a las 3 de la mañana después de que estuvo 9 horas afuera a la intemperie esperando que quienes debían llevarlo al hisopado aparecieran. Luego de que fue a hacerse el hisopado lo mandaron para el CAINA donde trabajamos. Lo atendimos con la humanidad que nos caracteriza. El sábado a la tarde nos llamaron para avisarnos que había dado positivo. Se desató la hecatombe. Mucha de la gente que va actualmente a trabajar lo hace en condiciones pésimas de trabajo y contractuales. Ante el miedo muchos se fueron, otros valientes y decididos nos quedamos con los demás pibes alojados. La guardia del turno de noche tampoco se presentó. Hicimos lo que pudimos para contener la situación pero fueron horas de horror y espanto. Llevamos 4 días esperando una llamada para hacernos un hisopado. Por ahora yo no tengo sintomatología alguna salvo una terrible indignación y una tristeza profunda en el alma.»
El viernes 5 de junio se dio ingreso al CAINA a un adolescente, sin contar con los resultados del Test realizado para descartar Covid-19 (hisopado). Dicho ingreso fue concretado a partir de la presión y exigencia por parte de las autoridades del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat (GCBA), quienes desoyeron nuestras demandas como colectivo de Trabajadorxs, desconociendo además el encuadre institucional establecido para cuidar tanto a les niñes y adolescentes alojades como a les trabajadores, que exige contar con el resultado negativo del test para garantizar ingresos cuidados. Al día siguiente, efectores de Salud se comunicaron para informarnos que el resultado del Test era positivo. Esta intervención negligente expuso a todo el personal y población alojada a un alto riesgo de contagio. Al momento de publicar este comunicado, aún nos encontramos intentando que las autoridades garanticen los hisopados (cultivos nasofaríngeos-pruebas diagnósticas de COVID 19) para todas aquellas personas que se vieron afectadas por esta situación.
La situación actual del CAINA (Centro de Atención Integral a la Niñez y Adolescencia, dependiente de la Dirección de Niñez y Adolescencia de la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) es crítica. Desde el comienzo de la pandemia entendimos la necesidad de discutir y readecuar el dispositivo para poder continuar garantizando y restituyendo derechos de la población con la que trabajamos. En reiteradas oportunidades demandamos a la Dirección General de Niñez y Adolescencia la apertura de un dispositivo acorde a las características de la misma, con personal adecuado, donde se protocolice un circuito de testeo y espera de resultados previo a cada ingreso. La respuesta de las autoridades fue colocar una pared de madera -que ni siquiera llega al techo- dividiendo el edificio del CAINA a la mitad, determinando un área para la labor “convivencial” y otra para el período de “aislamiento”. Esto implicó además desdoblar el ya escaso personal para desarrollar las tareas pertinentes a cada área: ya con el licenciamiento de grupos de riesgo el mismo se vio reducido al tercio de su dotación original, situación que se agravó con el correr de las semanas y la aparición de casos sospechosos y positivos.
Consideramos urgente que se implementen acciones concretas para prevenir nuevos contagios evitables, y garantizar condiciones dignas de alojamiento y contención para les niñes y adolescentes: En primer lugar, el compromiso por parte de las autoridades del Ministerio de respetar y abonar al cumplimiento del Protocolo de Salud establecido para efectuar ingresos cuidados. Esto permitirá detectar también rápidamente casos positivos, y motorizar en esos casos una atención integral acorde a sus necesidades en las instituciones correspondientes. Debe construirse una articulación constante y eficaz con efectores de Salud. Garantizar el testeo inmediato ante casos sospechosos y de contactos estrechos, tanto para la población como para los y las trabajadoras. Además, exigimos se garantice personal idóneo con carácter estable para cubrir los faltantes de todas las guardias, habilitando materializar el esquema de desdoblamiento de guardias, de acuerdo a las recomendaciones para dispositivos convivenciales de NNyA (Niños, Niñas y Adolescentes). Para ello, es necesario también formalizar las contrataciones -que actualmente están informalizadas- de lxs acompañantes terapéuticxs, con sueldos muy por debajo de la línea de la pobreza. En este contexto, más que nunca, resulta fundamental que los contratos cuenten con reconocimiento de derechos laborales básicos como ART (Aseguradora de Riesgos de Trabajo), obra social y aguinaldo. De igual manera, precisamos contar con propuestas de talleres lúdico recreativos con frecuencia regular, para atenuar el impacto negativo a nivel subjetivo en les adolescentes, producto del aislamiento y contexto general. A nivel macro, es necesario un diagnóstico integral del funcionamiento del circuito de dispositivos para el abordaje de niños, niñas y adolescentes en situación de calle, y avanzar en generar mesas de trabajo con la presencia de los distintos actores parte, para unificar criterios y estrategias de intervención, balances, diagnósticos, objetivos, etc.
Hasta el momento, a pesar de todo lo que queda por hacer, hemos podido torcer el curso de algunas voluntades políticas irresponsables, desinteresadas y de accionar negligente, avanzando en: refacciones edilicias básicas, una organización institucional con coordinación centralizada; refuerzos parciales; hisopados para los ingresos nuevos; personal de enfermería permanente, atención semanal en psiquiatría, insumos de prevención y profilaxis. Esto fue posible con la presión y acompañamiento de diversos actores del campo de la Niñez, a los cuales les hacemos llegar nuestro más sincero agradecimiento: Defensoría del Pueblo, Ministerio Público Tutelar, legisladores y legisladoras del Frente de Todxs de la Ciudad y respectivxs asesorxs, comunerxs, Consejo Directivo de ATE Capital, Junta Interna de Promoción Social, Red APIABA, organizaciones de la comunidad de San Telmo, colectivos de trabajadorxs de la Educación en UTE, Trabajadorxs del CESAC 15, referentes y efectores de Niñez. Estamos convencidos que es potenciendo estas redes de solidaridad y de trabajo colectivo, como podremos construir otros presentes cuidados y con todos los derechos para nuestras infancias y adolescencias.
Como Colectivo de Trabajadorxs nos negamos rotundamente a que la desidia de las autoridades nos exponga sistemáticamente al contagio, tanto a nosotros como a los niños y adolescentes alojados. Exigimos al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que escuche las demandas y planteos que desde los colectivos de trabajo hemos elevado en los ámbitos formales gremiales y CyMAT (Comisión de Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo) en el Ministerio, y que cesen inmediatamente los aprietes a los y las trabajadores de Niñez que día a día le ponemos el cuerpo, la cabeza y el corazón a la enorme tarea de cuidar a la población de mayor vulnerabilidad en la Ciudad.
¡Los derechos de lxs pibxs no están en cuarentena, los derechos de lxs pibxs no pueden esperar!
Colectivo de Trabajadores del C.A.I.N.A.
Buenos Aires, Argentina
Junio 12 de 2020
Comentario:
Re-conocernos en la normalidad del
Estado del Olvido
El olvido es el espacio que habita la mayor parte de la humanidad. La norma establecida y asumida como excepción. Una penumbra de condena al silencio y al sufrimiento diseñada desde los estados por la historia del despojo. Pero también y a pesar del estado, un ámbito de vida, pleno de memorias, resistencias y experiencias. El no-lugar, el hábitat masivo de una humanidad avasallada por políticas de Estado -dispositivos de violencia- el lugar al que le imponen olvidarse y negar su propia existencia y la de quienes lo habitan.
En el olvido no hay «abandono del Estado»: ¡NO! el olvido es el Estado, es política de Estado que incluye como prioridad la dependencia, el terror, el hambre, el abandono, la violencia, de modo que las víctimas del Estado del olvido, tengan que reclamar y añorar «mayor presencia del Estado» y más programas de protección, seguridad, ayuda, asistencia y atención. Los estados y el orden de la miseria, la historia de la codicia, establecen como normalidad lo que es privilegio y nutren en el desprecio ordinario, normal, como debe ser, el resto de esa misma normalidad que condenan al olvido para atenderlo, protegerlo, judicializarlo, explotarlo, domesticarlo, enmascararlo, manipularlo y, sobre todo, presentarlo como amenaza y riesgo de seguridad para cercarlo y someterlo a la violencia. A diario salen filtradas, escogidas, historias desde ese estado del olvido, depósito de donde se recluta para todo lo que haga falta y se experimenta lo que se requiera. Donde el terror y la creatividad son experimentos que se replican, se aplastan y excepcionalizados, se mercantilizan. Donde el sálvese quien pueda a toda costa es la política de Estado, el orden establecido y cumple la función de conmover, atemorizar, consolidar el temor de caer allí, fomentar el deseo de salir a toda costa y a costa de todxs y, en lo fundamental, que cada quien acepte y refuerce un orden mercantil, consumista, individualista, competitivo a muerte, en el que todo puede ser peor y cada quien debe agradecer lo que tiene o lo que podría conseguir.
La solidaridad, el tejido de afectos, la capacidad de mantener la dignidad, la cordura, y reproducir la vida riendo, creando, perviviendo, sintiendo, viviendo a pesar de todo, del dolor y de la impotencia, son explotadas como historias conmovedoras, aventuras del otro lado, desde fuera del olvido, explotadas pornográficamente para el público referente neutro, el que sí existe, que, convertidas en mercancía, las consume, las juzga y se conmueve, o son negadas desde la propaganda que reproduce y consolida la violencia y el horror; la degradación y el odio.
El olvido, que es donde habitamos la mayoría, está simultáneamente ubicado en el territorio ocupado de nuestros cuerpos como de nuestros imaginarios, como un espacio excepcional que queda allá, lejos, en otra parte, del que nos protege el Estado, al que hay que temer, al que hay que diseñarle programas, donde habitan lxs que sobran y sobramos, el mundo de perdedores que habría que contener o eliminar porque de nada sirven -o servimos- o adonde uno se compromete a luchar y a defender la vida asumiendo enormes riesgos y carencias o a entrar para acompañar y luchar en condiciones de creciente desprecio que, en el peor de los casos, reciben el reconocimiento y las limosnas del mismo Estado, de la gente de bien conmovida, que las engendra, reproduce, ataca, explota y promueve.
Para que el olvido, olvidado, despreciado, se mantenga, expanda y consolide, los valores y prácticas dominantes deben asumirse como normales e inevitables. La cultura del olvido, casi siempre invisible, se establece en la cotidianidad. Es el orden social. Es el Estado social de derecho, cuya única política es la política del olvido en defensa del referente neutro del privilegio y el poder. Mientras más nos desprecia y somete el Estado como le corresponde en cumplimiento de sus funciones, más le exigimos, más esperamos de él, más denunciamos ante sus instituciones y funcionarios, más luchamos por fortalecerlo y por lograr que se acuerde de nosotrxs y que las cumpla. Más las cumple y más nos hundimos en el desprecio del Estado del Olvido. Bajo este orden del Estado, sólo se sale del olvido según las condiciones que se establecen desde el privilegio y del poder del referente neutro de lo normal y aceptado. Sólo se nos ve en el olvido según las intenciones, necesidades e intereses de quienes no lo habitan. Siendo así, esa no es una salida. La única salida es habitar el olvido y re-conocernos para dejar atrás, acabar con el estado que lo produce
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Junio 12 de 2020
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