Ante la guerra capitalista, la revolución. Experiencias y desafíos: Encuentro
El 23 de abril de 2017 nos encontramos para hacer algunos aportes e intercambios a un tema que hemos asumido como critico: Ante la guerra capitalista, la revolución. Experiencias y desafíos. La fotografía de Robert Capa tomada durante la guerra civil española expresa, más allá de las palabras el sentido de lo que nos convoca. Como lo menciona Panos en uno de sus aportes «La máquina de guerra capitalista obtiene una forma nómada y ocupa todos los poros de la sociedad. La violencia del capitalismo se acompaña con la promesa de las grandes distopias que ahora se realizan. Una vez más, todos se convierten en números de estadísticas, objetos de un proceso que convierte la cualidad en una cantidad simple. Esta es la verdad de los campos del exterminio y lo no-verdadero de la modernidad. La violencia es el marco de lo moderno.» A partir de reflexiones-provocaciones desde México (Centro Social Ruptura), Guatemala y Colombia, se desata un diálogo, un intercambio, que, viniendo de muchos lugares y memorias, pretende aportar, ante la gravedad y urgencia de lo que nos convoca, mucho más allá de este espacio. Por eso lo compartimos. No hemos resuelto nada, pero coincidimos en convocarnos a resistir y a liberarnos del capitalismo, a eso denominamos revolución. Liberarnos de su argumento más perverso, persistente y recurrente al servicio de la acumulación a través del despojo: la guerra. Esa guerra en curso siempre para los fines del capitalismo y hoy desatándose globalmente para destruir y ocupar geografías, cuerpos e imaginarios y garantizar así, con nuestra participación e involucramiento, que ellos sigan ganando y los pueblos perdamos en el exterminio, la confusión y el horror. Buscando palabras que nos convocan e identifican, pero que sobre todo, nos reclaman y exigen coherencia y acción, ofrecemos estas que aporta también Panos «El dominio de la ley es el dominio del dinero. Lo que no se encierra en la verdad de los diagramas de poder de la maquina de guerra caníbal y su orden ya se clasifica como un crimen contra lo humano. Nuestras resistencias quizás son pequeñas pero son importantes; revelan en contra de la lógica de la maquina de la guerra capitalista que la vida, la libertad y la solidaridad son ideas y prácticas más allá de un lenguaje de negocios.» Pero hoy, no bastan las resistencias pequeñas ante la magnitud de la guerra de guerras planetaria contra la vida para las ganancias. Guerra de exterminio desde la agroindustria con sus monocultivos, agro-químicos, manipulaciones genéticas, ejércitos y gobiernos, hasta masacres como las de Siria, México, Colombia, Guatemala y tantas en curso y en ciernes. Seguramente el éxito mayor del capitalismo en esta guerra global que despliega ahora, es, justamente, que no la vemos, que no la reconocemos, que aún ante feminicidios, masacres, desplazamientos masivos, bombardeos y ataques, no nos asumimos frente a la guerra. Por eso echamos mano de la memoria y retiramos que, una y otra vez, cuando el ala libertaria alza el vuelo y demuestra en los hechos que el sistema-acumulación-guerra no sólo no es indispensable sino que puede superarse, o cuando una y otra vez «la codicia rompe el saco» y el capitalismo engendra crisis y nos convierte en excedentes, procede con el exterminio y la guerra, maquillados de muchas maneras, justificados por todos los motivos para que en últimas, ellos sigan ganando y los pueblos perdamos. Pero, «ante la guerra capitalista«, decimos y nos convocamos; «revolución» y es expresión del deseo y del compromiso que depende de tejernos entre autonomías y resistencias, organizándonos. ¿Dónde Estamos? En tiempo real. Pueblos en Camino. Abril 23 de 2017
Participantes
Ileana Valenzuela, Asesora de ASAPP (asociación de la comunidad Itza) San José Petén, Guatemala
Hugo Blanco, Director del mensuario Lucha Indígena
Centro Social Ruptura, Guadalajara, México. 5 compañeras y compañeros
Lo en Colima, México
Vladimir Betancur Arias, Grupo de Investigación en Estudios Interculturales y Decoloniales de la Universidad de Antioquia. Medellín, Colombia, Abya Yala
José Rodolfo Kepfer, Guatemala
Juan Pablo Muñoz, Guatemala. Centro de Políticas Públicas para el Socialismo (Ceppas)
David Barrios Rodríguez, Posgrado en Estudios Latinoamericanos, UNAM- México
Lluvia Cervantes y René Olvera, Querétaro, México. En cortito que’s pa largo/ Pueblos en camino
Panos, Grecia, desde Puebla, México
Vilma Almendra, norte del Cauca, Colombia. Pueblos en Camino
Constanza Cuetia, norte del Cauca. Pueblos en Camino
Óscar Sampayo, Magdalena Medio, Colombia, GEAM (Grupo de Estudios Social, Extractivos y Ambientales del Magdalena Medio)
Sergio Palencia, Ciudad de Guatemala, Guatemala
Isabel Solis, Maya Quiché, parte de la lucha por la defensa de la vida y del territorio
Beatriz Amor, Argentina…zapatista-abuela-albañil, maestra, activista, vicepresidente de la Apdh de la costa y participante del colectivo Radio libre,comunitaria,alternativa y popular, aunque para mí todo esto es lo de menos
Víctor Hugo Collazos, Popayán, Cauca, Colombia, Plan Coterminal, Maestría de Estudios Interdisciplinarios, UniCauca
Emmanuel Rozental, norte del Cauca, Colombia-Listiguj, Isla de la Tortuga. Pueblos en Camino
(En el texto del intercambio aparecen únicamente nos nombres-sin apellidos- de quienes intervienen)
Manuel Rozental – Moderador
Manuel Rozental, como moderador, empieza explicando la dinámica y sentido de este encuentro remitiéndose al documento de provocación titulado “Convocatoria-encuentro: Ante la guerra capitalista, la revolución integral. Experiencias y desafíos” enviado, publicado y circulado de manera anticipada. Reitera el carácter de Pueblos en Camino como una iniciativa comprometida con contribuir en palabra y acción con el tejido de autonomías y resistencias entre pueblos y procesos, frente, más allá y mucho más acá del capitalismo. Una iniciativa compartida, sin estructuras ni jerarquías, de la que hacen parte este tipo de encuentros y jornadas. Reitera la convocatoria a tejer colectivamente, en Minga (esfuerzo colectivo sin dueños) y a buscar activamente la manera de compartir palabra y acción entre y con pueblos y procesos en resistencia/alternativas al capitalismo.
Recuerda que se circularon en primer lugar y de manera amplia unos insumos para enfatizar el sentido del encuentro, complementar la propuesta temática recogida en el documento de provocación y motivar el intercambio entre las y los participantes del encuentro y también entre quienes tengan acceso a estos materiales una vez publicados y diseminados. Con la lista de participantes se compartieron dos textos unas horas antes del mismo, como parte de sus provocaciones. El editorial más reciente de la revista Verbo Libertario (No. 10) y un texto preparado por Isabel, Sergio e Ileana desde Guatemala, que aparecen al final de este documento como apéndices I y II.
Insumos
Se propone que el encuentro se desarrolle en tres fases:
1. Provocaciones (15-20 minutos c/u), por parte del Centro Social Ruptura, Las y los participantes de Guatemala y Emmanuel Rozental desde Colombia
2. Intercambio y debate abierto a todas y todos los presentes (60-90 minutos)
3. Proyección y propuestas, todas y todos (últimos 10-15 minutos)
Provocaciones
Centro Social Ruptura de Guadalajara, México, Guatemala y Colombia.
Intervención de Marcelo del Centro Social Ruptura
Marcel Sandoval, Guadalajara
Cómo pensar el instante de peligro actual, lo que quiere decir, cómo detener la guerra, preguntas que no se puede responder sin otras preguntas, cómo nos emancipamos, cómo desplegamos actos revolucionarios, cómo ser revolucionarios y rebeldes. Una y otra vez repetimos que nuestras resistencias y nuestros procesos de organización no los podemos concebir al margen de la guerra capitalista, patriarcal, colonial y estatal que estamos viviendo, y que con el paso de tiempo se está recrudeciendo.
Repetimos una y otra vez que para detener la guerra debemos liberarnos de la dominación y la explotación. Pero en la actualidad parece que cada vez más militantes caemos en la actitud conformista que sostuvo la socialdemocracia frente al fascismo y nazismo, actitud que denunció y repudió Walter Benjamin, cuando planteó que habían caído en una pereza del pensamiento al creer que nadaban con la corriente y sólo era cuestión de tiempo para que se presentara la anunciada situación revolucionaria.
Ahora no pensamos que nadamos con la corriente, ni coincidimos explícitamente con la misma idea de progreso de la socialdemocracia. Sabemos que la situación ha estado empeorando y que cada vez será peor. Y justo la contraparte de la fe en el progreso y en el mejoramiento irremediable de nuestras fuerzas, esa dicha noción catastrófica donde pensamos que no hay salida, que estamos acorralados.
El optimismo diletante y el nihilismo coinciden en la misma lógica política. Olvidan que la liberación depende de nuestras propias fuerzas que seamos capaces de crear. Olvidan lo que planteó Walter Benjamin que cualquier instante contiene sus oportunidades revolucionarias, puesto que cualquier oportunidad revolucionaria depende de nuestra acción política, la cual será enteramente nueva en tanto se nos presente un nuevo instante.
El optimismo diletante y el nihilismo buscan soluciones externas para provocar las oportunidades revolucionarias: las crisis, los líderes carismáticas, los partidos, las vanguardias revolucionarias, las elecciones, los dirigentes, los articuladores. Se configura una práctica política que separan los fines de los medios. Y uno de los mecanismos más efectivos a lo largo de la historia donde se refleja la separación de los medios y los fines, es ver de manera separada la guerra y la revolución, creer que la solución de una no está interrelacionada con la otra.
La guerra no es sólo un recurso del capital y el Estado para dominarnos. El capital y el estado son la guerra, son un devenir de guerra para dominar y explotar la vida. En este sentido, la revolución, la emancipación son el acto, son las prácticas y los imaginarios desde los cuales podemos obstruir la dominación, es decir, la guerra.
Podemos, sin duda, pensar en abstracto, es decir, sin sentir vergüenza por nuestra complicidad, sin sentir dolor, rabia o necesidad de venganza, sin que nos provoque a actuar aquí y ahora que la guerra que comenzó el día que surgieron el patriarcado y gracias este el colonialismo, y gracias a estos el Estado, y sostenido por estos tres pilares el capitalismo, que esa guerra total contra la humanidad de la cual ya tienen mucho tiempo hablando los zapatistas, al día de hoy ha dejado, sólo en México, un saldo de decenas de miles de desaparecidos, varios cientos de miles de asesinados, decenas de miles de mujeres que son asesinadas y desaparecidas, y que ante lo nos vamos dando cuenta día con día está situación nos resulta aterradora; además, de una situación donde estamos ante cadáveres de territorios destruidos en beneficios de la acumulación y la ganancia.
Cómo ese saber no nos ha empujado a organizarnos mejor y con más gente, por qué seguimos cayendo en conclusiones conformistas o desesperadas. Cómo es que ante este momento de peligro, los que terminan adquiriendo un lugar protagónico son los dirigentes y los aspirantes a tiranos, los radicales o los pacifistas. Todos, creación de las mismas relaciones de dominación para que perdamos la esperanza en nuestras propias fuerzas y capacidades.
Si no creamos una fuerza colectiva capaz de inhibir y desarticular la guerra capitalista, si no creamos relaciones sociales que obstruyan la reproducción del dominio, si no creamos proyectos que permitan prescindir y dejar de depender del Estado y el capital, la guerra, esta tormenta que está encima de nosotras y nosotros nos va destruir. Pero esto también se puede quedar en buenos deseos, en algo que repetimos para no sentirnos tan culpables.
Sólo podemos ser revolucionarios en el instante en que hacemos la revolución, la revolución son los instantes revolucionarios que abren y esbozan mundos nuevos, sin dominio ni explotación. Crear organización es tratar de re-crear nuestra vida desde lo colectivo, desde el apoyo mutuo, la afinidad, la complicidad y la afectividad. Hacer política emancipatoria es imposibilitar las jerarquías, es negarnos a obedecer, es poner por delante la dignidad y la rebeldía. Estas interrogantes, en el plano de la ética, que siempre va por delante, dentro de la tradición anarquista, no pueden pensarse más que desde el rechazo total contra la formula autoritaria que piensa que el fin justifica los medios. Sólo así podemos configurar una política como despliegue de la acción directa de los interesados mismos para resolver nuestras necesidades.
Necesitamos en el presente, quizá ahora más que nunca, la construcción de un pensamiento-práctica revolucionaria, la creación de una praxis revolucionaria, la situación de guerra que vivimos nos obliga, y hace que resulte urgente una labor de desvío del horizonte revolucionario que apueste por la rebelión en el día a día contra lo instituido, una revolución sin nombre, una revolución que emerge desde la clandestinidad de la vida cotidiana, desde los instantes vividos como insumisión de la jerarquía.
Pensar la revolución en el sentido de un horizonte anticapitalista y antiestatal, donde la apuesta es por la autogestión de la vida, nos obliga a dejar de concebirla como un instante excepcional, a menos que hablemos de un “estado de excepción permanente”, en afinidad con Benjamin (2008), donde es posible reconocer que el antagonismo social y la crisis, la catástrofe y las posibilidades emancipatorias no son algo esporádico ni un accidente, sino que son la regla. Y son la regla para cada vez más gente, si antes lo era sólo para los pueblos indígenas y las mujeres. Ahora puede ser para cualquiera.
La praxis revolucionaria que nos propongamos esbozar, puede partir del acto de recordar. Rememorar nos permite hacer la resistencia y la rebeldía al lado de los muertos que han luchado por un mundo comunista anárquico –sin dominadores ni dominados, sin explotadores ni explotados–; nos permite sentir su dolor y rabia, para que se encuentre con nuestro dolor y rabia; nos permite que nos compartan de su pasión y sus fuerzas. La memoria crea un vínculo de apoyo mutuo y de complicidad entre los insumisos de ayer y hoy, instituye un deseo de venganza y una necesidad de reparación de los agravios de toda la historia.
Esta memoria nos puede recordar el instante de peligro actual, un instante en el que estamos situados, donde se nos quiere imponer una disyuntiva, sobre la que tenemos que decidir, detener la guerra o hacer la revolución. Esta formula donde se separa la solución de la guerra con las posibilidades emancipatorias está orientada a crear nuevas ilusiones, nuevos fantasmas que nos mantengan en la explotación y oprimidos, estas ilusiones vienen en forma de nacionalismos, de elecciones, de partidos, de salvadores, coordinadores. Tenemos que pensar y actuar en la perspectiva de que guerra y revolución caminan juntas. Los medios son el fin, por tanto, sólo podremos ganar la guerra conforme se profundice la organización para la autogestión de la vida.
En este sentido, se me vienen a la memoria dos momentos. La experiencia magonistas anarquista dentro de la revolución mexicana, entre 1900 y 1922. Y la experiencia revolucionaria anarquista en el Estado Español que desemboco en la revolución española, entre 1936 y 1939. En este contexto estamos ante lo que se ha nombrado como el primer asalto del movimiento revolucionario contra la sociedad de clases, y justo el capital recurrió a su arma de dominio para desarticular este asalto que lo puso en la lona, la guerra. La primera y la segunda guerra mundial, forzaron el camino del movimiento revolucionario justo en la lógica de esa falsa disyuntiva, la guerra o la revolución. Y entonces surgieron las alternativas ilusorias: las elecciones, los partidos, la legalización del sindicalismo, la democracia liberal y las alianzas entre quienes decían ser compañeros, entre quienes decían compartir los mismo intereses, destruir el fascismo y el nacionalismo, pero que sólo eran la mano izquierda del capital, y desplegaron la guerra desde dentro del frente revolucionario: los marxistas-leninistas, con todas sus variantes, estalinistas, trotskistas, un poco después maoístas y muchos etcéteras, los socialdemócratas. Todos ellos no dudaron en matar, desaparecer, desarticular todo lo que estuviera en el camino revolucionarios, fueran gentes o procesos. Algunos hablan de traiciones, traiciones que llevaron a que los instantes revolucionarios fueran derrotas, otros dirían que no fue traición, que eso es justo lo que eran desde el principio, unos contra-revolucionarios, unos reaccionarios pintados de izquierda, demostrando desde un principio un orgullo por el autoritarismos, por el estatismo, por el progreso industrial y capitalista.
Pienso que lo que nos pueden enseñar los magonistas y los anarquistas afines a personas como Durruti, Berneri, organizaciones como los amigos de Durruti y otras dentro la revolución española, es que la revolución no puede esperar a que se resuelva la guerra, la guerra no se frena si no es mediante la revolución. Y la revolución para estos militantes no fue más que poner en marcha, sin esperar a nadie ni a nada ese mundo nuevo por el que estaban luchando. Los magonistas tomaron la tierra y la colectivizaron, sin más, para comenzar a auto-organizar la vida, además, llamaron a los trabajadores y revolucionarios de todo el mundo a que no entraran al engaño patriotero que generó la primera guerra mundial. Los anarquista españoles crearon las colectividades, una de las creaciones más importantes de la historia del movimiento revolucionario, a través de las cuales se trato de autogestionar la vida de modo integral, desde le trabajo, la salud, la educación, la alimentación, hasta los servicios como el transporte, las artes. La derrota de la revolución española posibilitó la estocada final sobre este primer asalto revolucionario a la sociedad de clases, la segunda guerra mundial, donde la guerra fue lo que primó sobre la vida. Y entonces preferimos democracia liberal, estados de bienestar, tiranuelos, en lugar de Führers, duces o gran timonel.
En el mismo sentido, en Italia, en el contexto del surgimiento del fascismo, un anarquista como Camillo Berneri, que combatió en la revolución española, y que siempre supo que no se podían separar la guerra y la revolución, y por eso fue asesinado por agentes estalinistas después de que en un programa en la radio colectivizada, hizo un homenaje al recién fallecido Antonio Gramsci. Dijo una frase que ahora la tenemos que tener presente: Mussolini llegó porque el movimiento estaba esperando a un Lenin. Ahora, podemos sustituir los nombres, pero el peligro es el mismo. Los tiranos llegan porque seguimos bajo la cultura de la servidumbre voluntaria.
Hoy estamos en una situación de peligro, donde parece que la disyuntiva nuevamente está dirigiéndose a la guerra, es decir, hacia las falsas alternativas, donde vuelve a resurgir las opciones electorales, los aspirantes a tiranos, las vanguardias y los jefes. Y ante eso no tenemos respuestas, sabemos que sólo la auto-organización y la autogestión podrán poner en el mismo lugar los medios y los fines, pero cómo.
Pienso con Malatesta que lo esencial es desarrollar el espíritu de organización, el sentimiento de solidaridad y la confianza de la necesidad de cooperar fraternalmente, con la convicción de que “es necesario un trabajo continuo, paciente, coordinado, adaptado a los diversos ambientes y a las distintas circunstancias” (Malatesta en Richards, 2007: 172). No queda más que la auto-organización entre nosotrxs mismxs, para hacernos responsables de nuestra propia vida, para fomentar la autonomía colectiva y construir formas de comunicación autentica y de base.
Y ahora la discusión, podría girar en torno a justo como aquí y ahora, comenzamos a ya vivir ese mundo nuevo.
Intervención de Sergio Palencia, desde Guatemala
Luego de reunirnos Isabel e Ileana, decidimos hablar de lo que fue el acompañamiento de comunidades Maya-Q’eqchi’ (ver mapa enviado) y cómo los Acuerdos de Paz, firmados en 1996, facilitaron la privatización de la energía, la expansión de fincas agroexportadoras, así como la imposición de minas e hidroeléctricas. De este modo los Acuerdos de Paz en Guatemala fueron paralelos a la nueva legislación que favoreció la expansión del capital.
Guatemala y región Maya Queq´chi
La guerra en la región Q’eqchi’ obedeció a una lógica distinta al resto de áreas, incluyendo el Altiplano fronterizo con Chiapas, México. Luego de 1996 las fincas cafetaleras en la región sufrieron un fuerte revés debido a la introducción en masa de la exportación de café vietnamita al mercado mundial, abaratando los precios internacionales. Muchas fincas por ende fueron abandonadas, subutilizadas, mientras comunidades q’eqchi’es no tenían tierra para subsistir. Se da entonces un fenómeno de ocupación de fincas y producción en las tierras tomadas.
Mientras tanto los Acuerdos de Paz promovieron la mercantilización de la tierra a través de Fondos de Tierra, en su mayoría, financiados por organismos internacionales. El dinero se convirtió en un obstáculo para las comunidades que ocupaban las tierras y deseaban legalizarlas. La otra salida, hacia 2003, fue la represión sistemática de la toma de tierras en todo el país, especialmente en la región Q’eqchi’ de los departamentos de Alta Verapaz e Izabal. Se da un nuevo proceso de militarización de las regiones en disputa entre la producción q’eqchi, comunitaria, y la producción capitalista de palma africana.
En esta región los bosques y lagos han sido convertidos en desiertos de palma africana y extracción de níquel. Los Acuerdos de Paz conllevaron que la izquierda que entra en ellos hace a un lado a los pueblos por poner en la agenda primero la disputa electoral institucional por sobre el acompañamiento concreto de las comunidades en lucha. Surge pues un nuevo sujeto más allá del marco estrecho de los partidos y lo políticamente permitido tras los Acuerdos de Paz.
En América Central cuando los pueblos estaban en rebelión en la década de 1970-1980, los capitalistas se vieron obstaculizados para llevar a cabo su expansión energética y agroexportadora. La vinculación armada de los pueblos estuvo relacionada con esta resistencia a la introducción de estos proyectos de acumulación privada, respaldados por ejércitos privados y nacionales. Hacia mediados de 1990 la estrategia de acordar la paz reactivó la planificación territorial capitalista en el país y en la región. Se puede decir que es un nuevo patrón de guerra de expropiación y subordinación a los tiempos y espacios del capital.
No obstante, también los procesos de lucha de las comunidades, aunque con contradicciones y fragmentaciones alentadas por los capitalistas, no han permitido que se despliegue completamente el plan capitalista de convertir el territorio en productor energético. Las estrategias militares, ya usadas desde la contrainsurgencia en 1982, se repiten ahora usando el dinero y las lealtades de los grupos paramilitares – Patrullas de Autodefensa Civil (PAC) – para imponer los megaproyectos.
Guatemala: Marcha indígena y campesina 2012
Guatemala como resultado de la guerra se ha convertido en territorio de continua expropiación. La resistencia, no obstante, también ha creado nuevos caminos. La enorme ola migratoria coincide con los inicios de la década del 2000, en un momento en que las remesas son convertidas en fuentes centrales de sobrevivencia ante un Estado – neoliberal – basado en estimular la privatización y el deterioro de lo público hasta privatizarlo. La violencia ya está superando los niveles de la guerra ahora bajo actores silenciosos, desdibujados en apariencia, que reproducen su capital a partir del caos imperante. La ingobernabilidad les es consustancial. Los migrantes, por su parte, enfrentan ahora en su camino a EE.UU los grandes peligros del narcotráfico en Guatemala, pero también en varios estados de México como Guerrero, Veracruz y Tamaulipas. Las fosas anónimas encontradas en estos estados nos habla de un conflicto transnacional donde el concepto de guerras nacionales es rebasado constantemente.
Manuel: Si alguien de Guatemala quiere compartir algo que complemente y se apunta
Rodolfo Kepfer de Guatemala
Quisiera ampliar un poco lo dicho por Sergio en el sentido de la experiencia guatemalteca. Conveniente recordar que Guatemala vivió una guerra interna de carácter contrainsurgente que duró 36 años. Lo que quiero traer a colación está relacionado con los regímenes de los Generales Efraín Ríos Montt y Mejía Víctores, quienes respectivamente, gobernaron el país a partir del golpe de Estado del 23.03.1982 y el <relevo de la cúpula en el mando> en agosto de 1983.
En este marco temporal inició a implementarse el Plan Nacional de Seguridad y Desarrollo. Este estaba integrado por planes de campaña, para 1982 se implementó Victoria 82 y en 1983 Firmeza 83. El primero persiguió la eliminación de las bases populares de apoyo al movimiento revolucionario –“quitarle el agua al pez”–, poniéndose en práctica una campaña de tierra arrasada en el interior del país con un saldo terrorífico de violencia política dirigida en contra de la población civil. En 1983 la estrategia militar persiguió involucrar activamente a la población en la lucha contrasubversiva. De esta cuenta se crearon los Polos de Desarrollo que tenían como pilares la formación de las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), las aldeas modelo –para reubicar en aldeas controladas por el Ejército a la población que había huido de sus hogares en los años anteriores– y las Coordinadoras Interinstitucionales que fueron un mecanismo legal que subordinó a todo el aparato de estado a las fuerzas armadas.
Menciono esto por lo siguiente: para 1984 había más de 1.5 millones de hombres entre 18 y 60 años armados por el Ejército, <patrullando> los municipios, aldeas y caseríos de todo el país. En un momento histórico que en el país había como 8 millones de personas la magnitud es importante.
Estas PAC trastocaron las relaciones sociales y las dinámicas del poder local. Los poderes locales legítimos, vinculados en muchos casos al sistema de justicia consuetudinario de los pueblos originarios, se vieron desplazadas violentamente por las autoridades de estos cuerpos paramilitares que contaban con la venia del Ejército y quienes actuaron con total impunidad. Es mucho lo que se puede decir sobre esto y además faltaría dimensionar el funcionamiento sistémico la contrainsurgencia para ser justos con la historia.
Desalojos en Valle del Polochic
La Guerra terminó formalmente en 1996 con la firma de los Acuerdos de Paz. Durante esa década y con especial énfasis a partir de entonces, el Estado se inscribió en la etapa neoliberal del modelo global de acumulación de capital.
Los distintos gobiernos habidos han adoptado medidas de carácter político/jurídico y económico que han favorecido la implementación de este modelo en el país. Éstas han significado la privatización de servicios básicos, la aprobación de leyes en favor de la lógica del mercado, la mayor presencia en territorio guatemalteco de empresas dedicadas a actividades extractivistas y una menor capacidad de controlarlas por parte del Estado.
En el centro del modelo de desarrollo impulsado por el Estado desde la firma de los Acuerdos de Paz se encuentra el estímulo a proyectos económicos de carácter extractivista. De esta cuenta, progresivamente ha aumentado la cantidad de operaciones de minería, hidroeléctricas y monocultivos en distintas regiones del país, principalmente en áreas rurales. Estos proyectos son operados ya sea por empresas transnacionales, nacionales o en una amalgama de ambas. Prácticamente en la totalidad de las comunidades en las que se localizan estos proyectos, se ha generado una enorme conflictividad social y acciones abiertas de rechazo y resistencia popular a su operación. En más de una decena de comunidades se han realizado consultas populares, y siempre ha sido mayor la cantidad de personas que rechazan los proyectos sobre los que se les está consultando.
En todas estas comunidades –y muchas otras–, se han registrado hechos que constituyen violaciones a los Derechos Humanos de la población. Sin embargo, como se mencionó con anterioridad, el Estado ha impulsado activamente la realización de estos proyectos inclinándose expresamente por la parte poderosa –política y económicamente–.
El Gobierno de Otto Pérez Molina fue claro al indicar su apoyo a este tipo de actividades y plantea el lado del conflicto por el que su administración se inclinó. En el Marco de Promoción para las Inversiones Privadas en Territorios Rurales indicaba: “Las indudables garantías que el Estado guatemalteco debe darle a los inversionistas están relacionadas con la capacidad que tengamos de que el pueblo en general y, particularmente, las poblaciones aledañas a los lugares donde esa inversión se realiza acepten y valoren estas iniciativas empresariales. Al logro de este propósito apunta el presente marco general de la política” (Marco de la Política Pública para la Promoción de Inversiones Privadas en Territorios Rurales, 2012a: IV, énfasis propio).
El verticalismo que puede inferirse en la política pública favorece intereses y proyectos que benefician a determinados sectores. Así, el primer lugar lo ocupa la inversión privada y no el bienestar común. Se entiende dentro de esta tónica estatal que el pueblo tiene que recibir sin oposición lo que se le da, reconociendo y apreciando su valor y mérito, aun cuando en la realidad estas actividades tienen tremendos daños para la salud del medio ambiente y de las personas. La política pública plantea la idea que las inversiones buscarán la primacía del interés nacional –que por mandato constitucional corresponde al bien común (Constitución Política, Artículo 1) – y estarán apegadas a las mejores prácticas internacionales (Ibíd.: 13)xvii. Al plantear los criterios para la promoción de inversiones, el marco estatal debe abarcar el necesario fortalecimiento del Estado de Derecho, la plena vigencia y respeto de los Derechos Humanos y el impulso de todas las iniciativas y mecanismos dirigidos a buscar acuerdos sociales. Éstos tendrían que alcanzarse asegurando respeto a todas las garantías y derechos estipulados en la Constitución (Ibíd.: 9) y en tratados internacionales en materia de Derechos Humanos (Constitución Política, 1985: Art., 46).
Es importante señalar que esta Política insiste en la importancia dada a la participación de la población rural en todos los niveles de formulación y evaluación de los proyectos que les conciernen directamente (Ibíd.: 18). Este aspecto quedó plasmado en el discurso de toma de Pérez Molina, cuando señalaba que “la gente, (…) quiere participar, la gente quiere que Guatemala cambie y está dispuesta a poner la cuota que les toque” (Ibíd.: 15). Es cierto, han existido mecanismos de diálogo implementados por el Estado que pretenden conciliar las visiones encontradas, en los que supuestamente se toma en cuenta y valora la opinión de las comunidades; sin embargo, este diálogo ocurre paralelo a actos de violencia, represión e intimidación poblacional, por lo que es claro que una de sus partes está coaccionada.
La empresas que operan los proyectos extractivos han venido contratando otras empresas que se encarguen <de la seguridad> de sus inversiones. Existe evidencia de la propiedad de muchas de estas empresas por parte de militares en activo o en retiro, muchos de los cuales participaron de la guerra contrasubversiva. En los contextos locales, las empresas han recurrido también al involucramiento de la población en su intención de viabilizar sus proyectos. Así, se han creado “juntas locales de seguridad”, reactivando viejas redes de aparatos paramilitares –como las PAC y los comisionados militares–.
Así, hoy por hoy, la población que de manera legítima está ejerciendo su derecho a resistirse ante el modelo económico impuesto, vive situaciones en las que sus derechos son violentados constantemente. Estas situaciones han evidenciado la utilización de mecanismos represivos –muchos de ellos de vieja catadura–, para enfrentar la resistencia popular a la imposición de un modelo económico; por ejemplo: Implementación de estados de excepción, violaciones sexuales, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y el uso del derecho penal como mecanismo para criminaliza los liderazgos comunitarios.
Intervención de Manuel Rozental Colombia-Listiguj
Empiezo retomando lo que dicen los y las zapatistas con la imagen de la hidra. La dificultad y el desafío de reconocer y asumirnos claramente como el nosotros y nosotras a diferencia de ellos. Dificultad porque nos atraviesa y nos habita la guerra de ellos que reproduce el terror, que responde a la codicia y a un individualismo falso recortado a imagen y semejanza de un universal sumiso, dependiente, ocupado por un tiempo continuo y repetitivo de la relación social de la explotación y el despojo. De modo que se trata de la Biopolítica que somos, que nos recluta. La guerra en sus diversas formas es una manera más, la más poderosa, de ocuparnos como cuerpos humanos, como habitantes de territorios en disputa, como imaginarios moldeados de modo que asumimos que no lo ordinario y lo normal son ese molde invisible, esa individualidad libera para someterse y someter. Específicamente, en relación con la guerra capitalista, habitados por la hidra para destruirnos y asesinarnos con tal de garantizar la perpetuación del patriarcado y de la explotación, para que cumplamos nuestra parte identificándonos de un lado u otro con los argumentos, las contingencias, los imperativos, los señalamientos, los sujetos producidos como causantes y salvadores de la crisis; con la urgencia de la guerra que nos convoca directa o indirectamente, de modo que eso, la hidra, nosotras y nosotros, de ese modo que somos en relación dentro del capital, eso, el imaginario que llamamos nuestro y que sirve a la injusticia y a la codicia, eso es guerra también, es el dispositivo esencial para la guerra del capital y lo ejercemos cotidianamente, pero, cuando quiera que se profundiza la crisis o que se levantan las alas de la libertad y la vida, nos recluta para superar con la destrucción la crisis y cortar con la infamia el vuelo.
Voy a plantear 4 puntos o reflexiones para contribuir a partir de lo ya dicho desde Colombia.
I.
Retomando lo que se preparó en los documentos por parte de los compas de Guatemala, con lo de los acuerdos de paz, vemos reiteradamente algo que nos angustia y que no ha tenido eco entre nosotras y nosotros en el eufemismo del “posconflicto”: No estamos considerando ni retomando la experiencia de Guatemala. En Colombia, con la guerra, nos robaron a los pueblos. Para eso es la guerra. Es un robo sangriento y masivo a mano armada. Mientras nos despojaban y sometían con el terror y las posiciones, nos señalaban como “terroristas” por militares, para-militares y todo el régimen, el establecimiento. Mientras que las insurgencias nos negaron señalándonos como agentes de la CIA, para-militares, cuando quiera que defendimos y defendemos las luchas anti-capitalistas, las autonomías, los territorios, por fuera de las doctrinas de mando de “los otros del sistema”: Los grupos armados en general, estratégica y tácticamente convertidos en factores de terror contra los pueblos para beneficio de intereses económico-territoriales de acumulación. Vinieran de donde vinieran las balas, fueron eventualmente para el capitalismo y contra los pueblos. Eso ya nadie lo puede poner en duda. Y no sólo fue así en el caso de Colombia, así las insurgencias armadas hubieran surgido de un imperativo indisputable de resistencia popular. El capitalismo las convirtió en ese factor de terror contra los pueblos para su beneficio. En el otro lado de la ecuación del despojo. De este modo y durante años, la guerra no nos liberó, nos robó las formas de nuestra resistencia y lucha y ahora pretenden y proceden, como en Guatemala, a robárnoslas con la paz. Es, a pesar de la guerra que incluye esta “paz” del modelo, este mentido posconflicto, que nos niegan, nos postergan, nos roban, nos reclutan, nos eliminan.
Argumentan que el “modelo” (capitalismo, pero a lo que se refiere este término modelo, ni siquiera se debate) no se negocia con las negociaciones de paz ni se toca con los acuerdos. Sin embargo, las condiciones que dieron origen y justificaron el surgimiento de las FARC, de todas las insurgencias armadas, de la guerra entre estas y el Estado, no sólo no han cambiado, se han deteriorado profundamente desde hace 50 años cuando empezó esta guerra. La inequidad, el despojo, la injusticia social ahora bajo el marco de una ocupación total por parte del capitalismo transnacional bajo el eufemismo del “libre comercio”. Los acuerdos y el posconflicto impiden o postergan de nuevo reconocer y abordar ese modelo que es la guerra y que le dio origen a la guerra. Se trata entonces, en estas condiciones, no de manera simbólica ni metafórica sino concreta y abierta, de continuar la guerra del capitalismo contra los pueblos para el despojo, con la firma de acuerdos, a través de la profundización del modelo intocado. Esto sin contar con que ni siquiera la masacre se detiene: Ahora mismo, hoy, van en un año solamente, 158 lideres de procesos comunitarios asesinados, de los cuales 47 son indígenas y la mayoría son en el Cauca, con un aumento aterrador de feminicidios (Iban 156 el 31 de marzo y asesinaron dos más a la fecha del encuentro, incluido un Gobernador Indígena Nasa en el norte del Cauca. Ver «Van 156 líderes asesinados…«)¿A quienes están asesinando por todo el país? A quienes están haciendo revolución; es decir, proyectos autonómicos que combinan inseparablemente resistencias arraigadas a colectivos y a territorios y autonomías desde abajo. Además, como ya se nos recordó para Guatemala, ríos de dinero están fluyendo con el posconflicto, para confundir y comprar a los pueblos, para dividirlos y para transformar procesos de resistencia y alternativas en aliados del régimen a cambio de dinero, con el mismo discurso indígena y popular de lucha, esta vez al servicio de conseguir en complicidad con empresas y agencias de “desarrollo”. Eso sin aludir a toda la maquinaria político-electoral que se re-legitima como única opción de cambio negando y asfixiando alternativas de los pueblos. En este contexto y a pesar de lo que se nos diga, es aún más evidente que el Estado, el régimen (incluida toda la arquitectura del capital transnacional) y los carteles de narcotráfico son los mismos. El capitalismo es crimen organizado, con brazos legales e ilegales en guerra contra los pueblos por la acumulación. Esto, evidente, resulta activamente invisible, porque es activamente invisibilizado. Los territorios que ocupaban las farc ahora los ocupan paramilitares y carteles de narcotráfico aliados-coordinados-bajo el mando de fuerzas del Estado y empresas capitalistas transnacionales. Lo que no consiguieron en el largo período de guerra del pre-acuerdo, lo están consiguiendo de inmediato en esta etapa de guerra del post-acuerdo que denominan posconflicto.
Así, con la guerra nos robaron y nos silenciaron cotidianamente –aunque es verdad que a pesar y en medio de este horror y propaganda, nunca pudieron hacerlo- y ahora con la otra cara, la de la paz del modelo, la de los dueños sin pueblos, la de la re-legitimación del sistema, la de los proyectos y dineros del posconflicto, la de la propaganda, el Nobel, la esperanza, la de la compra de consciencias y procesos, aunque se desmovilizan las farc, se proclama que ya no hay guerra, pero, quienquiera que denuncie el terror y los asesinatos que van desde la firma de los acuerdos, quien quiera que por defender la paz señale y cuestione lo que están haciendo, es tachado por los enemigos y beneficiarios de esta paz, justamente como enemigos de la paz. Los enemigos de la paz son quienes la proclaman acríticamente para subordinarse y conseguir con esta guerra que no termina. El desmantelamiento, la captura y cooptación se aplica a donde se construye autonomía y esta estrategia forma parte de la Guerra-Paz-Guerra (ver La paz de los pueblos sin dueños).
En realidad desatan la guerra y no puede siquiera denunciarse! La estrategia, como en Guatemala, es firmar acuerdos de “paz”, anunciar que estamos ad portas de una “paz completa” e iniciar el “posconflicto” con desmovilización, proyectos de ley, ríos de dineros para comprar y confundir procesos y propaganda desatada penetrando todos los ámbitos. Simultáneamente y como parte de esa “paz”, ocupan territorios con ejército y paramilitares masacrando selectivamente líderes sociales en zonas de interés extractivo, matan familiares de ex guerrilleros y a guerrilleros desmovilizados lo mismo que a dirigentes políticos críticos, lo que, en articulación con enormes concesiones y megaproyectos desata muy rápidamente y antes de que nadie pueda reaccionar (o se le tolere hacerlo en este paraíso del discurso de esperanza), una guerra de ocupación integral para el capital transnacional y sus contrapartes en el país -desde el gobierno hasta las dirigencias que venden procesos indígenas y populares-. ¿Fuera de esto qué hay? Pues nada, en la expectativa oficial, porque quien quiera que señale esto y promueva un proceso de acción y consciencia sobre esto y alternativas a esto, es descalificado por todos los interesados y beneficiarios de esta fase de la guerra llamada paz y posconflicto, desde el poder transnacional, hasta el barrio. ¡SÍ!, descalificados y señalados como ¡enemigos de la paz!. Por ejemplo, a quienes durante la guerra nos señalaba uno y otro actor armado y sus cómplices o de colaboradores de las guerrillas-terroristas internacionales vinculados a la insurgencia armada, o como paramilitares y agentes de CIA-colaboradores del estado burgués (mientras luchamos con y desde procesos anti-capitalistas, como se dio en otras experiencias), ahora, cuando no queremos que a nombre de la paz sigan con lo mismo por la vía electorera, mercantil y del terror, a quienes denunciamos esta paz como la otra cara de la misma guerra, nos rechazan y señalan, o sencillamente, nos debilitan y asfixian hasta el olvido. Eso, es la síntesis: guerra que ahora llaman paz y que ni siquiera podamos denunciar o resistir. Pregúntenle, por ejemplo, a Guatemala…pero no sólo.
II.
El capital vive la crisis mas extensa y profunda en su historia ahora cuando está ocupando el planeta todo, los imaginarios todos: territorios de todo tipo (cuerpos, geografías físicas e imaginarios). Ha generado excedentes de capital y de población y déficits de naturaleza o de “recursos naturales” como los llaman. Superar la crisis habiendo ocupado el planeta los obliga a eliminar los excedentes de capital, de población (trabajo innecesario o excedentario) y a la apropiación y explotación privada de recursos (naturaleza), lo que los obliga también (argumento supremos, dispositivo último) a hacer la guerra total. Guerra total que impone en muchas otras formas de guerra (más allá e incluyendo la convencional): hambre, eliminación de gente que sobra, eliminar capital que no les sirve. Ese es el escenario global actual. La guerra está activando la economía. Lo ha hecho desde el Medio Oriente, tal como se menciona en el documento de provocación-convocatoria a este encuentro. En Turquía ahora mismo, por ejemplo, imponen a un dictador con un referendo, atacando la autonomía kurda, promoviendo la guerra en Siria, a nombre de recuperar la grandeza perdida, en el mismo tono y sentido nostálgico y fascista de Trump o del Brexit. Capitalismo intolerante, con nacionalismos y mezquitas, para involucrarnos e una u otra guerra, para someternos con nuestro entusiasmo y sangre a sus ganancias. El nuevo frente que desde las Coreas se abre entre China-Rusia y la OTAN, esta vez incluyendo al Japón que se rearma, reactiva la conscripción obligatoria y entra con Australia y otros a la coalición. Unos y otros aparecen como enemigos para que asumamos posiciones, mientras que todo esto cumple el propósito estratégico de la ocupación global, la eliminación de excedentes y el restablecimiento de la acumulación codiciosa concentrada. En esto nos involucran globalmente.
Así, el llamado a primero ganar la guerra, que es lo urgente ahora (crear la excepción que todo lo posterga) y dejar para luego hacer la revolución, es una trampa pues la guerra sólo se acaba haciendo la revolución. Así, dos vectores en la misma dirección siempre, que motivan desde el capital su guerra: 1. Cada vez que tratan de superar la crisis para perpetuar el despojo, recurren a la guerra y 2. Cada vez que los procesos de los pueblos desbordan al sistema y amenazan con desnudarlo y destruirlo, con la infamia de la guerra nos reclutan para convertirnos en carne de muerte y dejar para después la libertad. Ambas están siendo implementadas ahora y hacen curso en el ámbito global involucrándonos.
III.
En nuestro Continente. Siria, Libia, Irak, son los modelos que funcionan, entre otros, y que han generado guerras exitosas para enfrentar la crisis. Habría que preguntarse dónde y cómo pueden implementar ese modelo de “acumulación por destrucción” como lo ha denominado Héctor Mondragón, en todo el mundo, incluyendo las Américas.
El primer ejemplo que resulta evidente y actual es Venezuela. Allí también hay petróleo y también puede generarse un estado de guerra que active la economía desde la destrucción hasta la reconstrucción y el extractivismo. China, Rusia anuncian recientemente ejercicios militares en defensa de Venezuela frente a los gringos y sus aliados (que los hacen todo el tiempo) en todas las fronteras de Venezuela (particularmente Colombia). Claro, China y Rusia se meten a la guerra por intereses de capital y tratan de meter en sus perspectivas a los izquierdo parlantes que, como en Venezuela, intentan globalizarnos en su guerra. Mientras los Sabino y los pueblos le ponen el pecho al capitalismo y los pueblos denuncian el despojo que viene de uno y otro de los bandos que reclutan, al pueblo no le queda (según se requiere) más opción que armarse con las milicias para rechazar el fascismo del capital, o dejarse arrastrar por el fascismo demócrata-parlante para deshacerse de un régimen que se valió de su compromiso y rebeldía para enriquecerse y despojarlos. La guerra de ellos la luchan los pueblos y la gana el capital. El modelo Siria-Libia avanza.
México, aunque acá no haya el espacio de profundizarlo, es hoy el otro polo de guerra. Como bien lo explican entre otros John Gibler en su “Economías del Terror” y Carlos Fazio en “Estado de Emergencia” o Alejandra Guillén, acá presente desde Ruptura, en la Introducción a “Guardianes del Territorio…”. A México lo meten en un estado de guerra permanente. Una guerra contrainsurgente y para la acumulación capitalista en donde enseñanzas como las de Colombia se sofistican y actualizan para reclutar, confundir y avanzar los intereses del capital…y no se le ve fin. Al contrario, ese modelo de guerra proviene de y regresa a otras geografías y logra sus objetivos: los del capital. Que lo ilustren las fosas comunes, las y los desaparecidos, los feminicidios, las guerras de-con-contra cárteles y, para resumir…Ayotzinapa (la noche de Iguala).
A pesar de ello están los ejemplos como Cherán y zapatistas, entre otros, en toda la geografía de un México Rebelde, de una América rebelde, de pueblos en rebeldía en todo el planeta, que manifiestan y expresan en los hechos dónde estamos y quienes somos, a diferencia de ellos: nosotros y nosotras.
IV.
El ultimo punto. Parto de una imagen. De una decisión de esta semana. En el Norte del Cauca, Corinto, al sur occidente de Colombia, en medio de las geografías de las muertes selectivas, la liberación de la madre tierra, el despojo territorial, los escuadrones de la muerte-ejército; las guardias indígenas anuncian que se unifican con guardias campesinas y afros para controlar el territorio y detener la agresión venga de donde venga. Allí la gente toma la decisión de articularse ante la guerra desde un nosotros que no es ninguno de los sujetos fabricados o reclutados por el capitalismo para la guerra. Así como las y los liberadores, se declaran y se activan como un nosotras y nosotros abriendo el espacio que pretenden cerrar con la guerra de la paz. Lo presento como un ejemplo para plantear la esencia de este punto como provocación: frente a la guerra se requiere hacer, actuar, liberar. Es urgente y necesario y nos reclama consciencia, decisión y sabiduría. Pero ante todo, nos reclama a nosotras y nosotros. Un nosotras y nosotros en disposición de resistir el reclutamiento aquí y ahora y liberarnos.
Recuerdo una escena, un hecho de nuestra historia del que puede dar fe un compañero que está entre nosotras y nosotros. Perú, Cusco, ceja de selva (La Convención y Lares). En la ciudad de Quillabamba, el 13 de marzo de 1962, una asamblea impensable estalla como un grito dejando atrás el viejo orden establecido. Los arrendires y habilitados. Los indios esclavos. Los nadie anuncian con entusiasmo una huelga general y un pueblo se rebela por ¡Tierra o Muerte! Al día siguiente, 14 de marzo, una comitiva de federaciones campesinas que se sirven del sindicalismo para salir del despojo llega, proveniente de Quillabamba a la comunidad de Santa María, donde los campesinos están expuestos y resignados a ser acabados. Las aguas del río Vilcanota crecen y los acorralan en un barranco, la única tierra que les han dejado los gamonales. Están encerrados entre una montaña de rocas que se despeñan y un río que se desborda. No pueden moverse. No saben hacerlo. El mundo, de hecho, es “ancho y ajeno” como lo señalaba entonces Ciro Alegría para estos dueños ancestrales del territorio acorralados física-corporal-mentalmente por el orden esclavista de los gamonales. Es entonces cuando se reúnen con la dirigencia campesina y el absurdo aceptado de siempre salta a la vista y les devuelve la vida. Hugo Blanco se los señala y Andrés Gonzáles (arrendire y dirigente campesino de la Federación Provincial Campesina de La Convención y Lares) les conmina a traer las cosas, las pocas pertenencias y a travesar el puente. Hay una pampa libre de amenazas de desbordamientos y derrumbes justo en frente. Del otro lado del río. ¿Por qué? pregunta Hugo Blanco, ¿no lo atraviesan y establecen su pueblo, una Santa María la Nueva allí donde no hay peligro, donde se puede vivir? Es la tierra del amo, del gamonal. La intocable, la que les ha robado, la que trabajan sin recibir nada. Es la propiedad del gamonal, la única que vale y existe, la que incluye sus vidas, o mejor, ese irse muriendo mientras se sufre en la humillación y se trabaja sin escapatoria porque el gamonal es el gobierno, es Dios, es la ley, es el poder sobre la vida y la muerte. Pero deciden, se deciden a cruzar. A atravesar la frontera de la propiedad. A irrespetar los linderos del olvido y el desprecio, a asumir que sus vidas no tienen como destino la muerte para que el patrón no se altere. Hugo les dice compañeras, compañeros: “están retomando el derecho a vivir, a no defender un salario o un cargo, o una limosna, sino a vivir. Han decidido no-morir-más. Atraviesen el río y siembren su pueblo: Santa María la Nueva en esa pampa porque es la vida lo que han decidido defender”. Y se tomaron su territorio y decidieron ser gobierno y defender ¡tierra o muerte! y escogieron la vida. No era solamente el acto desesperado ante el barranco y la muerte, sino desde allí, el re-aparecer para vivir, el asumir el derecho a la vida. El negarse a ser negados como sujetos del desprecio y del olvido. Hoy veo ante este recuerdo, que en todos lados, en todo el planeta, en todos los territorios estamos así, conscientes o no, en el barranco de nuestro encierro y al borde del exterminio, en la situación de tener decidir-decidirnos por la vida ante la codicia del capital y sus muertes con tantas máscaras y engaños. De modo que como dice ahora el propio Hugo Blanco: antes luchábamos por la tierra (en minúsculas) hoy luchamos por LA TIERRA (en mayúsculas). Tierra es todo el paneta, y ante la guerra y la muerte tenemos que atravesar el puente y liberar territorios físicos, imaginarios, corporales, todos los territorios al reconocer que vivir es liberar y liberarnos con la tierra y acabar con esta guerra permanente. Reconocer la guerra para la codicia en sus caras y máscaras y no resignarnos entre-tenidos y reclutados a la muerte.
Constanza Cuetia, norte del Cauca, Colombia, complementa
Mirando de manera local y la preocupación en la situación del llamado posconflicto, con el nuevo vipresidente de la república de Colombia, Oscar Naranjo, expresa que no hay que volver atrás a la guerra y que eso hay que acabarlo, pero cómo nos presentan esa forma de guerra a los y las colombianas, que es la violencia entre los grupos armados y no se nos muestran esas otras formas de guerra como es la del capitalismo, el patriarcado y el racismo, que siguen y que se agudizan con más fuerza. Por ejemplo lo que está pasando en Tumaco, costa pacífica de Nariño, donde están protestando y de cómo las mafias se enfrentan a no permitir la erradicación de los cultivos ilícitos, estos grupos de la mafia se están fortaleciendo con la desmovilización de las FARC, y que aprovecha para despojar territorios, asesinar con más fuerza y que es preocupante porque es una situación que se va a extender a todas las regiones de Colombia. Esto también lo estamos viviendo en el norte del Cauca donde continúa la lucha de los grupos armados por el territorio de los pueblos indígenas, campesinos y afros. La sustitución de los cultivos ilícitos no va ser y nunca ha sido fácil, como se plantea el fracaso del Plan Colombia pero también de fondo se mira las alianzas que han tenido la fuerza estatal, ejercito, policía, paramilitares y la guerrilla, y las mafias se unifican en los hechos para despojarnos y asesinarnos. Todo esto es confuso y la solución en nuestras comunidades es insertarnos a la institución a través de proyectos productivos pero de fondo no va a solucionar esas problemáticas. Y así nuestras comunidades cada vez más se van metiendo a las iniciativas del gobierno y los incorporan a sus políticas.
Intercambio y debate
Isabel: Las guerra, los conflictos pareciera que los estamos leyendo como islas…los pueblos estamos inmersos dentro de esta guerra, de forma voluntaria, inconsciente u obligados.
Òscar Sampayo de Colombia:
En el caso colombiano y en Latinoamérica, los asesinatos a líderes sociales, indígenas, raizales, afros, campesinos es la continuación del exterminio que no ha parado desde la colonización, con la eliminación física de los líderes sociales y personas que protestan, y más recientes en el Cauca y en el sur de Bolívar por cuestionar la implementación del acuerdo de paz con las FARC y su implementación y las realidades que ocurren en los territorios paz, se percibe que es un ataque sistémico para callar a la voces inconformes.
Nos preocupa que se imponga el modelo neoliberal – capitalista en todos los territorios y favorece la actividad extractiva y el despojo de tierras se incrementa. La palma aceitera se extiende en los territorios, se profundiza el extractivismo. Empresa chinas, suizas que entran a extraer y que la lógica de extracción nos obliga a tejer en contra de esa lógica criminal, e identificar las conexiones de los capitalistas y el capital en los territorios.
Dolores- Lo, desde Colima. Anular el terreno de la guerra, dice el Zapatismo
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2011/03/09/apuntes-sobre-las-guerras-carta-primera-completa-del-sci-marcos-a-don-luis-villoro-inicio-del-intercambio-epistolar-sobre-etica-y-politica-enero-febrero-de-2011/ En esta carta, entiendo, el SCI Marcos hace un análisis del capitalismo en tanto guerra y luego plantea: “Y aquí está la paradoja de la guerra zapatista: si perdemos, ganamos; y si ganamos, ganamos. La clave está en que la nuestra es una guerra que no pretende destruir al contrario en el sentido clásico.
Es una guerra que trata de anular el terreno de su realización y las posibilidades de los contrincantes (nosotros incluidos).
Es una guerra para dejar de ser lo que ahora somos y así ser lo que debemos ser.”
Vilma.
Pensando en lo que se ha dicho recordaba que en el Cauca, donde hay resistencia, se destacaba hace décadas atrás, por diversas iniciativas y configuraba Toribío como corazón de la resistencia indígena en este país. Además con las grandes movilizaciones y acciones colectivas de la década del 2010 (paridas desde el Cauca), que iban planteando algo más que las reivindicaciones y apuntaban a irnos liberando con la Madre Tierra, pero que últimamente vemos como se profundiza la cooptación para inhibirnos y siguen matándonos en el contexto de los acuerdos de paz. Y al mismo tiempo, usan el llamado posconflicto para engañarnos con jugosas promesas que terminan supeditando el horizonte político transformador a un mero horizonte práctico economicista que termina hasta exigiendo que no nos movilicemos para no entorpecer las negociaciones ni los diálogos con el gobierno.
Con todo esto, vemos cómo en la última década ha ido avanzando otra estrategia de despojo y de sometimiento de nuestras comunidades en los mismos lugares donde años atrás caminaba con más fuerza la resistencia. Por eso, en varios resguardos indígenas, particularmente en Corinto, Toribío, y Jambaló en el norte del Cauca se extiende el monocultivo de marihuana hidropónica. De una parte, ante la necesidad y ante el empobrecimiento en los territorios los pueblos se ven obligados a sembrar también para sobrevivir; y de otra parte, la codicia de unos y el poder de otros armados de todos los bandos, están queriendo arrebatar el control territorial y por eso también se agudizan las guerras internas, donde se matan las juventudes que entran en esta dinámica y están siendo parte de esos nichos de guerra. Mismos que se favorecen y se articulan con el impulso de la acumulación de capital. Y así el narco sigue siendo global, pues ya no sólo la experiencia narcoparaestal desde Colombia se extiende a México, sino también desde México se sigue extendiendo hoy más que nunca hasta Colombia, llegando con más fuerza a territorios como Toribío, que se había reconocido como el corazón de la resistencia, pero ahora está debilitado con toda esta estrategia narco que ha despojado visiblemente el uso de la tierra para el cultivo de la comida supeditándola al monocultivo de marihuana. Al mismo tiempo aumentan los feminicidios, entonces lugares como Corinto y Toribío son ejemplos de cómo toda una dinámica mafiosa sigue entrando para generalizar la guerra y el despojo en territorios indígenas.
Pero también hay lucecitas de la resistencia y lucha para ir liberándonos con la Madre Tierra y se muestra la necesidad de crear y ampliar, mirándonos entre todos en el Abya Yala, y tratando de entender mejor y hacer cumplir los mandatos comunitarios desde el mandar obedeciendo para podemos caminar la palabra y alimentar el trabajo político para restablecer en todos lados, la asamblea como máxima autoridad donde el mandar obedeciendo camine permanentemente, que suma la resistencia autónoma desde lo colectivo y lo individual también.
Isabel: Pienso que no podemos ver a los pueblos aislados y, más bien, estamos inmersos en los conflictos. En consecuencia necesitamos ver de qué forma no seguir alimentado los conflictos y generar la forma de defendemos.
Lo: La guerra patriarcal, que según lo que yo miro-entiendo, posibilita las otras guerras, parte de un arriba (hombres propietarios) y un abajo (mujeres, naturaleza, niñez, apropiadas por ellos) Los privilegios de los de arriba, se sostienen en los despojos de que somos objetos quienes abajo nos han colocado y ahí nos sostienen con dispositivos de naturalización y de violencia. Coincido en que el patriarcado es la guerra originaria, milenaria y actual y Es esta guerra la que poco miramos, pero es de la que mucho podemos aprender, no sólo para develar los mecanismos de arriba, sino y sobre todo para aprender de cómo nos hemos defendido, nos defendemos y defendemos la vida en el planeta, quienes quedamos abajo.
Rafael:
Habiendo leído el manifiesto magonista de 1918 respecto de las condiciones de guerra capitalista y revolución, entiendo mejor porqué los zapatistas insisten en la necesidad de convocar a la organización. Y las implicaciones de caer en la perspectiva y tentación de colocarse en la búsqueda de tomar el poder y participar en el gobierno, cualquiera sea su tipo, si se trata solo de sustituir a las anteriores instituciones.
La idea que se maneja siempre luego de procesos revolucionarios o de negociaciones de guerra-paz, en el sentido de que hay que ir a la unidad con todos para asegurar el poder gubernamental para parar la guerra, obviamente reproduce las formas de hacer política y de gobierno en la lógica liberal capitalista, pues como dice Miguel Amorós en el otro documento de insumo, “el fin del vacío de poder que había dejado que la revolución progrese” se llena con el intento de volver a llenar ese vacío tomando el poder, sea por comunistas con otros, en el caso de la revolución española, sea Guatemala con los ex guerrilleros y otros aliados, y así en todos lados; de manera que se trata siempre de ofensivas contra las autonomía de los pueblos para “contener y desbaratar el proceso revolucionario tanto en la retaguardia como en el frente”.
Reconociendo cómo en todos los procesos revolucionarios se recrea la contrarrevolución conviene tener presente la falsa disyuntiva de enfrentarse a pesar de todo o crear organización suficiente para garantizar que no prospere la derrota, el nuevo poder gubernamental y la matanza de quienes se mantuvieron consecuentes a la revolución. Se trata de disolver la disyuntiva y priorizarla construcción de organización con autonomía como proyecto.
Pensar cómo organizarnos para enfrentar la guerra capitalista, de modo que la revolución camine sin paralizarnos ante el horror (como dice el texto de Pueblos en Camino) y el terror, y sin obviar reconocer las mil caras de la guerra capitalista total: la convencional, toda forma de cooptación-captura, la amenaza fascista y supuesta alternativa liberal burguesa.
Entonces, como pensar la revolución aquí y ahora? El documento de PEC nos señala que “nunca hay después”, es ahora “que nuestras luchas y caminos desbordaran el horizonte del capital y que meternos en su guerra nos destruye” y entonces “cómo liberar y liberarnos con la madre tierra, emanciparnos…gobernarnos colectivamente y autónomamente…tejernos entre pueblos y procesos para vivir y destruir el capitalismo” son algunas de los cuestionamientos que nos inspiran en este encuentro.
En la experiencia de Guatemala, así como las demás experiencias que se narran en los documentos de insumo para este encuentro, se muestra cómo la dicotomía Guerra-Paz (a diferencia de el planteamiento de “ante la guerra la revolución”), sólo ha facilitado la extensión del capital y el despojo de territorios y humanos. Lo mismo que la falsa disyuntiva de lo urgente y lo importante que favorece que “ante lo urgente parece justificarse todo” (como se dice en la editorial de Verbo Libertario), para lo cual se plantea que “es preferible equivocarnos o tardarnos más, a volver a aceptar que otros saquen provecho de la muerte…y encumbrar a un nuevo amo”.
O como lo plantea en su documento Ileana, “revolución integral… que ya está en proceso… de manera a veces inconsciente y otras pocas con conciencia y compromiso…(que) constituyen el germen de una revolución integral”. En ese mismo documento se hace alusión a obstáculos que hay que hay que resolver, “nivel de conciencia, estrategia global, capacidad de análisis, integral, falta de conciencia de la mayoría, vencer el miedo”, así como una serie de lineamientos y valores (los pueden ver en el documento de Ileana), que me hacen preguntarme si eso es posible o si en el proceso mismo revolucionario en curso es que se van ir resolviendo estos asuntos sin esperar a primero resolverlos para poder hacer la revolución.
Ileana, Guatemala… nunca dije que se necesitaba un programa previo, pienso que lo que deberíamos tener son lineamientos, eso se hace día a día y se construye cotidianamente
Hugo:
Hace poco estuve en México y de allí este aporte que quiero hacerles: Es muy importante la actitud de los zapatistas en México: Lanzar, para las próximas elecciones presidenciales, una mujer indígena y crear un Consejo Indígena de Gobierno. No somos electoreros y por eso es importante lo que los zapatistas hacen de entrar a las elecciones con una candidata mujer indígena, porque se opone al machismo.
Lo de la mujer indígena es una actitud contra el racismo y el machismo del sistema.
Lo de la creación de un Consejo de Gobierno es para debatir qué es lo que el pueblo de México necesita que se haga desde el poder. Es porque ellos no son electoreros y que sin confiarse diseñan una estrategia para que el sistema electoral les permita llegar a todo el pueblo. Para hacer una campaña. Para aprovechar la campaña en la perspectiva de organizar a todos los de abajo y unificar a la gente que está en contra del sistema y que se organice en torno a la candidatura indígena, es decir, en torno de ir haciendo un programa de gobierno desde el Consejo Indígena de Gobierno.
No se comprende que la preocupación de los zapatistas no es lo electoral, sino la asamblea nacional indígena y el Consejo Indígena de Gobierno. Y es indudable que en México se debe participar en esta campaña.
Por supuesto no piensan llegar al poder mediante las elecciones. Su objetivo es organizar a la gente de abajo de ese país.
Considero que los compañeros mexicanos deben participar activamente en el desarrollo de esos objetivos.
Manuel:
Para promover la discusión planteo tres puntos: 1) El ámbito más amplio de los contextos en los que estamos; a los que nos vemos abocados. Lo que venimos discutiendo, lo que nos convoca: dinámicas de crisis y de despojo a los que sirve la guerra. Intereses a los que le resulta indispensable. 2) Que estas realidades están siendo activamente manipuladas para generar confusión y encubrir los procesos reales y las guerras. Como en las palabras de Eduardo Galeano que aportamos como insumo a este encuentro, ningún ladrón te dice que te va a robar. Los que hacen la guerra y detentan el poder, pues encubren sus intenciones y maquillan sus intereses para mandarnos al saqueo y a la muerte. Son estrategias al servicio de objetivos y beneficios concretos del gran capital y, obviamente, en contra de los pueblos. Esas mentiras, encubrimientos, manipulaciones y encubrimientos, hacen parte de guerra contra los pueblos. Es decir que estamos viendo (donde quiera y quienes quiera que lo hacemos) distintas facetas de la guerra y distintas formas de encubrirla. Ello nos esboza un contexto grave entre la agresión fría, racional, razonable e interesada y el engaño sofisticado para encubrirla e involucrarnos. 3) Pero si contrastamos lo local, barrios, ciudades, campos, lugares de trabajo, de cotidianeidad, frente a lo global de la guerra y cómo desde este ámbito de lo más inmediato y diario nos afecta, nos impacta, nos organizamos contra ella, o la eludimos, o ni siquiera la vemos, podemos reconocer un desafío concreto, enorme, complejo y, a la vez, muy urgente. El éxito de esta guerra, su sofisticación y dispositivo de captura es tal que la mirada desde lo cercano nos despoja en la dependencia, el entretenimiento y las distorsiones prefabricadas y penetrantes. Uno viviendo la guerra en Medellín o en ciudad Juárez, en Buenaventura o en el Walmapu, sabe de desaparecidos, se cuida de las esquinas, averigua y se protege de unos y otros, reconoce quién es quién, paga la cuota de seguro para seguir con vida…en fin. Nos organizamos en la guerra y aún contra ella en las dimensiones a nuestro alcance, a lo sumo. Ese es el desafío ¿qué significa y cómo entendemos y procedemos a organizarnos frente a esta guerra global que se experimenta en nuestros espacios con nombres y lugares en medio de los cuales tratamos de sobrevivir, mientras todo va siendo copado por y para los intereses de grandes que no vemos y a los que estas guerras múltiples sirven y benefician? ¿Qué es organizarnos para la resistencia y la rebeldía, entonces, desde nuestros lugares? ¿Cómo entender la guerra, esta que es de todos los días y esa a la que sirve para resistir y desatarnos organizadas? El éxito de la propaganda, o como se llame, es que el territorio de nuestros imaginarios, cuerpos y lugares ocupados, confunden y distorsionan la propia necesidad de organizarnos y su sentido para resistir y generar alternativas y libertad. Son preocupantes los desfases en la manera en que percibimos, o mejor, en las maneras en que nos producen en la guerra y frente a esta. Guerra global que ciertamente no vemos.
Así, lo que proponen los zapatistas, y otras propuestas muchas en el mismo sentido, nos deben animar hacia cómo construir procesos que enfrenten la captura, captura de la que ni siquiera nos demos cuenta. Re-conocer esa guerra y reconocernos como nosotros y nosotras (en rebeldía y resistencia contra el sistema desde los lugres y ámbitos cercanos) en contraste con quienes le sirven al capital y al despojo, para enfrentar esta captura, esta guerra en curso. Cómo procesos enteros, pueblos enteros, están siendo capturados de muchos modos, con amenazas y dineros, con nuestros discursos y luchas por los llamados a la paz, como si fuera una necesidad desde, por ejemplo, el “posconflicto”. Mi pregunta es, en lo concreto, aquí y ahora, ¿cómo reconocer para enfrentar la guerra en ciernes y en curso, para no alimentarla y fomentarla?, ¿cómo se hace y que hacemos?, sin formulas ni líneas correctas sino andando. Asumir y preocuparnos por esa pregunta concreta sobre ¿cómo nos organizamos y articulamos para no seguir alimentando la guerra de ellos en contra nuestra? y entonces, ¿qué desafíos nos convocan y cómo los reconocemos y actuamos?
Ileana, Guatemala La situación es tan diversa en cada contexto diferente que las decisiones particulares no pueden tomarse más que por las personas y comunidades concernidas, no hay recetas lo que tenemos que tener claros son los objetivos y las alternativas. Hay muchas personas que están descontentas con lo que está pasando pero no están claras sobre la posibilidad de construir algo diferente ni de la manera como podrían contribuir a construirlo (a parte del miedo que les han inculcado), cuando hablo de alianzas quiero decir como atraemos a todas esas personas descontentas y les mostramos que son valiosas y pueden contribuir a construir un mundo mejor en diferentes formas, la guerra es tan terrible que la conformación de una fuerza muy potente es esencial.
Manuel:
…para enfrentar la guerra de esta magnitud requerimos de reconocerla como tal sin buscar un nido adentro de la guerra que nos coopta y captura. En ese sentido, por ejemplo, retomar cosas que vamos diciendo acá para tareas concretas. Ayudarnos a conocer las guerras de la guerra. Las estrategias de confusión y despojo…también las de resistencia frente a esta agresión y más allá de la misma. Intercambiar, sistemáticamente, como propone Óscar Sampayo, información concreta que nos ayude a armar el rompecabezas y a entender las relaciones de la agresión más allá de las máscaras y de lo inmediato. Ver las relaciones entre carteles, gobiernos, transnacionales, megaproyectos, micro-tráfico, represión y las verdades oficiales y comerciales que nos impiden entender y nos explican el mundo según pretenden que lo veamos para que la guerra siga su curso.
Lo. Posicionarnos como el abajo, como pobres, reconocer que nuestra vida está en peligro e identificar al enemigo en profundidad y organizarnos con quienes están contra ese mismo enemigo desde nuestra misma posición. Es decir, deshacernos del síndrome del vigía; hacer conciencia de que si, nuestra vida está en peligro, de que el peligro ya está aquí. Al mismo tiempo de posicionarnos éticamente de los otros arribas y abajos que habitamos; es decir, los hombres tienen que, sugiero, recordar permanentemente que están en el arriba en el binomio género, es decir, abajo en el binomio ricos/pobres, pero arriba en el binomio hombre/mujer y posicionarse en torno a otros binomios como heterosexuales arriba/ no heterosexuales abajo, blancos arriba/no blancos abajo. Y el arriba implica que existen instituciones, prácticas y estructuras que los sostienen arriba como privilegio a costa del despojo y de sostener a otras y otros en los abajos. Así, aprendemos de los arribas que habitamos a “cuidar privilegios” y de los abajos que habitamos a resistir el despojo. Y de manera importante poner atención a nuestra mirada: ¿desde dónde miramos y hacia dónde? Es decir, tener claridad si lo que queremos es destruir los privilegios-despojos para construir relaciones donde no haya jerarquías o queremos llegar al arriba o mantenernos ahí.
Manuel: David, por ejemplo, hizo un trabajo en dos ciudades en guerra desde abajo y adentro: Medellín y Ciudad Juárez. Esa relación entre esas aterradoras guerras cotidianas y sus múltiples dinámicas, su cultura de la guerra permanente en relación con los intereses y políticas del despojo y el ajuste para la acumulación ¿se ve y se entiende desde lo local? ¿tiene sentido? ¿está uno condenado por la fuerza de lo cercano a quedarse capturado allí?
Vladimir.
Desde el contexto de Medellín, que es particularmente un contexto de violencia armada desde hace muchos años, cuando estamos reflexionando aquí este asunto nos preguntamos ¿cómo diferenciar cuál es el enemigo?, nuestros barrios están paramilitarizados, están todo el tiempo en las esquinas, son nuestros primos, la gente que estudió con nosotros, gente que convive con nosotros todo el tiempo a pesar de que terriblemente nos oprimen por las vías de la violencia armada, junto con otras violencias; Con otros movimientos sociales hemos conversado sobre la necesidad de encontrarnos, de conocernos, hay procesos barriales muy interesantes, procesos con arte, con movilización desde la alegría, planteándola como una herramienta insurgente también, frente a la guerra que estamos viviendo, sin embargo no deja de ser muy preocupante ese mismo sentido de que es ese mismo enemigo quien está metido en la escuela, en la universidad, es quien te vende el queso y las arepas que te comes al desayuno porque en las tiendas aquí en la ciudad de Medellín, los actores armados obligan a los tenderos a vender sus productos, entonces estamos ya metidos en unas dinámicas supremamente conflictivas, pero frente a las cuales hemos encontrado una muy buena forma de superar eso es conocernos, sabernos, encontrarnos y posibilitar la resistencia desde el arte, desde el deporte, desde otros asuntos que igualmente son políticos. Finalmente para terminar esta otra provocación, vale decir que aquí nos hemos preguntado ¿qué hacer? Tenemos la guerra ya aquí, los paramilitares gobiernan de hecho esta ciudad, entonces ¿cómo podríamos hacer?, ¿cómo afrontar la guerra que está ya en nuestras casas, en nuestras calles, en nuestros barrios, que controla con los paramilitares lo que nos comemos al desayuno, al almuerzo y a la comida (cena)?. Lo que pienso es que esto implica articularnos, conocernos y sabernos como dicen los compañeros zapatistas en México.
Operación Orión en Medellín. Ocupación militar-paramilitar orientada por encapuchados
Un punto que me había olvidado aclarar es también cómo estamos colonizados internamente, cómo en esta ciudad en particular se venera la figura del sicario, es supremamente triste ver a los estudiantes de colegio, a los niños a los jóvenes buscar la estética narco, buscar siempre tener un arma y una moto, hablar de la forma más parecida a un sicario quien es la persona que tiene mayor “autoridad” por decirlo así, en la calle, esto desde los barrios más empobrecidos hasta los más burgueses de esta ciudad reproducen imaginarios paramilitares; además de esto en la izquierda tradicional no se critica para nada el desarrollo ni el estado, entonces nos encontramos por un lado imágenes, representaciones que reproducen el sicariato como modo bueno de vida y por el otro lado nos encontramos organizaciones y propuestas de izquierda que no critican ni al desarrollo ni a la civilización moderna, es decir al proyecto civilizatorio, ni al estado, entonces también nos hemos encontrado dentro de los movimientos sociales con muchas dificultades frente a las cuales hemos tenido que aprender a navegar, sobre todo tratando de guardar nuestras vidas, teniendo muy en claro que cuando uno habla en contra del desarrollo y en contra del estado pues encuentra también manos y corazones de izquierda dispuestos a señalarnos con la misma fuerza que nos señalan los mismos burgueses. Muchas gracias
Manuel: Insisto en preguntarle a David, porque hizo un trabajo entre Cd, Juárez y Medellín. En donde se muestra esto que dice Vladimir…
David:
Me quiero referir a los efectos de la violencia, de la guerra, de esto que evoca este otro capitalismo desdoblado, que se le llama ilegal. En lo cotidiano es otra escala del conflicto pero que se vive como en Medellín con el tema de las Fronteras invisibles. Pensemos en las comunas de Medellín o en los barrios de Centroamérica controlados por las maras, expresiones de soberanía y del patriarcado en los barrios que se muestran en las formas de control de los comportamientos, hasta de vestir de las mujeres o del control sobre sus cuerpos. Esto también lo estamos observando en México, en aquellos lugares más afectados por esta violencia, por esta guerra, por este capitalismo criminal ilegal, ambas formas son criminales, pero hay una respecto a la que se construye la idea de que es ilegal.
Me interesa señalar la manera como se está modificando lo estatal. Participé en México en un esfuerzo que se llamó Coordinadora Metropolitana contra la Militarización (COMECOM) que surge en 2010 por parte de los sectores estudiantiles, de la “juventud” y que intentó comenzar a problematizar para el caso de México este tema de como pensar la guerra, la violencia y la militarización. Se comenzó a problematizar esta distinción entre el Estado y el crimen organizado al señalar que en algunos estados del país ya no existía tal distinción, que el Ejército y las policías estaban atacando a la gente y matándola. En lugares como Juárez (Chihuahua) o Michoacán, no se podía pensar en dialogar con la institucionalidad o el Estado que estaban agrediendo a la población, en ocasiones con la complicidad de grupos paraestatales o paramilitares, como lo expresa con claridad lo acontecido el 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero. Me interesaba esto, señalar que el Estado está actuando de otra manera con estas estructuras paralelas.
Y en ese sentido existe un discurso que yo encuentro un tanto problemático, lo digo para que pensemos en algo que señalaba el compa de Guatemala, en relación al “enemigo” cuando se le identifica con todas estas estructuras del llamado “crimen organizado”. Entender que todas estas personas también son el resultado de distintos procesos de exclusión y quizá esto es alguna de las cosas más difíciles de abordar, porque en el trabajo de la resistencia, de construcción en lo cotidiano, se enfrenta, no sólo a las estructuras del Estado, sino a estas personas y grupos que son resultado de todo este proyecto, el del neoliberalismo y el de este capitalismo desdoblado. Y finalmente rescatar lo que señalaba el Sub Moisés en su última actividad (Los muros de arriba y las grietas de la izquierda) en donde establece esta metáfora, que es bastante real, en la que decía que el Estado-Nación ya no es lo mismo, sino que el capitalismo funciona como una finca donde desde el poder cambia la percepción de lo territorial y ahora el planeta se rige a través de élites nacionales que hacen las veces de mayordomos, caporales y capataces, que sólo se dedican a hacer lo que les dice el finquero o sea el capitalista, por lo que hay que pensar el capitalismo de otro modo, en otras escalas, que no son las del Estado Nación sino en las que intervienen las empresas, los verdaderos dueños de la finca.
Manuel:
Entonces podemos aseverar -respecto de esto que estamos diciendo de la guerra, de como se está viviendo cotidianamente- que uno de los logros de esta guerra, de quienes de ella se sirven y la implementan, ¿es reducir el ámbito de lo que podemos entender respecto de los hechos mismos, de lo que está pasando y que no abarcamos y no vemos en lo que está sucediendo en el barrio? Que ¿parte de la guerra es que no veamos y reconozcamos?, y que se presenta la forma de la vida, como necesidad vital, costumbre, cultura cotidiana, la posibilidad-necesidad-hecho de vivir con un arma en la mano? y también que ¿el crimen y lo ilegal se nos presentan como asuntos que no son del ámbito de lo político? y que por ello, al manipularnos para no reconocer lo político-estratégico en lo criminal-guerra reduce el ámbito de las luchas de clase, de resistencia, por alternativas, a los territorios de lucha y a las agendas que nos imponen? Si esto último es cierto, y muchos estamos convencidos de que lo es, narco-carteles-escuadrones de la muerte, represión, guerra contra migrantes, feminicidios, violencia social, y ese largo etcétera, son tácticas de la agresión estratégica para la acumulación: son dispositivos de terror del crimen organizado legal e ilegal; del capitalismo. Son la política para la acumulación junto con lo electoral, la propaganda, la dependencia, el patriarcado, el racismo inseparables y mientras no les reconozcamos desde nuestras resistencias y también para identificar la hidra y el ellos frente al nosotras y nosotros, pues separamos según sus intereses y para su beneficio unos temas de otros y la lucha social y política se reduce al ámbito limitado de una ortodoxia ciega y limitada que en realidad les facilita condicionarnos y encerrarnos en un gueto aburrido, gris, repetitivo que repite lo mismo en el discurso y el hacer mientras ellos despojan, entretienen y avanzan. Así la gente que es victima de la guerra no ve que es parte de esa guerra como victima y no como sujeto político-transformador, según el interés estratégico que se implementa. Y la guerra sigue reclutando y disociándose según los intereses y beneficios de los que son capitalistas.
Ileana. si pienso que tenemos que aprender a utilizar los diferentes instrumentos y combinarlos, sin olvidar que nuestro objetivo es la revolución.
Isabel: Articular las diferentes expresiones de luchas contra el capital (discurso, práctica, alternativas, perspectivas, etc.). En el caso de Guatemala, hay mucha desarticulación, cada grupo se presenta como única alternativa y ve a los demás grupos como los malos. Esto se debe superar…
Manuel.
Rene y Lluvia han descrito la forma en que se está desarrollando la guerra en Querétaro y cómo los hacen victimas a ellos. Y sin ser una formula uno dice que hay momentos de ruptura, de estallido de los pueblos y emerge algo diferente a lo que hasta ese momento se levanta y dice basta, y construye poder desde su levantarse. Ese milagro espontáneo de la rebelión es –precisamente- el que pretende la contrainsurgencia evitar que emerja: esa espontanea, milagrosa, recurrente, cotidiana, inevitable rebelión. Aparece como milagro justamente para que la asumamos como una excepción extraña, bizarra. Pero también para que nos inspire y deslumbre adentro, desde sus aconteceres, ese ámbito relegado y negado que en realidad es incontenible y en el que lo normal y esperable es lo extraño e inaceptable. La mesa se voltea de pronto. Aparece otra realidad y esta que nos aplasta y que se sirve de la guerra es, frente a la que aparece, la absurda. La construcción de autonomías y rebeldías está en otra parte, aquí mismo.
Lo. A mi de pronto, me sirve pensar en el ajedrez, en el cual hay un tablero y reglas: son dos arribas (el rey blanco y el rey negro), usando los abajos (peones blancos y peones negros) y a los construidos como clase media-cómplices del arriba (alfiles, caballos, torres, reinas blancas y negras). Creo que en el ajedrez es claro quienes se benefician y creo que falta la imagen de los mercenarios y la figura de las y los rebeldes; es decir, que el ajedrez es la imagen que nos venden continuamente, ocultando por un lado que los de arriba ponen reglas que ellos mismos no respetan contratando mercenarios (las redes de ilegalidad por ejemplo, que no serían posibles sin los bancos y hombres de negocios-política “honorables, para seguir produciendo ganancias) Al mismo tiempo que todo el tiempo ocultan también las resistencias que protegen la vida, su autonomía y que se niegan a trabajar para los de arriba, es decir, que se resisten a convertirse en esclavos, en propiedad: las y los rebeldes en todos los frentes de la guerra. El ajedrez es la representación de la guerra como quieren que la veamos. Creo que esta imagen me sirven para seguir profundizando y mirando lo que nos ocultan, lo que no quieren que veamos o percibamos aunque nos está afectando directamente.
Lluvia
Participación desde Querétaro, México: En este contexto de guerra, podemos encontrar que en lo local está siendo muy parecido a lo que estamos escuchando en esta jornada y lo que leímos en los insumos enviados. Podemos ver una estrategia de la guerra que aplican en el arriba, tanto en la derecha como en la izquierda (izquierda de arriba, por tanto). Hay una serie de ideas y prácticas fascistas sobre el “deber ser” (mujer, hombre, familia) que permean esa izquierda de arriba y que de por sí configuran a la derecha. Que es claro que una arista es la actual “derechización” que vemos y sentimos en muchas partes del mundo, que no es aislado que gane Trump, del Brexit, ni del cómo operan los grupos que tienen estas prácticas e ideas antiderechos como la organización “Hazte oír” que se hizo notar con una campaña transfóbica difundida a través del transporte público de España, por la que Anonymous decidió hackear sus correos y sacar a la luz sus negociaciones económicas con empresas trasnacionales y sus pactos políticos con diversos personajes del gobierno español (ver también http://postdigital.es/2017/04/06/hackeo-masivo-a-hazte-oir-p30320/#), modus operandi idéntico a lo que pasa en todo México y vemos claramente en Querétaro. Tiene que ver con un intervencionismo ideológico como una de las tácticas militares de esta guerra, que implica vender y educar en un modelo de vida capitalista y patriarcal; donde sólo se aprueba un modelo del ser mujer obediente, funcional sólo para parir y sostener el capitalismo, y que también va contra el derecho a ser diferentes, que omite y niega los derechos de las personas homosexuales, transexuales, lesbianas y demás disidencias sexuales; y que por tanto ataca esas formas de ser distintas por cuestionar el modelo heteropatriarcal. Podemos ver cómo busca imponerse y venderse una manera patriarcal de ser mujer y de ser familia, como con el movimiento nacional llamado “Frente Nacional por la Familia” FNF (que podrán encontrar en otros países también), que con sus marchas masivas se muestra como un despliegue de dicha estrategia y del poderío de sus pactos económicos y políticos con empresas trasnacionales como Bimbo, con Slim, con partidos políticos (todos los partidos políticos. Ver http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/03/16/presion-del-pan-en-de-dictamen-el-derecho-al-aborto-por-violacion
http://www.razon.com.mx/spip.php?article265500
http://www.sdpnoticias.com/nacional/2017/04/26/como-medir-la-mala-fama-de-una-mujer
http://www.eluniversal.com.mx/articulo/metropoli/cdmx/2017/01/4/pan-pri-pvem-y-pes-por-prohibir-el-aborto
https://www.eloccidental.com.mx/local/pide-pes-minuto-de-silencio-por-los-diez-anos-de-abortos-permitidos-en-mexico) y grupos tanto de derecha como los de izquierda. Podemos verlo también en cómo se están comprando y cooptando movimientos y personas que están en ambas luchas, por ejemplo encontramos algunos feminismos institucionales que hacen frentes que pactan alianzas tanto con la derecha como con la izquierda de arriba sin cuestionar al modelo capitalista, o cómo se mercantilizan los derechos ganados con lunas de miel en hoteles muy “gay friendly” pero que despojan a las comunidades de su territorio.
Pancarta en una marcha del FNF-Frente nacional por la Familia, México
Tratan de aprovechar todos los espacios, en la marcha del FNF Querétaro para “defender la familia tradicional” participaron unas 35 mil personas diciendo que ser mujer es sólo sinónimo de vivir para parir, y que ser familia sólo es posible con un hombre y una mujer. Quienes no estamos de acuerdo con la derecha y esa izquierda de arriba, con ese fascismo de ambos ejes, entonces recibimos acoso y amenazas, se nos desprecia, se generan rumores en nuestra contra para demeritar esos cuestionamientos, se nos persigue, se nos extermina porque no queremos ninguna de esas opciones. Y la izquierda de arriba se presenta como la que va a rescatar, lucrando políticamente con los derechos y las vidas de las personas pero donde de todas formas la derecha ahora entra por esa izquierda burguesa y liberal. Tenemos que nombrar y reflexionar sobre ese intervencionismo ideológico, como resistir desde el derecho a ser distintas, y de cómo podemos encontrar en esos discursos de feminismos o diversidad sexual de arriba que están jugándole al capitalismo, que también son patriarcales, misóginos, clasistas, racistas, que hacen pactos con el narco-Estado y que no cuestionan al fascismo, ni el de la derecha, ni el de de la izquierda de arriba.
Querétaro es una de las entidades más conservadoras de México, podemos ver claramente cómo esta guerra ideológica actualmente busca amenazar o eliminar a quienes no se ajustan a los dogmas patriarcales y capitalistas; para quienes ese sistema considera como “sobrantes” o “no funcionales”, están la exclusión, la discriminación y negación de derechos, y usan los feminicidios y los crímenes de odio por homo-lesbo-bi-transfobia como formas de asustar y exterminar, haciendo pedagogía de la crueldad, en razón de buscar ajustar a todxs con la manera de ser mujer, hombre, familia, que a la derecha y a la izquierda de arriba les conviene para sus intereses económicos (y fascistas).
En 19 Estados de México marchó el FNF mientras se masacra, se desaparece, se despoja, se privatiza, se empobrece
Lo. Lluvia, por eso a mi, justamente, no me sirve lo de izquierda y derecha porque parte de una falsa idea de estar en el mismo nivel, prefiero pensar en términos de abajo y arriba para posicionarme. Y agradezco que pongas izquierda de arriba, pues me resulta más sencillo de comprender.
Lo. Aquí comparto un relato breve Zapatista sobre el ajedrez: “Un grupo de jugadores se encuentra enfrascado en un importante juego de ajedrez de alta escuela. Un indígena se acerca, observa y pregunta que qué es lo que están jugando. Nadie le responde. El indígena se acerca al tablero y contempla la posición de las piezas, el rostro serio y ceñudo de los jugadores, la actitud expectante de quienes los rodean. Repite su pregunta. Alguno de los jugadores se toma la molestia de responder: ‘Es algo que no podrías entender, es un juego para gente importante y sabia’. El indígena guarda silencio y continúa observando el tablero y los movimientos de los contrincantes. Después de un tiempo, aventura otra pregunta: ‘¿Y para qué juegan si ya saben quién va a ganar?’. El mismo jugador que le respondió antes le dice: ‘Nunca entenderás, esto es para especialistas, está fuera de tu alcance intelectual’. El indígena no dice nada. Sigue mirando y se va. Al poco tiempo regresa trayendo algo consigo. Sin decir más se acerca a la mesa de juego y pone en medio del tablero una bota vieja y llena de lodo. Los jugadores se desconciertan y lo miran con enojo. El indígena sonríe maliciosamente mientras pregunta:
“‘¿Jaque?’”
Manuel:
Entre los insumos que compartimos para este encuentro está el video-entrevista al general Wesley Clark, quien dice claramente que se planeó guerra de ocupación de 7 países desde el Pentágono y el poder corporativo antes de 2011 y que incluye a países que evidentemente (ahora ya lo sabemos) fueron o están siendo atacados y sometidos. La imagen del planeta-finca en el neo-gamonalismo del Sup Moy. Esa finca global la están re-mapeando y usando-sirviéndose de mayordomos de Estados-nación para que cumplan su parte. Mayordomos que llaman gobiernos y gobernantes; estados. Incluyen a Trump, por ejemplo, que aparece como figura visible, pero sabemos que no sería posible sin todo el poder que hay detrás, alrededor de él, sobre él. Del mismo modo que ningún gamonal en particular, por perverso y poderoso que fuera o sea, deja de ser un sujeto producido y re-productor del orden capitalista.
Aquí un planteamiento: sí, en ese tablero de ajedrez están jugando y nos meten como fichas -con limitado y predeterminado margen de movimiento siempre bajo la mano y voluntad de uno que controla desde arriba- y nos plantean nuestro ámbito y sentido en el todo, una de las partes, en medio de esa guerra permanente que se juega en el tablero, es lo electoral. En Colombia son hasta chistosas, por lo evidentes y ridículas. No nos dejan opciones. No hay opciones, justamente porque limitan las opciones a blancas y negras que son lo mismo y sin salida (lo mismo los ejércitos y las guerras). Por ejemplo, o votamos por Santos, la derecha y guerra con el modelo, o votamos por Uribe que es el fascismo. Entonces para que no gane fascismo votamos por Santos. Y toda la izquierda con Santos porque ahora hay que derrotar al fascismo. El mismo juego. El juego de la guerra. Nos tienen metidos en el plan que tienen para la finca entre derechas izquierdas (blancas negras con estructura de clase incluida), en el tablero de ajedrez. El tema es que de una parte esos especialistas que mapean el mundo para su beneficio tienen que jugar y nos metemos en las jugadas sobre el tablero para obedecerles o ayudarles como si fuéramos autónomos o aportando nuestra voluntad a su servicio. De otra parte, como estamos en el tablero, a punta de miedo nos reclutan por la vía electoral, de los proyectos o los distintas guerras de barrios y países; nos reclutan a blancas y negras que es el mismo juego contra nosotras. Ahí la bota llena de barro que hace jaque. Pero no podemos olvidar que antes de poner la bota, el ignorado, el rechazado, el incapaz, observa cuidadosamente y entiende. Por eso y luego de hacerlo es capaz de poner la bota en el tablero. Si no observara, de poco le serviría hacer jaque en otra parte…igual siguen jugando y resulta irrelevante.
Cuando uno no tiene propuestas propias siempre negocia las del otro. Esta guerra sería imposible si tuviéramos propuestas nuestras, y aún teniéndolas están aisladas y rotas.
Resistir hoy no está en el diccionario: resistir de manera alternativa. Sí, es cierto, desde un barrio en Medellín tomado por paramilitares-microtráfico y represión, no podemos hablar como acá. En Barranca, hay que tener otro lenguaje para no ser identificados y eliminados por las maquinarias que detectan y destruyen sistemáticamente, como lo dice Óscar. Tenemos que asumir que la resistencia no requiere de recetas sino de creatividad. Los contextos son distintos pero la bota con el barro y el tablero tienen que estar a la vista para que pueda existir pueblo organizado y en resistencia, que es lo que menos existe. Se hablará otro idioma y se actuará de otra manera según los contextos y dinámicas, pero el sentido no se sacrifica con el medio que se utiliza o la resistencia se desvanece so-pretexto de las dificultades.
Aún la propuesta zapatista puede ser capturada por oportunistas si esos pueblos no se apropian de la campaña y ejercen su capacidad creativa de impedir que les despojen. La vanidad y la ambición requieren de asambleas y sabidurías que se actualicen ahora mismo. Contar con que no nos van a capturar es garantía casi cierta de que lo harán. Es el tipo de preguntas para hacer: no hay recetas. Pero tampoco hay resistencia a la guerra y a eso nos convocamos.
Lo. Cuando vi ese video que mencionas, me surgieron estas preguntas: Si los martillos ven al resto –incluidos los problemas- como clavos ¿quién los construyó martillos a ellos? ¿Por qué habla en primera persona del plural quien es entrevistado, es decir cómo se posiciona? ¿Cuál es la motivación de los martillos para seguir siendo martillos? ¿Y la motivación de los clavos para seguir en esa posición? 7 países del medio oriente con petróleo como objetivos de invasión ¿quiénes son los de arriba en esos países? ¿Cómo afecta cada invasión a los de arriba y a los de debajo de esos países?
Manuel:
¿Cómo nos mantienen en su proyecto? Pero, en nuestros proyectos, ante la urgencia, la excepción que trae la guerra decimos después… y después no hay ¿cómo seguir? ¿cómo organizarnos?
Lo. En nuestro caso de mujeres, nuestra resistencia empieza a partir de nuestro cuerpo y de desobedecer el mandato de servir incondicionalmente a los hombres a nuestro alrededor; nuestra tarea como mujeres que somos, es construir nuestra voz y nuestra vida para nosotras y no para los hombres como lo señala la guerra patriarcal.
Panos: Dos cosas
sobre la guerra y la paz:
Un ejemplo sobre Grecia. En Siria no podemos encontrar enemigo, vamos a ver cuál es el objetivo de guerra; ¿qué pasa con los de abajo? los sirios e inmigrantes van a escapar de la guerra de Siria, frente a Turquía o el mar Egeo. Y si sobreviven a eso se van a morir en los llamados “centros de hospedaje” que son horribles. ¿Qué tiene que ver esto con la izquierda o derecha?
Bienvenida policial a migrantes en Grecia por parte del Gobierno de «izquierda» de Syriza
Syriza que está en el poder en Grecia había dicho que cerraría esos “centros de hospedaje”, -que habían hecho a través de un acuerdo horrible con Turquía-; cerrar esos campos de concentración. Antes de los muros de Trump, la Unión Europea había construido sus propios muros, entre comillas, “más humanos”. Aquí en Grecia muchos movimientos decidieron, frente a espacios autoritarios, hacer okupas, en solidaridad con los refugiados. Pero hemos visto que el gobierno de izquierda comenzó un nuevo desalojo de los okupas. El rol de la iglesia fue fundamental en el despojo: necesitaba el edificio para su propio negocio. En agosto pasado sucedió el desalojo. Dos meses antes desalojaron otra okupa con el pretexto de establecer una ong de la Cruz Roja, porque, según plantearon, se requiere solidaridad profesional. Si no es negocio para la máquina de guerra del capital, es ilegal, es criminal.
Okupas: «Bienvenidos refugiados a Casa»
Aquí también es importante reconocer cómo el Estado define o determina lo legal o cómo nosotros respondemos, y, creo que ese movimiento pequeño de los okupas en Grecia, en solidaridad, esos pequeños casos pueden ser un paso pequeño contra la guerra capitalista, pero con certeza, es muy poco.
Todo indica que la máquina de guerra es nómada. Que no tiene centro. No podemos ver con suficiente claridad y certeza que el capital no conoce fronteras, que sólo conoce negocios y que habla un lenguaje entre el costo y la ganancia. La vida para el capital es matable.
Panos complementa su intervención con este texto agregado:
Notas sobre la maquina de guerra caníbal y las resistencias
Las narrativas mesiánicas son esquemas de catástrofe. Es decir, una ruptura del tiempo dominante a través de un catástrofe bíblica. Una pregunta es ¿cómo un pensamiento critico refleja sobre el tiempo de aquí y ahora? Creo que no hay un núcleo utópico en el fascismo y en la promesa de cada narrativa totalitaria. Esta es la diferencia entre la utopía y distopía. Es decir que la distopía es la proyección de un pasado mítico en el futuro constituido del Orden. De esta manera, esas narrativas no tienen un núcleo utópico sino que son el doblamiento de la brutalidad existente basada en una violencia mítica. No expresan una ruptura del tiempo dominante de reloj sino la apoteosis del existente, cuando se convierten en el Espíritu Absoluto. Pero en nuestra época, el espíritu se expresa en las fuerzas sin cabeza del mercado o en las múltiples cabezas de la hidra capitalista. Si la utopía se expresa como ruptura del pasado, como un tiempo de aquí y ahora para romper el tiempo capitalista, entonces es una pregunta si también la “revelación” de lo utópico expresa una “violencia divina” y destotalizante que unifica lo fragmentado como pasaje hacia una nueva época. Pero ahora podemos ver el regreso de la brutalidad como una farsa trágica. Probablemente una pregunta que debe enfrentar el pensamiento critico es ¿cómo podemos reflexionar el absurdo?
Desde la esfera de lo abstracto hasta la esfera de lo concreto hay un movimiento de realización que puede significar el lugar de lo sacrificable. Cuando lo abstracto se convierte en absoluto genera la esfera del dominio. Cada idea absoluta contiene la potencialidad activa de un exterminio masivo. No es coincidencia que todas las masacres en la modernidad necesitan una idea absoluta para legitimarse. Cuando una idea entra en la esfera de lo divino, lo particular es eliminable para la preservación de lo mismo. Así, desde los campos de concentración en Alemania Nazi hasta los “centros de hospedaje” en el mediterráneo esta relación está activa. La constitución de una memoria a través de la canalización masiva de lo olvido es una condición necesaria y suficiente para la existencia de lo absoluto. De tal suerte, la muerte se convierte en el contenido de la forma de vida en el capitalismo. En este sentido, el abismo es la otra cara de lo absoluto. Una sociedad que tiene la creencia que es la representante única de la Razón, en realidad regenera la paranoia colectiva. Pero el olvido de Ser re-aparece en las memorias de las tragedias de lo pasado. De este manera, el regreso del fascismo no es un accidente sino que es la última coincidencia de una sociedad cuyo espíritu está sin cabeza y es también representante abstracto de las reglas del mercado. La frase Arbeit macht frei (el trabajo os hará libres que pusieron los Nazis en los campos de exterminio) regresa como la conciencia del mundo. No necesita un territorio marcado porque la misma se convierte en una territorialidad abstracta con resultados concretos. La máquina de guerra capitalista obtiene una forma nómada y ocupa todos los poros de la sociedad. La violencia del capitalismo se acompaña con la promesa de las grandes distopias que ahora se realizan. Una vez más, todos se convierten en números de estadísticas, objetos de un proceso que convierte la cualidad en una cantidad simple. Esta es la verdad de los campos del exterminio y lo no-verdadero de la modernidad. La violencia es el marco de lo moderno.
La violencia es un cuerpo nudo, una forma sin contenido. La relación entre lo significante y lo significado de la violencia es mediada por un cortocircuito constante. De tal manera que quien posee el nombre de la violencia tiene su propiedad. No es coincidencia que la violencia aparece como una forma necesaria para la preservación de un “estado no violento” de la sociedad. El mito de la modernidad nos enseña que la Razón es el movimiento mas allá de la condición natural y violenta. En este sentido, la sociedad organizada en Estados es la respuesta a la naturaleza oscura de lo humano. El mito constituyente de la ideología moderna desaparece la brutalidad capitalista y la legitima como una necesidad. Pero como nos señala Whitehead la Guerra es el elemento constitutivo del capitalismo desde su inicio. Y como nos señalan los Zapatistas es el origen del crimen , es decir la guerra es la genealogía del capitalismo. Esa doble relación se oculta en los discursos dominantes. La máquina de guerra capitalista necesita una forma de Razón como la gramática de los negocios. En este sentido Fausto tiene razón, el pirata, los negocios y la guerra son tres en uno y no hay separación entre ellos. Esta es la forma de la máquina de guerra caníbal. Lo no violento es la apariencia falsa de la brutalidad y la máscara de la máquina de guerra capitalista. Todas las ideas y prácticas humanas deben capturarse bajo la gramática de los negocios.
«…unas veces lo que ves…depende de lo que quieres ver» (traducción del texto).
Dibujo de Panagiotis Doulos-Panos
El desalojo reciente de las okupas en Grecia ilustra el concepto de humanismo en el capitalismo. Cualquier relación que no pueda encerrarse en la relación del intercambio queda bajo el estado de sospecha. El concepto de la solidaridad y el de lo humano mismo, no debe escapar de las relaciones mercantiles. Las “condiciones inhumanas” en las okupas no son una referencia a la vida material dentro de ellas, sino una referencia a la profanación de las relaciones mercantiles y a la importancia de la legalidad. Además, el significado de lo legal viene para garantizar la circulación de mercancías. Es decir, la ley es para asegurar la reproducción de la relación mercantil. No importa si los “centros de hospedaje” pueden ser descritos como un infierno contemporáneo, o incluso como campos de concentración. Así, en nombre del humanismo se considera conveniente para los refugiados que vivan ya sea en la calle o encerrados como animales en centros de detención. De hecho, no es una contradicción, sino la lógica que expresa la inhumanidad de la máquina capitalista. La ira y la compasión de los diversos sacerdotes de la clase capitalista acerca de los refugiados depende de si el concepto de solidaridad y su expresión es convertida o no en negocio. De esta manera, ya son culpables por inhumanidad quienes que no ven a las personas como números estadísticas en las mediciones que hablan la el lenguaje de la ganancia y del costo-beneficio. En el capitalismo lo humano y lo mercantil aparecen como la identidad que unifica ese mundo. Todo lo que no confirma esta relación ya está clasificado como sin ley. Dios puede bendecir países sólo cuando aparece como un lema en billetes de banco. Lo Profano en esta sociedad es la negación de tótems capitalistas. En este sentido, las okupas ya son culpables no sólo de violaciones de la ley, sino también porque se niegan a traducir la inhumanidad de la máquina capitalista como la identidad de lo humano. El dominio de la ley es el dominio del dinero. Lo que no se encierra en la verdad de los diagramas de poder de la maquina de guerra caníbal y su orden ya se clasifica como un crimen contra lo humano. Nuestras resistencias quizás son pequeñas pero son importantes; revelan en contra de la lógica de la maquina de la guerra capitalista que la vida, la libertad y la solidaridad son ideas y practicas más allá de un lenguaje de negocios.
Manuel:
Obviamente empezamos a plantear cosas desde las limitaciones y con lo que permite este tipo de intercambios que deberíamos ir fortaleciendo, complementando, mejorando. Quedan más preguntas y desafíos…
Todo el aparato de destrucción de Irak, tuvo-tiene como propósito los contratos millonarios para la reconstrucción aún antes de que se iniciara la guerra. La destrucción es necesaria para reactivar el capital en contexto de crisis. Y funciona porque gracias a las guerras de Libia, Siria, han reactivado la economía. En la situación en la que estamos, hay resistencias, hay okupas, procesos autonómicos más o menos grandes, hay las y los zapatistas, y también hay capturas que nos destierran y arrancan y demás. Un contexto en que hace tanta falta ver, entender; ir viendo y entendiendo. Guerras, los beneficiarios. Ver y entender no como precondición para tejer resistencias, no para después sino para irlo haciendo. En ese contexto vincular palabra y acción.
Aquí ya hay experiencias ¿Cómo seguimos? ¿cómo seguimos hacia delante frente a este contexto de guerra y en tejidos de autonomía y resistencia? Claro que no es una pregunta para nosotras y nosotros solamente. No es un organizarnos según un plan central iluminado. Es el desafío que nos convoca y compartimos.
Isabel. La resistencia parece tener diferentes etapas (clandestina, pública, combinación de ambas, en resguardo de la vida). Pensando en el caso Colombiano y Guatemala, las mismas etapas en momentos diferentes.
Vilma:
Temas como éstos que se han abordado acá son los que nos convocan, en el norte del Cauca, al menos entre grupos pequeños que estamos tratando de revitalizar los espacios de diálogo y debate, al menos entre los más cercanos, porque temas como éstos son importantes y aportan a los procesos comunitarios. Entonces una de las tareas concretas que tenemos es ¿cómo hacer que estos grupos de discusión y debate pequeños y locales lleguen más lejos?, ¿cómo hacer para devolverlos a las comunidades, a grupos pequeños, con gente clave, más allá de la dinámica diaria asistencial en la que está sumergida la organización indígena? Por ejemplo, algo de lo que tocó Lluvia desde Querétaro, sobre los feminismos institucionales, esos a mi modo de ver, son los que aquí han marcado la pauta y se han consolidado en la última década dejándonos ver como sólo el problema de la igualdad y género, pero no permiten entender el patriarcado para reconocerlo y combatirlo, porque es todo el sistema que nos atraviesa.
Entonces es necesario empezar a pensar mejor cómo abrir espacios pequeños y críticos para ver más allá de lo que nos impone el sistema. Para seguir encontrándonos en grupos pequeñitos y tejer posibilidades de paz, pero no la que nos imponen como guerra por otros medios, sino el proceso cotidiano y de largo aliento para liberarnos con la Madre Vida. Para seguir en estos encuentros.
Isabel. Es importante destruir el poder y construir nuevas relaciones humanas desde la educación en la casa. Los hombres tienen que verse dentro y darse cuenta que llevan consigo el poder que destruye la vida en lo privado, esto es el trabajo individual que al consolidarlo da fuerzas al trabajo colectivo contra las estructuras grandes…..
Manuel:
Dos propuestas. Ponerle la bota al tablero es una ruptura. Es no aceptar las reglas del juego. Es no someterse al mismo recorrido, es otra mirada, otro hacer.
Un ejemplo que desde lejos, John Berger, tan cercano a nosotras y nosotros, tan zapatista, sobre un fotógrafo (lo parafraseo de memoria) dice, “lo que vemos cotidianamente nos reafirma, así sea una amenaza”. Todo eso es tablero de ajedrez, nos afianza y afirma en una manera de entender el mundo. Reiteramos lo que entendemos, aún si nos amenaza, una casa incendiada, reitera nuestra forma de entender el mundo.
Pero de pronto…
una y otra vez, más en la penumbra aparece destello, luz otra, y aparece un mundo pleno que no cabe dentro de lo que entendemos, que no tiene nada que ver con este. Aparecen mundos otros, más cercamos o lejanos , incompatibles con esto que todos los días nos afianza y frente a eso nos descubrimos y no es aceptable seguir atados y sometidos.
Aún aquí mismo entre nosotras y nosotros hay un neutro, hay un normal, que nos amarra a reglas del juego y nos hace aceptar. Re-conocernos. Afianzarnos. Hablar el mismo idioma. Referenciar lo que está bien o mal. Lo que debe o no ser. Aún aquí hablando de guerra y revolución, está el triunfo de su historia. Hablamos su idioma. Somos transportadores o portaviones de guerra, de su leguaje. El referente neutro de bien y mal es el de ellos, a menos que pase lo de la bota, la penumbra, la ruptura… y pasa, lo hacemos pasar, y ahí se rompe el tiempo de ellos, lo normal; en eso extraordinario, con palabras que pueden ser estas mismas pero que ya no tienen que ver con el referente, el neutro, el poder, lo establecido y aceptado. De pronto aparece ese mundo otro desde el que ese de ellos no vale, no sirve, no lo podemos seguir tolerando. Eso nos está llamando, porque es la vida o la muerte. Frente a eso y de ese modo ¿cómo seguimos? ¿Cómo vamos a seguir adelante? Para no seguir por la senda trazada-trazándola y recorriéndola.
David:
Entender la amplitud del proceso de guerra, que hay en términos globales, pero también que hay una vertiente cotidiana que es la militarización de la población. Lo he observado con estas jerarquías y autoritarismo cotidiano que tiene que ver con actores armados no estatales, los combos en Colombia, las maras en el Triángulo del Norte, acá en México algunas estructuras del llamado crimen organizado o en Brasil, los traficantes en favelas, estos grupos que además parten de un cierto ejercicio de la masculinidad muy violento, ejercen el control, es algo que se esparce entre la población. Se vive un estado de guerra en algunos lugares, con facciones, con armas. No perder de vista ese proceso. Sí hay una guerra global, económica, por acceso a los territorios, pero también hay algo que se vive como guerra en lo cotidiano. Sobre esto que señalaba antes de los “bandos”, creo que es algo en lo que tenemos que tener mucho cuidado, en qué medida el otro pobre, excluido, discriminado racialmente se convierte en una especie de enemigo como habitante de mi barrio. Cómo alguien que puede ser utilizado por el Estado o por las empresas para atacar al movimiento social.
La otra es que vemos una combinación de estrategias estrictamente militares en el control social. Hay desde esta Doctrina del Departamento de Defensa de Estados Unidos (Dominación de Espectro Completo), que tiene que ver con dominar todos los espacios de la vida, que es en cierto sentido como una especie de propaganda para que tengamos miedo, pero que tiene un correlato con la realidad. En esta combinación de estrategias sí pensar que hay un principio militar que están incorporando los ejércitos, policías y gobiernos (la asimetría), y que consiste en identificar como enemigos y combatir a organizaciones sociales, movilizaciones callejeras, y que también existe el uso de estrategias irregulares (en el lenguaje militar) como son las desapariciones forzadas, la tortura, el recurso de lo ilegal, lo paraestatal, lo sicarial, como esto que ha pasado en Honduras con la represión en El Bajo Aguán o como ha ocurrido contra el COPINH.
No perderlo de vista y junto con ello, lo que en los sesenta, setenta, se conocía como la guerra de baja intensidad que no es otra cosa que una expresión de esto a que Vilma le llama la cooptación o esta estrategia de ganar mentes y corazones, que se está implementando de muchas maneras, ya no sólo por cuenta de actores armados y el Estado, sino por las empresas extractivas. Cuando ofrecen poner escuela, clínica en la comunidad, dar regalos a lxs niñxs. Más allá de lo abstracto de la guerra, tiene mecanismos específicos de funcionamiento y que sí tienen una lógica militar.
David, texto agregado para complementar esta intervención.
Una reflexión extra tiene que ver con la necesidad de vincular estas dos formas de la guerra. Por un lado la cotidiana que tiene todo un lenguaje que incorporamos en nuestros contextos y que tiene que ver con la violencia o el control territorial, de los actores armados estatales y no estatales; con esa otra guerra de los capitalistas por el acceso a territorios, poblaciones y mercados. Vincular en todo caso las expresiones específicas de nuestro cotidiano con las otras. Un ejemplo nítido de esto pueden ser las ollas de vicio en Medellín, a partir de las cuales se establecen otras actividades del capitalismo criminal ilegal (vacunas, formas de usura como el pagadiario o gota a gota, monopolio de productos de consumo cotidiano como panela, cerveza, etc.) y que la disputa por su control desata la violencia entre combos, o entre estos y las fuerzas del Estado. Es decir, pensar en esta escala pequeña o micro como el correlato cotidiano de las otras formas de la guerra del capital. En medio de esto además tenemos que pensar el traslape entre lo legal y lo ilegal.
Óscar:
Desde los movimientos sociales, o el poco tejido social que se ha logrado estructurar desde los 90 en una región como el Magdalena Medio hasta hoy, quisiera tocar el asunto de la ideología o del discurso político y sus prácticas comprometidas por la preservación humana. Este ha sido un tema que poco se ha debatido, porque en Colombia en los años 50 o 60, en que militares arrasaban la población, con el tejido social; destruían todo tipo de organizaciones o reivindicaciones con carácter popular. Entonces el carácter contrainsurgente de estas nuevas formas de violencia es herencia de la imposición ideológica de décadas anteriores, donde al otro con pensamiento político diferente o proclive al capital y la imposición democrática debe ser eliminado, borrar su conciencia de clase, su arraigo al territorio, su lucha ambiental, y que esta no vuelva a surgir. En nuestro territorio, en el Magdalena Medio colombiano vemos eso.
No podemos entrar en ciertos territorios con discursos políticos que busquen un bienestar popular o con una teoría diferente a la que imparte el neoliberalismo porque podemos ser fácilmente desaparecidos o sufrir actos de guerra. Es lo que ha logrado el capital. Que esta lógica que imponen no se pueda debatir ni tener algún fundamente teórico e ideológico, porque se convierte en objetivo de guerra. Esto va a continuar, ven el territorio latinoamericano como el último territorio para transformar la naturaleza en capital, en mercancía y dinero.
Entonces tejer una nueva forma discursiva o lograr nuevas formas para llegar a las comunidades, campesinos, afros, e intentar detener al capital.
Ileana: La única forma de liberar, tanto a la mujer como a los hombres es luchar y trabajar juntos por el socavamiento de la presente sociedad y la construcción de una nueva
Isabel: Entender guerras y poder para dejar de aspirar por ese mismo poder, más bien construir otra forma de relaciones y seguir consolidando alternativas
Vilma:
Siento que como que una de nuestras tareas es entender ese verraco tablero que nos están poniendo como imagen Dolores y a ese tablero ponerle la bota embarrada encima, que no es otra cosa que resistencia autónoma, palabra, acción, con mandares obedeciendo, diarios cotidianos de mediano y largo aliento para la vida frente a la muerte. Es día a día con acciones concretas.
Ileana: todo es relación de fuerza, ¿como nos multiplicamos para constituir una fuerza suficiente? ¿como vencemos el miedo y la inercia social?
Cony:
Pensando en cómo se han venido debilitando los espacios de formación en el norte del Cauca y de hay una semilla que tenemos seguir cuidando, alimentando, semilla en nuestras comunidades de pensamiento propio y crítico. En cómo seguir revitalizando los espacios de formación de nuestras comunidades. La tarea es seguir ampliando estas reflexiones con nuestras comunidades y llevarlas a los espacios de formación en los territorios. Seguir fortaleciendo esta mirada y seguir cuidando esta semilla que hay en los diferentes territorios y rincones del mundo.
Lo. En primer lugar, gracias por este espacio que construimos. En segundo lugar, parte de mi apuesta es no creerles a los de arriba: todo el tiempo dicen que ya ganaron y yo no les creo porque me miro y estoy viva y pienso y resisto y así sé que el patriarcado no ha ganado y luego miro a mi alrededor y la resistencia vive, la vida vive. Yo a ellos no les creo y miro a quienes resistimos abajo y de ahí aprendo. Gracias
Lluvia.
Gracias porque nos escucharnos y podemos irnos para pensar. Me quedo con cómo en este momento que la izquierda y derecha de arriba copan. Esos de esa izquierda de arriba hacen parecer que son de abajo. Ello implica que tenemos que tener estrategias de mayor cuidado. Gracias y en eso estamos.
Ileana. Texto agregado luego del encuentro: Estimados amigos, agradeciéndoles la oportunidad que me han dado de participar en este espacio, les envío mis reflexiones sobre lo que dije en la reunión del domingo 23 de abril, con el fin de que sean discutidas y profundizadas más adelante por lo que las propongo como futuros temas de reflexión y debate.
1) El concepto de lo que llamo una revolución integral (RI) o cambio social integral necesario para salir del capitalismo, terminar con las guerras y empezar a construir otra vida, otra sociedad y otro mundo.
La RI es un proceso multifacético, multidimensional y multidireccional de reflexión-debate-aprendizaje-acción que está teniendo lugar en todas partes del mundo, a diferentes ritmos, velocidades, bajo diferentes formas y en diferentes contextos por lo que no tenemos que supeditar este proceso a la existencia de un programa previo, ni a que todas las condiciones estén dadas, se va abriendo brecha a medida que se va caminando. Según mi criterio, la RI ya está en marcha y nosotros formamos parte de ella pero, como ha sido señalado, a pesar que desde ya existen miles de iniciativas con una lógica diferente a la del sistema, que se están llevando a cabo en todos los países y en todos los campos: la educación, el arte, la agricultura, etc., dichas iniciativas están divididas, coaptadas e incluso rivalizan entre ellas por lo que, a mi parecer el mayor problema de la RI está en cómo articularlas en forma coherente. Y, para ello me parece necesario definir un programa/estrategia, o miles de programas/estrategias (o guías de acción política) a los diferentes niveles y según las circunstancias geopolíticas y culturales, en las diferentes etapas, para que nos sirvan de base (lo que se puede debatir). Visto que actualmente no existen dichos programas/estrategias lo que yo sostengo es que: lo que si ya existe pero hay que definir y afinar, son lineamientos muy importantes (sobre los cuales también se puede debatir), que nos pueden servir, no solamente para identificarnos entre nosotros, sino para elaborar los Programas/estrategias muy diversos, según los diferentes lugares, pero en la medida de lo posible, convergentes conceptual y políticamente, de manera que nos sirvan para ir fortaleciendo y consolidando cotidianamente este proceso a todos los niveles. No hay acciones pequeñas, es su sumatoria, su capacidad de multiplicarse de complementarse y de unir sus objetivos los que cuentan.
¿Cómo crear a nivel local, regional, nacional e internacional nudos que sirvan de enlace entre las redes y entre los diferentes caminos para unirlos, organizarlos y articularlos en forma creativa? Nudos que sean capaces de recibir la información y transmitirla a cientos o miles de otros nudos, que cuando haya un problema en un lugar pueda hacer surgir respuestas solidarias en cientos o miles de otros lugares que se inter-apoyen entre sí. ¿Cómo fortalecer lo que se está haciendo ahora en forma muy muy incipiente?
A la RI la están haciendo los pueblos aprendiendo de su larga historia y es en la medida en la que se apoyen los unos en los otros y se unan, cada uno en el lugar en que se encuentra, que se irá formando y tejiendo una fuerza capaz de revertir el sistema actual y construir otro. Es en el curso de este difícil proceso que se van a ir afinando los instrumentos y metodologías que servirán para construir el futuro, aprendiendo del pasado y de las experiencias de los otros. No hay recetas, cada situación es única y muy compleja por lo que son los pueblos y comunidades locales los que tienen que decidir sus acciones puntuales, esperando que vayan todas en la misma dirección y contribuyan a cambiar la relación de fuerzas tan desfavorable que los pueblos tienen ahora. Hay que aprender a hacer converger todas estas acciones en una sola fuerza que nos permita revertir la situación actual y fortalecer el proceso que históricamente se está apartando de los objetivos de lucro y acumulación del sistema actual para centrarse en las necesidades y expectativas de los pueblos, hay que romper los compartimentos en los que nos han colocado para, como dice Isabel, aprender a utilizar los diferentes instrumentos (violencia, democracia burguesa, etc) y a combinarlos según las diferentes situaciones. No hay recetas lo que tenemos que tener claros son los objetivos y las alternativas, así como los lineamientos que nos servirán de guía, a los que podemos ir modificando o perfeccionando, según la eficacia de las diferentes formas de acción en los diferentes contextos y según la voluntad de cada comunidad y colectivo.
2) Las alianzas o cómo sumar fuerzas
Es evidente que somos muy pocas las personas, comunidades y colectivos que adhieren conscientemente a los lineamientos y se comprometen a fortalecer el proceso de la RI por lo que pienso que tenemos que aprender a ganarnos a esa parte de la población que está descontenta e indignada con lo que está pasando pero se siente sola y no sabe qué hacer, mostrándole que ninguno de sus objetivos puede alcanzarse en el marco del sistema capitalista por lo que es imprescindible, si queremos subsistir al caos, construir otro sistema diferente. Ni los derechos humanos, ni la liberación de la mujer, ni el fin de la pobreza y de la guerra, etc., pueden lograrse en el marco del sistema actual por lo que es imperativo construir otro en un proceso en el que cada uno sea una persona muy valiosa y pueda apoyar según sus capacidades y limitaciones. La guerra es tan terrible e inmediata que no podemos seguir perdiendo el tiempo en batallas ideológicas improductivas que nos separen ni peleándonos entre nosotros, lo que si debemos exigir es una gran coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, mucho amor y una gran honestidad.
3) La utilización del tema igualdad de sexos como distractor del proceso
Es un tema muy importante y extenso que no voy a tocar aquí pero es indispensable profundizar. Por el momento lo único que pienso debemos tener muy claro es que la única forma de liberar, tanto a la mujer como a los hombres es luchar y trabajar juntos por el socavamiento de la presente sociedad y la construcción de una nueva.
Manuel.
Vamos cerrando. Yo quería dar una imagen. Entre nosotroas hay vivencias que no han salido y que están por ahí. A Hugo Blanco debe parecerle esto muy conocido. Las izquierdas de arriba y los sindicatos del Cusco que llevaban años haciendo discursos y que criticaban a Hugo señalándolo como agente de la cia como agente de los gamonales, mientras los gamonales, la derecha de arriba, también lo señalaban como agente de Cuba y del imperialismo comunista pagado en pesos cubanos y rublos. Y el Otro, campesinado-indígena-esclavo no existía y de no haber sido por Ciro Alegría y Arguedas, ni siquiera se sabría de sus historias de la atrocidad normalizada e irrelevante, porque, insisto, para el neutro de esa fase del capital, no eran siquiera gente; no existían y justamente lo que sucedió es que esa gente dejo de no estar y aparece-¡irrumpe! y denuncia porque no lo acepta más el terror adentro y a pesar del miedo al poder. Aparecen y emergen. Pasan de no-ser a plantarse en su lugar negado y sacan corriendo del Cusco, hablando quechua a los curas y a los gamonales. “Piojosos”, indios…
Y ahí en ese contexto, con la fuerza de quienes habían sufrido todas las canalladas, esos nadie en rebeldía dijeron basta. Liberaron la tierra, su tierra. En ese momento empezó a crearse otro mundo y se convirtió en una fuerza incontenible. La libertad salió y no se detuvo. No había quién pudiera detenerla. Ante el pesimismo de ver lo que está pasando en todas partes, veo también que tienen miedo a que no les tengamos miedo como fue el caso en La Convención y Lares, en el Cusco y en todas las rebeldías y revoluciones. Y… sí, entender la guerra y nombrar el camino nuestro e ir haciendo despacito que vamos pa lejos pero saber que podemos hacer algo mas y por lo menos trotando porque es urgente.
Lo que sigue, si ya no hay más intervenciones por hoy, sigue que esto no se quede en palabras y que ni siquiera las palabras se queden quietas, porque no son nuestras a menos que se compartan: Se transcribe lo dicho, en ests ocasión lo hacen desde el Centro Social Ruptura. Esa minuta transcrita se distribuye entre quienes intervinimos para que cada quien corrija y complemente su parte y así queda hecha la edición final. A esta se agregan los audios por secciones. Todo eso se publica y difunde, para que quienes quieran lo lean, lo pongan en radios comunitarias o electrónicas o lo que quieran. Para que llegue a asambleas y encuentros y, ojalá, nos lleguen de vuelta reacciones, comentarios, rechazos, enseñanzas, caminos. Todo esto así transcrito, pensado, compartido, nos ayuda a saber qué hacemos en un próximo encuentro, cómo modificamos y mejoramos y tejemos al hacer estos espacios y viceversa. Con toda humildad es un aporte desde acá al tejido de resistencias y autonomías entre pueblos y procesos…ojalá. Agradezco porque aprendí y agradezco de corazón porque leeré, escucharé de nuevo y me queda fortalecida la urgencia y la decisión. Por eso les invito también a que no dejemos esto quieto y archivado. Para bien o para mal, que lo pongamos en movimiento, que de allí viene y allá le corresponde regresar.
Quedamos pendientes de seguir. Varios se despiden y dan gracias.
La minuta del encuentro-jornada, a partir de los aportes de los procesos y participantes, estuvo a cargo de Rafael Sandoval y Alejandra Guillén del Centro Social Ruptura en Guadalajara, Jalisco, México. Esta minuta fue compartida para revisión, corrección y complementación con las y los participantes quienes revisaron, corrigieron y complementaron cada una de sus intervenciones. En consecuencia, no se trata de una transcripción literal sino de una compartición editada de los planteamientos e ideas fundamentales. Al revisar y editar la transcripción se busca fortalecer lo expresado en la perspectiva de que sea un instrumento más útil para su difusión, lectura y debate en otros ámbitos. El trabajo de edición del texto final, lo mismo que la coordinación de este proceso a partir de recibir la minuta fue responsabilidad de Manuel Rozental. La grabación y edición de los audios estuvo a cargo de René Olvera con el apoyo de Constanza Cuetia y aparecen en cada sección una vez editados y publicados por Constanza Cuetia. La publicación final la realiza Manuel Rozental con el apoyo de Vilma Almendra. La moderación de este encuentro estuvo a cargo de Manuel Rozental. Esperamos que este material, en todo o en parte, alimente debates y actividades en distintos ámbitos. Ese es el sentido de recoger textos y audios. Que sigan llegando a emisoras comunitarias, asambleas, reuniones, encuentros. Una vez hecho este trabajo de transcripción y edición, mientras más se diseminen, se compartan y más se discutan, mejor. No tienen dueño, son de los Pueblos en Camino de tejer autonomías y resistencias. Seguiremos escuchando, aprendiendo, sumándonos y tejiéndonos a resistencias organizadas desde abajo, mientras muchas y muchos otros lo vienen haciendo en muchos lugares. Es en ese tejido donde tiene sentido este encuentro. Todo lo relacionado con las actividades y el mandato compartido de Pueblos en Camino; contribuir a Tejer resistencias y autonomías entre pueblos y procesos, incluidas las de estos encuentros y jornadas están abiertas a ser realizadas de manera colectiva desde su propuesta, hasta su publicación y difusión en cada uno de sus aspectos. En este propósito esperamos fortalecer el esfuerzo compartido y sin dueños para alcanzar objetivos compartidos sin más remuneración que la de sacar adelante lo que nos proponemos. A esto les y nos convocamos.
Apéndice I. Editorial No. 10 Verbo Libertario.
Apéndice II. Acuerdos de Paz o Estrategia del Capital. Documento preparado por Isabel Solís, Ileana Valenzuela y Sergio Palencia para este encuentro.
ACUERDOS DE PAZ O ESTRATEGIA DEL CAPITAL
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Pueblos en Camino
Mayo 5 de 2017
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LA VERDAD ES QUE VIVIMOS EN 529 ANOS DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA y estamos todavia acumulando las injusticias el mundo a cambiado drásticamente en tecnología y en cosas que jamás pudieron imaginarse.Somos un continente convulso e irreconciliable.Las religiones y lo que malamente se llama política han incrementado aún más el odio y llevado la maldad a los extremos.Hay aún esperanza de gente que nace buena y asi muere, pero es muy escasa. Como la división social que cada dia aumenta más.ESTAMOS LLEGANDO A MARTE, A LA LUNA,Y TODAVIA SE REGALAN GORRAS LÁMINAS Y ESPEJITOS para lograr un voto. Somos una sociedad completamente dividida y sin que algo pueda cambiar. Me refiero a América.LA UNICA VERDAD ES LA QUE SE VE. LAS IMAGINACIONES SÓLO SON ESO.Jorge Mario Orozco Leal