Ayotzinapa: AGUA, TIERRA, FUEGO y ROMERO
» … Ayotzinapa es violencia y descomposición.
Es la expresión más brutal de la lucha en este país.
Los normalisas resisten y han resistido porque, desde tiempos de Cárdenas, ellos creen que su hacer, su acción popular a través del aprendizaje y la crítica son necesarias para cambiar las injusticias de este país. Su proyecto ha sido una eduación rural, popular, autónoma, por eso, el estado la considera peligrosa y les ha declarado la guerra desde tiempos de los maestros Lucio Cabañas y Genaro Vázquez.
Sabemos que hay una guerra abierta, una violencia primera contra todas las manisfestaciones de resistencia de los estudiantes normalistas en Guerrero y de todo México.
Las protestas contra los “proyectos de muerte” capialista son reprimidas en todo el país:
Resistencia pueblos campesinos e indígenas.
Y se nos viene a la memoria en este momento el rostro de Bety Cariño.
¿Será que el romero ya está haciendo su trabajo?
Bety fue asesinada por defender principios primordiales de los pueblos frente a las políticas agresivas del capital que destruyen la vida comunitaria, las montañas, los bosques, los ríos, los días y las noches: que destruyen el presente y el futuro.
Hay muchas reflexiones en todo el mundo sobre Ayotzinapa. Gentes expertas y estudiosos de la violencia nos han dicho muchas cosas.
Nosotras desde la unitierra hoy solo queremos compartir cómo nos sentimos: muy tristes, muy enojadas y por eso no queremos olvidar, queremos echar claridad, buscar las raíces de estos conflictos y entenderlos,
entendernos que somos nosotras, nosotros, todos los que decimos NO al estado, quienes podemos detener esta violencia. Nosotros les hemos dado ese poder. Entonces podemos quitárselos…»
Ayotzinapa: AGUA, TIERRA, FUEGO y ROMERO
Apuntes para la memoria y la dignidad
Escrito el 21 de marzo 2015-Día de las madres en Palestina
Fotografía de Marisol Amador Calderón
Aclaraciones –quizás- necesarias para empezar:
1—“Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos” es un grito de denuncia, sabemos que fue el estado mexicano. Es un mirarnos en estas diversas luchas de resistencia antisistméticas, organizadas o desorganizadas. Es un saber que somos un chingo, que nos queremos articular en las diferentes acciones de resistencia solidarias con Ayotzinapa. Un re-conocernos rebeldes en el dolor de las familias de los estudiantes asesinados. Un grito de la sangre que nos convoca. Y acá estamos.
2- Vivimos tiempos de indiganación y por eso vivimos tiempos de urgente reflexión colectiva, urgentes tiempos de organización y articulación de rabias dignas y luchas de resistencias, así, diversas. Es urgente preguntarnos por los motivos de estas atrocidades y violencias, ejemplares y cotidianas, y preguntarnos cómo podemos deterner la violencia del estado, del sistema. Y acá estamos.
3- En las unitierras, Chiapas, Oaxaca, California, Puebla… YA no creemos más en las escuelas, ni en las clases, abiertas o cerradas, en las clases donde unos muy pocos saben desde sus cómodos puestos en las academias de lo que se trata la realidad, nuestra realidad, y nos dictan su cátedra; y unos muchos, otros, alumnus, sin luz, somos educados, es decir, domesticados; y recibimos diplomas, que son aplausos de focas, que son “permisos para no pensar, no preguntar y eso sí, ganar más” y así pues reproducir el sistema.
En las unitierras le apostamos tercamente a la escucha, a la escucha de los pueblos en resistencia-organizados, al aprendizaje desde las luchas diversas, al aprendizaje desde lo cotidiano, desde la incertidumbre, desde el dolor.
4- Agradecemos la invitación que recibimos para estar hoy en esta mesa de diálogo acá en el zócalo… hoy ACÁ ESTAMOS… dando palabra y por eso queremos compartirles nuestra rabia y dolor por Ayotzinapa y nuestra solidaridad amorosa con las madres, padres, hijos, hermanos, hermanas, esposas, novias, amigos, maestros, vecinoas, de los estudiantes desaparecidos,
y además así queremos traerles muchos abrazos y agradecerles que no se rinden, no olvidan, no lo superan, no se callan… y nos muestran caminos de resistencia digna: porque no se palarizan, no se conforman, no tienen miedo, salen a tomar la calle, a tomar la palabra y a gritarle al mundo que lo saben: que fue el estado y, gritan así, lo que nos está pasando a tod@s en México. Nos hacen visibles en todo el mundo.
Va pues un poquito de nuestra palabra, de lo que sentimos y pensamos en la unitierrapuebla
Dicen las abuelas que el romero es la planta de la memoria.
Hoy traemos a esta mesa de diálogo
-el agua, que es sagrada y no es mercancíay está en peligro por la privatización en México, por las hidroeléctricas en nuestros ríos (9 en la sierra norte), por la contaminación, por el despojo del derecho de las comunidades al agua de sus ríos que han cuidado durante cientos de años;
– la tierra, que es sagrada y no es mercancía, que es la nos da de comer y la nos va a cubrir al morir. Tierra colectiva donde viven hace siglos las comunidades indígenas nahas, otoniés, tepehuas y totonacas, hoy amenazada por las empresas nacionales y transnacionales en la Sierra Norte, en la Mixteca, en el 70% del territorio nacional. Tierra amenazada en todo el mundo, pero muy en especial amenazada donde viven las comunidades indígenas y campesinas de América Latina. Tierra amenazada por la devastación y la contaminación de cerros, ríos, bosques por las minas a cielo abierto y el fracking, que en Puebla, tan solo en la sierra norte, sabemos que son 103 concesiones mineras.
La tierra y la dignidad amenazadas en las Cholulas, Chalchihuapan, Huehutlán el Grande… y la lista es enorme.
La tierra que es la casa de todos los seres vivos; amenazada, y solo por decirles algo sencillo: por ejemplo, en la sierra norte hay más de 300 variedades de mariposas… y ahora están amenazadas por los proyetos de muerte. Sin mariposas, pájaros, abejas y muergiélagos no hay polinización. Sin polinización no hay comida.
-traemos el aire, simbolizado en el incienso, que ha sido contaminado por las minas a cielo abierto, el fracking y sus metales pesados que causan cancer y deformaciones en los bebes de todos los mamíferos, enfermedades incurables en los más viejos. Nuestro aire amenazado por las torres eólicas (19 para Puebla) que generan energía barata para las empresas, como el caso del grupo mabesa, no para las comunidades donde se instalarán Palmar del Bravo, Palmarito, Tecamachalco.
– traemos a esta mesa también, el romero para la memoria. Para que no se nos olviden nuestros muertos, nuestros desaparecidos, nuestras desaparecidas: nuestras mujeres violadas, asesiandas por ser mujeres. Romero para que no se nos olviden nuestra rabia y nuestros pendientes. Para que como los compas Ayotzinapa, no lo olvidamos y no lo superamos.
Y como nos dicen l@s compas Zapatistas, ¡que no se nos olvide que necesitamos organizarnos para resistir!
Que no se nos olvide aquí la lucha por la defense del territorio, de la madre agua y la madre tierra en la sierra norte y todo el estado de Puebla, que no se nos olviden los compañeros y compañeras campesin@s, totonacas, nahuas y mestizos que defienden su territorio.
Para concluir nuestra palabra:
En la unitierra decimos que el asesinato de 46 estudiantes el 26 de septiembre del 2014 en Ayotzinapa no puede ser leído como algo extraordinario, como algo especial. Es más bien la forma más descarnada (y al decir descarnada, se nos viene a la memoria el rostro de Julio César Mondragón, desollado) y es también la forma más corrupta “normalizada” de la violencia estatal, es la forma como funciona el estado, escondida tras una supuesta normalidad democrática. Nadie les cree. Ni en México ni en el mundo.
Ayotzinapa es violencia y descomposición.
Es la expresión más brutal de la lucha en este país.
Los normalisas resisten y han resistido porque, desde tiempos de Cárdenas, ellos creen que su hacer, su acción popular a través del aprendizaje y la crítica son necesarias para cambiar las injusticias de este país. Su proyecto ha sido una eduación rural, popular, autónoma, por eso, el estado la considera peligrosa y les ha declarado la guerra desde tiempos de los maestros Lucio Cabañas y Genaro Vázquez.
Sabemos que hay una guerra abierta, una violencia primera contra todas las manisfestaciones de resistencia de los estudiantes normalistas en Guerrero y de todo México.
Las protestas contra los “proyectos de muerte” capialista son reprimidas en todo el país:
Resistencia pueblos campesinos e indígenas.
Y se nos viene a la memoria en este momento el rostro de Bety Cariño.
¿Será que el romero ya está haciendo su trabajo?
Bety fue asesinada por defender principios primordiales de los pueblos frente a las políticas agresivas del capital que destruyen la vida comunitaria, las montañas, los bosques, los ríos, los días y las noches: que destruyen el presente y el futuro.
Hay muchas reflexiones en todo el mundo sobre Ayotzinapa. Gentes expertas y estudiosos de la violencia nos han dicho muchas cosas.
Nosotras desde la unitierra hoy solo queremos compartir cómo nos sentimos: muy tristes, muy enojadas y por eso no queremos olvidar, queremos echar claridad, buscar las raíces de estos conflictos y entenderlos,
entendernos que somos nosotras, nosotros, todos los que decimos NO al estado, quienes podemos detener esta violencia. Nosotros les hemos dado ese poder. Entonces podemos quitárselos.
Ayotzinapa es un dolor colectivo, un abrazo de solidaridad que nos rebasa, un despertar amargo. Es dolor y rabia. Es camino.
Cito:
Hoy tenemos claro que este gobierno
lo que hace únicamente es intimidar con la fuerza.
Pero si piensa que nos va a meter miedo,
se olvida que al llevarse a nuestros hijos,
también se llevaron nuestro miedo.
Palabras de Felipe, padre de uno de los desaparecidos de Ayotzinapa
Autor: Cecilia Zeledón de UniTierra, Puebla
Fotografía de Marisol Amador Calderón