No somos voceros de Pueblos en Camino, porque no tenemos voceros
No somos voceros de Pueblos en Camino, porque no tenemos voceros. Somos, eso sí voces desde allí. Pueblos en Camino es una propuesta, una apuesta y un desafío ante el espejo y frente a las transiciones (para mal o para bien) de nuestros tiempos. El punto de partida es ese compromiso con “tejer resistencias y autonomías entre pueblos y procesos”, que nos identifica.
Autonomías desde pueblos y territorios, con horizontes de la política y de lo político diferentes y aún incompatibles con lo que la concepción y práctica de la política significan e imponen. Una política-otra desde la defensa, la resistencia y la reproducción de la vida en común y colectivo. Horizontes, tramas, experiencias, sabidurías, saberes, búsquedas desde ámbitos y sentidos otros que no caben, ni han cabido nunca, en los límites que la política (Capital-Modernidad) impone para servir inevitablemente al proyecto de acumulación, exclusión y despojo. En este sentido y desde allí, tejidos entre pueblos y procesos, que priorizan, claro, resistencias desde esos otros horizontes comunitarios y populares de la política y lo político al Capital, a la conquista permanente, al despojo en la fase transnacional corporativo-especulativa que amenaza a la vida toda.
El impulso y la dinámica que viene dándose surgen de diversas vertientes y experiencias que siguen sus cursos autónomos, pero que a su vez generan espacios de encuentro, palabra y acción. Un común denominador es la experiencia que nos deja nuestra participación directa en luchas colectivas, en procesos que surgieron y surgen desde la penumbra a la que son condenadas, generan momentos de levantamiento y movilización y, en la mayoría de los casos, son retornadas bajo los términos que impone el sistema en sus dinámicas y condiciones, a la oscuridad y aparentemente desaparecen en el fracaso. En realidad, nos identifica saber que esta dinámica de luz y sombra no reconoce la verdad de los procesos ni el movimiento de los comunes y los pueblos.
No somos ni un colectivo cerrado, ni una institución u organización. Somos, en torno de ese tejer desde y con los pueblos. Llegamos acá inicialmente, como impulso solamente, desde, por ejemplo, la Minga Canadá-Colombia, cuyos protagonistas fueran las “Luchas populares invisibles” (mujeres, afro-descendientes, indígenas, campesinas, sindicatos) y sus planes de vida en resistencia sin supeditarse a la solidaridad institucional, ni a las insurgencias armadas o partidos de izquierda. También desde la Minga de Resistencia Social y Comunitaria y su agenda de los pueblos y acciones de movilización colectiva desde el territorio y pueblos indígenas del Cauca en Colombia y, en particular, del Tejido de Comunicación para la Verdad y la Vida del Norte del Cauca y su experiencia de tejer y caminar palabras colectivas desde territorios y ámbitos de pueblos y comunidades, no-circunscritos por la geografía política de los Estados Nación.
Pero estos son apenas unos de los pre-textos e impulsos que nos llevaron a estarnos encontrando personas concretas con raíces en procesos populares. Entre nosotras y nosotros estamos trayectorias que no pueden restringirse ni caracterizarse desde oficios particulares. Precisamente, nos hemos servido en lo posible de los oficios, en contextos diversos, para pervivir, aprender y participar en luchas y procesos. El activismo, la escritura militante y crítica, la investigación, la docencia, las diversas formas de lucha directa, la comunicación, las responsabilidades en movimientos indígenas, populares y sociales, las militancias partidistas son apenas ejemplos que ilustran eso de que vamos siendo a través de lo que hacemos. Nuestros orígenes son tan diversos como nuestros países de nacimiento, militancia, residencia o exilio. Bolivia, Argentina, Colombia, Perú, México, Uruguay, Brasil, Venezuela, pero también Canadá, Grecia, Bélgica, Francia, entre otros. Una manera de presentarnos, tal vez, sea nombrar ese desafío que nos convoca y nos reclama no suplantar, no callarnos y no quedarnos en la palabra. En nuestros encuentros y actividades diversas tejemos conjuntamente intentando entender contextos, siempre exigidos por el reclamo de nuestro referente, nuestro “lugar de enunciación” que son los pueblos en movimiento, desde abajo reproduciendo la vida y resistiendo. Pueblos en Camino, por lo dicho, es un tejer abierto a los encuentros y reconoce que “ni somos los que estamos ni estamos los que somos”. No convocamos ni reclutamos para que se nos sumen, por el contrario, nuestras historias y caminos reflejan nuestra vocación de sumarnos a y desde horizontes comunitarios, reconocer, aprender, aportar a los caminos de los pueblos con la Madre Tierra frente a la amenaza de exterminio y por la resistencia y superación del Capital-Modernidad y de la conquista.
Uno de nuestros instrumentos, la página web abierta a insumos, ayudas, críticas, expresa éstas búsquedas y sentido en sus secciones: ¿Dónde Estamos? Análisis y lecturas que aporten a debatir y comprendernos en contextos y procesos. ¡Así No! Posiciones argumentadas y firmes de denuncia y rechazo. ¡Así Sí! Experiencias, saberes y caminos desde abajo, y, ¿Cómo Así? Señalando oportuna y permanentemente errores, abusos y contradicciones de quienes habiendo asumido el mandato de servir a las causas, se sirven de ellas.
Manuel Rozental y Vilma Almendra para Pueblos en Camino, marzo 14 de 2014