El Campamento Rebelde y Pedagógico de Popayán: Buena brújula para el Paro Nacional de Universidades en Colombia
Con el «corazón galopante» abre Robzayda Marcos y escribe este texto/entrevista publicado por La Guarura sobre la lucha estudiantil en Colombia y el campamento de la Universidad del Cauca en Popayán. Pero hace mucho más Robzayda que «reportar» o presentar esa lucha. En realidad, es ésta lucha, la que hace suya y lo expresa, la que es nuestra, por la educación, por amor a la educación como ese saber para liberarnos, para hacer de la vida justicia y dignidad. A esa lucha que es de la sociedad y que no sólo defiende las universidades públicas nos convoca y nos unimos:
«Con estas memorias pretendo expresarle a los bellos jóvenes que luchan , que lo Sagrado no está en las Universidades Públicas de nuestras colonizadas repúblicas, lo Sagrado está en la Educación que el pueblo organizado pueda proveerse con sus propias estructuras y sus propias pedagogías. Por este motivo, los invito a abolir las ideologías blancaoccidentales que acunaron nuestras consignas en aquél tiempo y que hoy requieren el reordenamiento de nuestro propio poder y nuestra verdadera identidad de pueblos.»
«Por todas estas razones que implican un reordenamiento de la vida en nuestro continente suramericano, le decimos a los jovencitos de Popayán que estamos con ellos con todo nuestro corazón, que no están solos, que cuentan con las historias de nuestras heridas y con los laureles de nuestras pequeñas victorias y que juntos los viejos y los jóvenes y los no tan viejos como yo, podemos reordenar la vida, parir la educación para ese reordenamiento de vida que nos toca asumir en cada rincón de nuestras pequeñas patrias que es lo mismo que decir nuestras familias, nuestras comunidades, nuestros territorios ancestrales. Upa Popayán, escuchamos, nos organizamos y defendemos junto a ustedes el parto de otra educación.»
¡Así Sí! Resistencias y Caminos. Pueblos en Camino
El Campamento Rebelde y Pedagógico de Popayán:
Buena brújula para el Paro Nacional de Universidades en Colombia
Escribo estas líneas con el pecho galopante, un pecho de madre emocionada al escuchar la voz de una jovencita que tiene la edad de mi hija mayor. Al escucharla se acopian en mi memoria -no tan antigua pero si intensa- las actividades que brotaban del seno organizativo juvenil en liceos y en la UCV (caracas) allá por los años 87 – 99. Ninguna de estas actividades de esos años tuvo un asentamiento territorial con olor a permanencia y convivencia como de hecho es el actual Campamento Pedagógico de Popayán, levantado hace apenas 15 días en la hermana República Colombiana. Un campamento, un lugar de pernocta y de actividades cotidianas que se comparten en colectivo como también se comparten y se escuchan en esa atmósfera esperanzadora las ideas, múltiples visiones y miles de microsociológicas realidades culturales y/o étnicas enrraizadas en los cuerpos de jóvenes veinteañeros. Lo más parecido a esa experiencia
El Campamento Rebelde y Pedagógico de Popayán: Buena brújula para el Paro Nacional de Universidades en Colombia en mi vida fueron los acompañamientos que hice a los campesinos de Palo Quemao en Yaracuy donde las noches de guardia en medio del cantar de ranas y grillos susurrábamos chistes a la espera de cualquier sorpresiva embestida de uno o más escopeteros a caballo…
Pero el campamento pedagógico de Popayán representa mucho más que cualquier azaña estudiantil del siglo XX, porque es un suceso que está aconteciendo en medio de un proceso feroz de derribamiento de un Estado que se creyó concebido para la ciudadanía y con vías al perfeccionamiento, pero ya no es así, las instituciones se desintegran de manera abismal dando cancha abierta a una corporativización y una economía de enclave en toda la región suramericana. Un campamento de jovencitos veinteañeros y treintañeros que acontece justo cuando la marcha de los migrantes se le encima al Gendarme Norte Americano, un encuentro de jóvenes defendiendo lo que por derecho básico les pertenece justo en el mismo momento cuando los gobiernos llamados progresistas y los de derecha hacen la entrega más mansa de los bosques, ríos y montañas cediéndolas dócilmente a las transnacionales Rusas, Chinas Gringas y Europeas.
Por todas estas razones que implican un reordenamiento de la vida en nuestro continente suramericano, le decimos a los jovencitos de Popayán que estamos con ellos con todo nuestro corazón, que no están solos, que cuentan con las historias de nuestras heridas y con los laureles de nuestras pequeñas victorias y que juntos los viejos y los jóvenes y los no tan viejos como yo, podemos reordenar la vida, parir la educación para ese reordenamiento de vida que nos toca asumir en cada rincón de nuestras pequeñas patrias que es lo mismo que decir nuestras familias, nuestras comunidades, nuestros territorios ancestrales. Upa Popayán, escuchamos, nos organizamos y defendemos junto a ustedes el parto de otra educación.
Qué está pasando con la Educación en Colombia:
En 1992, el Estado aprobó la Ley 30 que aún está vigente, la cual establece el ajuste anual (entiéndase, cada año) del presupuesto correspondiente a las Universidades Públicas, pues resulta que ninguno de los veinteañeros que hoy exigen el cumplimiento de dicha ley está seguro de haberla aprovechado con plenitud, ya que con 26 años de aprobación no se ha ejecutado cabalmente, las asignaciones de los gobiernos en estos años han dispensado el mismo presupuesto sin garantizar el debido ajuste en un lapso de 26 años, y los jóvenes se están dando cuenta que el pueblo carece de cifras comprobatorias de los ajustes que se le adeuda a la educación universitaria pública y obviamente han comenzado a sacar sus cuentas y a documentarse bien.
Estamos hablando que en 26 años la población estudiantil crece, las infraestructuras requieren manutención, la nómina del personal docente, administrativo y obrero debe actualizarse según las nuevas demandas, por otra parte los costos por servicios e investigación obviamente también son superiores. Los Gobiernos de manera inconsulta han evadido su responsabilidad con la educación pública, proponiendo programas de becas o deudas condonables tales como “SerPilosPaga” dirigido a los estratos 1 y 2 exclusivamente, olvidándose del derecho que tienen los más pobres a la educación, pero sobretodo orientando la inversión hacia universidades privadas, a las universidades públicas las ignoran, a los jóvenes beneficiados con estos créditos los someten a rangos y tiempos de estudio tan rígidos que terminan perdiendo el beneficio y por supuesto la auditoría acerca de los resultados de estos programas son desconocidos por la ciudadanía.
Entre tanto, las universidades públicas en estos 26 años se han deteriorado tanto en infraestructura como en calidad académica, por ejemplo, La Universidad Nacional que es el recinto más emblemático de la república hermana, situada en Bogotá se está cayendo a pedazos: el déficit de profesores que en su mayoría están contratados obviamente no garantizan ninguna estabilidad ni a las personas ni a la institucionalidad, los nuevos ingresos son cada vez menores y a los ojos de todos se aprecia el deterioro de su infraestructura. En fin, los estudiantes que han logrado insertarse en el debilitado aparato académico universitario del estado, salen a reclamar más garantías para la inclusión educativa en Colombia. Este acto de solidaridad por los nuestros suele ser difundido por los medios de comunicación privados colombianos como: “bandas de antisociales que afean las calles y perturban el orden social”, ninguna matriz mediática seria que merezca alguna consideración por parte de los pueblos despojados de su integridad.
El “Desfinanciamiento” sistemático de las universidades públicas representa una deuda que tiene el gobierno con el pueblo colombiano que arriba a un monto de 45 Billones de pesos por el incumplimiento del ajuste anual del presupuesto amparado por la ley 30. Los estudiantes en Popayán dicen: “los gobiernos han invertido más en la guerra que en la educación”.
El Paro de Universidades Públicas en Colombia:
El día de hoy, en colombia no hay una sola universidad pública que deslinde del paro convocado por los estudiantes a nivel nacional, la determinación es unánime, la muchachada se ha largado una caminata desde Cali, Manizales, Pereira, Armenia con el propósito de llegar a Bogotá (www. Las2orillas.com) y hacer públicas diez exigencias que publicarán en pocos días, entre las cuales se contempla –por supuesto- el pago de la deuda acordada en plazos. En esta movilización los estudiantes están pidiendo que este año cancelen al menos 4.6 Billones de Pesos Y al cabo de diez años se pague por completo esta deuda. Hasta la fecha el gobierno de Duque ha ignorado el llamado de los estudiantes y se niega a sentarse a dialogar, su negativa es evidente con la cantidad con el alto despliegue represivo en las calles de Popayán el día 24 de noviembre.
La movilización estudiantil, sus puntos de encuentro y campamentos para filosofar en las calles pretende convocar a todos los sectores del país, “generar un impacto social diciendo al pueblo sobre la crisis” y que se sepa que los estudiantes están dispuestos a pelear por la educación por ser un derecho básico en todo el mundo.
Campamentos de análisis político del conflicto alistándose para este 28 de noviembre:
Los jóvenes no se amilanan frente al gobierno que pretende desvirtuar sus denuncias, declarando publicamente que la distribución del presupuesto nacional ya se ejecutó. En los largos debates que acontecen en tiempo real en Popayán, ya han surgido las valoraciones justas de este conflicto: El gobierno de Duque pretende endosarle a la ley 30 un financiamiento que está otorgando exclusivamente a las universidades privadas, entiéndase la ley 30 se refiere al compromiso con las universidades nacionales no las privadas, por lo tanto es improcedente que este gobierno pretenda arreglar cuentas con el país creando un programa llamado “generación E” que no es más que un refrito (réplica) del programa “Serpilospaga” cuya inversión este año es de 4.6 Billones de pesos de inicial con unas regalías de 1.2 Billones de pesos, es decir 5.8 Billones de pesos para el sector privado y ninguna consulta al pueblo colombiano y sus necesidades educativas, no hay oidos en el gobierno que quiera escuchar que se está invirtiendo el tesoro nacional en unos programas que desfavorecen a los ciudadanos, ya que las restricciones de la universidades privadas y las exigencias a los estudiantes beneficiados terminan endeudándolos mientras que estas empresas de educación aumentan sus ganancias. La educación de un pueblo no es un negocio.
El 28 de noviembre los pueblos de Latinoamérica estaremos atentos al pronunciamiento de los estudiantes quienes ratificarán la movilización hasta alcanzar respuestas sinceras y justas a sus exigencias.
La educación: ni de derecha, ni de izquierda, sino Nuestra:
Hasta los años noventa, los estudiantes latinoamericanos nos movilizábamos para exigirle al Estado que cumpliera las leyes de una educación para todos, toda nuestra adrenalina y nuestro pensamiento lo invertíamos en el diálogo con el poder. Mientras tanto la estructura interna de las universidades tanto públicas como privadas seguirían intactas en una dinámica administrativa engranada a la lógica de acumulación de capital, la corrupción administrativa y la no rendición de cuentas al país. No obstante nuestra energía y gañotes en las marchas seguían obcecadas pidiéndole al poder que hiciera lo que sólo nosotros seremos capaces de hacer.
Estos veinte años de gobierno de izquierda en mi país (venezuela) le añaden un ingrediente muy especial al análisis histórico de las luchas estudiantiles en el continente, porque toda la campaña de inclusión educativa comenzó con algunos flojos intentos de transformar la estructura interna y los vicios administrativos de nuestras universidades, verbigracia las declaraciones publicas de uno de nuestros ministros de educación universitaria (Samuel Hurtado) quien denunció la existencia de personas que cobraban más de dos salarios en las universidades, el descontrol y la falta de registro de la carga profesional existente y requerida para nuevos ajustes presupuestarios, el clientelismo y la corrupción interna… toda esa fauna heredada de un modelo burocrático cuya ganancia en cualquier dimensión social es la corrupción, dio como resultado el progresivo silencio de los funcionarios del estado y la inauditada politica de outsourcing con las llamadas “misiones educativas.” Con estas memorias pretendo expresarle a los bellos jóvenes que luchan , que lo Sagrado no está en las Universidades Públicas de nuestras colonizadas repúblicas, lo Sagrado está en la Educación que el pueblo organizado pueda proveerse con sus propias estructuras y sus propias pedagogías. Por este motivo, los invito a abolir las ideologías blancaoccidentales que acunaron nuestras consignas en aquél tiempo y que hoy requieren el reordenamiento de nuestro propio poder y nuestra verdadera identidad de pueblos.
Robzayda Marcos
la guarura, Wainjirawa
27 noviembre, 2018
Escrito por: Aana Wainjirawa