Lucha Indígena N° 99 – Todo lo de arriba está podrido
Editorial: Todo lo de arriba está podrido
La alcaldía de Lima se decidió por el razonamiento de abajo: “Roba, pero hace obras”.
De eso no tenemos la culpa los de abajo, puesto que todo lo de arriba está podrido y nos dan a escoger cuál podredumbre preferimos. En el Perú la palabra “político” es sinónimo de “corrupto”. Mencionemos lo más conocido por todos: Alan García recibió millones por dar indultos o disminuir las penas de los narcotraficantes. Pero él no se preocupa, pues tiene en uno de sus bolsillos al Poder Judicial y en el otro a la Fiscalía, Un juez ordenó al parlamento que no discuta lo investigado por la megacomisión parlamentaria, lo que el parlamento obedeció a pesar de la “independencia de poderes”.
Éste no es más que uno de los casos de corrupción de Alan. “Agua para todos” y otras leyes de saneamiento mediante las que se contrataba a dedo a las compañías que pagaban soborno a Alan y su entorno. Esta metodología es profusamente copiada por autoridades a todo nivel, de las tres regiones naturales del país. Precisamente esto provocó recientemente un paro en la provincia de La Convención, Cusco, contra la corrupción de los alcaldes que preguntan a una compañía: “¿Por cuánto me haces esta obra?” – “Por 3 millones” – “Te doy 5 y declaras que lo has hecho por 8”. En ese paro, el actual ministro del interior Urresti (Culpado de asesinato por un fiscal) hizo matar a un niño de 16 años y a un alcalde que protestó porque el ejército convirtió en cuartel el local de la escuela.
(Continuación)
Sigamos con García: “Colegios emblemáticos”. La misma modalidad de entregar ilegalmente la construcción de obras a compañías que pagan su “comisión”.
El caso BTR, interferencia en un caso de “chuponeo telefónico”, naturalmente los procesados tuvieron que pagar el servicio.
En cuanto a los delitos cometidos en su primer período, que le obligaron a salir del país, el célebre Montesinos, brazo derecho de Fujimori, hizo que “prescribieran”, y así pudo regresar tranquilo. Fujimori está preso en una amplia residencia que fue usada como centro de la campaña electoral de su hija Keiko. Tiene huerto, teléfono, sirvientes, visitas privadas.
Está preso sólo por algunos de los delitos cometidos. Se fue a Asia llevando barras de oro. De ahí, renunció a la presidencia por fax. El autogolpe que hizo fue motivado en forma inmediata para impedir que el congreso discutiera el robo que hizo su hermana de una donación para familias pobres y que fue denunciado por la esposa del presidente, a quien éste hizo torturar. Los hijos no protestaron por las torturas a su madre porque priorizan el poder del padre que subvencionó la educación de ellos en los Estados Unido con un costo muy elevado pagado con lo robado al país. Naturalmente, son políticos prominentes del Perú.
Kenji fue el parlamentario más votado y Keyko por muy poco no es presidenta del país. Otro ex-presidente no puede explicar de dónde sacó dinero para grandes inversiones.
El actual presidente, Ollanta Humala, simuló una insurrección militar para que sirviera de cortina de humo a la fuga de Montesinos. Fue un “levantamiento militar” en el que no hubo ningún herido ni rasguñado durante el paseo por los departamentos de Moquegua y Arequipa, pues la cúpula militar era parte de la maniobra, esto fue declarado por el propio Montesinos y por quienes participaron de la “represión”.
Su principal ingreso es el soborno de las transnacionales depredadoras del medio ambiente que le pagan para que asesine o encarcele a los defensores de la naturaleza y para que saque leyes favorables a la depredación. No necesita cometer robos pequeños.
Últimamente hay gran escándalo porque la residencia de Oscar López Meneses, del entorno de Montesinos, era resguardada por la policía. Hay acusaciones contra jefes policiales, contra funcionarios, contra el presidente Humala, de que ellos dispusieron el resguardo. Todos niegan, Ollanta no quiere declarar. Lo que sucede es que ese personaje no es importante y se cree que quien estaba en la residencia resguardada era el propio Montesinos, quien supuestamente está “preso”.
Hay presidentes regionales presos o fugitivos, cabezas de bandas delincuenciales. Hay personas que han sido asesinadas por denunciar actos de corrupción. Hay jueces y fiscales supremos acusados de proteger a las mafias. La desocupación produce sicarios, inclusive menores de edad. Hay quien se ha suicidado para que no maten a su familia. Políticamente vemos alianzas de “izquierdistas” con la derecha.
Está creciendo rápidamente la corrupción, que acá es más diversificada que en México, donde lo principal es la ligazón de la clase gobernante con el narcotráfico. No es que en el Perú no exista eso, sino que no es más que una de las fuentes de la corrupción.
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