Un derecho de nacimiento
Voy a crear un canto para poder existir
Para mover la tierra a los hombres y sobrevivir
Para curar mi corazón y a la mente dejarla fluir
Para el espíritu elevar y dejarlo llegar al fin
Yo no nací
Sin causa
Yo no nací
Sin fe
Mi corazón pega fuerte
Para gritar a los que no sienten
Y así perseguir a la felicidad
Voy a crear un canto para el cielo respetar
Para mover las raíces de este campo y hacerlo brotar
Para mover las aguas y el veneno verde que hay por ahí
Para el espíritu elevar y dejarlo vivir en paz
Yo no nací
Sin causa
Yo no nací
Sin fe
Mi corazón pega fuerte
Para gritar a los que nos mienten
Y así perseguir a la felicidad
Y así perseguir a la felicidad
Que es un derecho de nacimiento
Es el motor de nuestro movimiento
Porque reclamo libertad de pensamiento
Si no la pido es porque estoy muriendo
Es un derecho de nacimiento
y a los frutos que dejan los sueños
En una sola voz un sentimiento
Y que este grito limpie nuestro viento
Voy a crear un canto para poder exigir
Que no le quiten a los pobres lo que tanto les costó construir
Para que el oro robado no aplaste nuestro porvenir
Y a los que tienen de sobra nos les cueste tanto repartir
Voy a elevar mi canto para hacerlos despertar
A los que van dormidos por la vida sin querer mirar
Para que el río no lleve sangre. Lleve flores y el mar sanar
Para el espíritu elevar y dejarlo vivir en paz
Yo no nací
Sin causa
Yo no nací
Sin fe
Mi corazón pega fuerte
Para gritar a los que no sienten
y así perseguir a la felicidad
Que es un derecho de nacimiento
Es el motor de nuestro movimiento
Porque reclamo libertad de pensamiento
Si no la pido es porque estoy muriendo
Es un derecho de nacimiento
Mirar los frutos que dejan los sueños
En una sola voz un sentimiento
Y que este grito limpie nuestro viento
Es un derecho de nacimiento
Es el motor de nuestro movimiento
Porque reclamo libertad de pensamiento
Si no la pido es porque estoy muriendo
Es un derecho de nacimiento
y a los frutos que dejan los sueños
En una sola voz un sentimiento
Y que este grito limpie nuestro viento
Por: Natalia Lafourcade