China advierte a EEUU sobre su crisis fiscal
EEUU tiene que saber que no le está haciendo un favor al mundo al solucionar sus interrogantes fiscales. De hecho, tiene más que ver con su propia autosalvación.
BEIJING, 17 oct (Xinhua) — La solución a largo plazo para curar la persistente y crónica enfermedad fiscal de Estados Unidos brilla aún por su ausencia pese al proyecto de ley de última hora, pero temporal, aprobado por el Congreso la noche de este miércoles.
Ello significa que los políticos en Washington no han hecho nada sustancial, sino posponer una vez más la bancarrota final de la confianza global en el sistema financiero estadounidense y la integridad de la inversión del dólar, que ya ha sido destruido por el eterno enfrentamiento partidista y la gran incapacidad del país para solucionar sus problemas fiscales de una vez por todas.
La aprobación de un proyecto de ley pasajero no es más que ampliar una pulgada más la mecha de la bomba de la deuda estadounidense.
La historia reciente nos dice que cuando llegue el próximo límite del plazo dentro de unos meses, y el tiempo ya está caminando, volverán a surgir definitivamente los chanchullos y la dramática lucha interna entre demócratas y republicanos.
Si el gobierno norteamericano continúa con su enfoque dilatorio irresponsable sobre el problema de la deuda, llegará el día en que el Tío Sam sobrepase su límite de préstamo, en tanto la agobiada economía de EEUU naufragará sin remedio alguno posible.
Por ello, aún cuando no parece muy posible, urge que en los próximos meses los políticos de la Casa Blanca y las dos cámaras del Congreso puedan dejar a un lado los enfrentamientos y diferencias partidistas, e intenten encontrar una vía que logre consolar a los tambaleantes mercados financieros internacionales que buscan una mayor rehabilitación.
Entre las curas efectivas disponibles, el gobierno de EEUU tiene que repensar la manera en que gasta su dinero considerando su gigantesco gasto militar, equivalente a casi la mitad del total mundial.
Realmente, Washington estuvo una vez en el camino hacia la liquidación de su deuda nacional y tenía excedentes del presupuesto cuando el ex presidente Bill Clinton dejó la Casa Blanca en 2000.
Sin embargo, las administraciones subsiguientes dilapidaron el capital lanzando guerras en Afganistán e Irak, empujando nuevamente al país al atolladero fiscal y dañando su credibilidad moral a nivel internacional.
Con el prolongado fracaso fiscal estadounidense colgado en lo más alto como una «espada de Damocles», la estabilidad financiera internacional y la opaca recuperación económica global se mantienen presas de una situación atrozmente peligrosa mientras el reloj sigue su camino.
Mientras no existe prácticamente ninguna esperanza de que la recurrente crisis fiscal estadounidense pueda solucionarse de una manera responsable y a largo plazo, esta lleva nuevamente a la comunidad internacional a volver a visitar las deficiencias desconcertantes del actual sistema financiero y monetario global con un dólar reinante.
Para China, quizás sea la oportunidad para actuar con mayor rapidez y determinación en el camino de la internacionalización de su RMB o yuan, de manera que pueda distanciarse gradualmente de los peligros que plantean el turbulento mecanismo fiscal estadounidense.
Ya se ha hecho un daño grave a la economía mundial pese al recurso alcanzado entre demócratas y republicanos, y EEUU tiene que saber que no le está haciendo un favor al mundo al solucionar sus interrogantes fiscales. De hecho, tiene más que ver con su propia autosalvación.
Autor Comentario Agencia Xinhua