El mundo al revés: el escándalo no es por la corrupción sino por el castigo!
Tal como lo habíamos comunicado, un dirigente ngäbe-buglé fue descubierto cuando, actuando al servicio de una transnacional minera, usurpando el cargo y el mandato comunitario, entregó el territorio colectivo de manera infame e inconsulta. Desde el derecho propio la comunidad hace justicia y le enseña una lección, precedente para otros corruptos dirigentes indígenas allí y en cualquier lugar. Esta es la noticia y el ejemplo. En cambio, para los “medios de comunicación”que respaldan y se enriquecen con la corrupción y el extractivismo, el escándalo es que lo hayan castigado, por eso critican desde la ignorancia y el racismo la acción de derecho consuetudinario que el pueblo ngäbe-buglé aplicó recientemente a una de sus autoridades electas. En realidad están creando una cortina de humo para ocultar que: “Hoy, personalidades del mundo político ngäbe se enfrentan a su pueblo por pretender entregar el territorio indígena a corporaciones empresariales china e israelí haciendo uso de sus cargos públicos en la Comarca. Estas personalidades provienen del entorno pro minero, que cuentan con la Asociación Jädrán Nigwe Niren Ngwire Ngöbe y la empresa Nole Duima Development Corporation, S.A. para sus actividades violando los procedimientos de consulta y aprobación sobre las propuestas de proyectos e inversiones económicas en la región”. Esta acción consuetudinaria que además de frenar la intención extractivista que viene de afuera y a la vez pone en escarnio público a autoridades indígenas que a nombre del pueblo trabajan para las transnacionales, debería ser un ejemplo para todos los movimientos en resistencia y autonomía, y sobre todo, para los corruptos poderosos que están administrando el mal gobierno, precisamente porque “…Entre la justicia comunitaria y la putrefacta justicia de las elites económicas y políticas del país, hay una diferencia abismal, existe una justicia para los pobres (indios, cholos, negros, zambos) sobre el cual cae el corrupto sistema judicial, el violento sistema penitenciario y otra para los “dueños del país”, ¿desaparecerá esta justicia acomodada para los dueños del país algún día?…” ¿Dónde estamos? Pueblos en Camino
Ortigas, cepos y zombis
Opiniones van y vienen por las llamadas redes sociales, noticieros, radio y prensa escrita. Profesionales en distintas ramas del quehacer humano, en especial, periodistas, abogados y autoridades públicas, hablan, critican, condenan –con su dosis de prejuicios culturales y racismo- al pueblo ngäbe por el uso del cepo.
Hablan y escriben de lo salvaje e inhumano de esta práctica. Pregunta: alguien ha intentado explicar las razones del porque “autoridades electas” por el pueblo ngäbe-buglé han sido sometidos a este escarnio público. ¿Qué relación tiene con los acontecimientos de los años 2011-2012? ¿Qué relación tienen estos personajes con los intereses mineros? No hay registro en los medios de comunicación sobre este aspecto.
Estas críticas nos hacen recordar los discursos racistas de ministros y de allegados al gobierno de Ricardo Martinelli. Los indios son una banda de borrachos, atrasados, salvajes, seres manipulados, anti desarrollistas; toda una recopilación de ofensas contra el pueblo ngäbe buglé. La diferencia está en que los señalamientos de hoy son más “light”, esta práctica cultural es salvaje, inhumana, viola los derechos humanos, es decir, una crítica “políticamente correcta.”
Varios años atrás, una educadora latina, fue sometida a latigazos de ortiga, en una de las comunidades de Gunayala. Durante este episodio, los medios de comunicación hablaron de las prácticas salvajes de los indios, ¿alguien trato de escudriñar las razones del episodio? No, la condena fue unánime. La explicación de lo sucedido fue que la educadora reiteradas veces ofendía y desafiaba a la comunidad, sus autoridades y sus prácticas culturales. No estaba feliz de estar entre indios, no tenía interés de cumplir con su magisterio ni de entender sobre contextos culturales y procesos educativos. El resultado final el enfrentamiento con la comunidad a la que tenía que servir.
Hoy, personalidades del mundo político ngäbe se enfrentan a su pueblo por pretender entregar el territorio indígena a corporaciones empresariales china e israelí haciendo uso de sus cargos públicos en la Comarca. Estas personalidades provienen del entorno pro minero, que cuentan con la Asociación Jädrán Nigwe Niren Ngwire Ngöbe y la empresa Nole Duima Development Corporation, S.A. para sus actividades violando los procedimientos de consulta y aprobación sobre las propuestas de proyectos e inversiones económicas en la región.
Cada cultura comunitaria indígena tiene sus propios criterios para ejercer su concepto de justicia, lo que se conoce como derecho consuetudinario (formas de regular comportamientos, la convivencia social, mantenimiento del orden interno, solución de conflictos y sanciones).
En 1989, una pareja de investigadores haitianos – Rachel Beauvoir y Didier Dominique- obtuvieron el Premio Casa de Las Américas con su ensayo Savalou É. texto que permitió conocer la esencia, los valores sociales y culturales que giran alrededor del vudú.
Tuvimos la oportunidad de conocer, dialogar con estos dos intelectuales y compartieron sus aprendizajes sobre los zombis. Los zombis son el resultado de juicios comunales contra las personas que atentan contra la propiedad comunal de la tierra; los que trafican, venden tierras de propiedad del pueblo sin aprobación alguna.
La producción cinematográfica de Hollywood desde hace muchos años tergiverso este hecho, creando un imaginario negativo y fantasioso sobre la religiosidad del pueblo haitiano. La zombificación era un proceso encabezado por los houngan (sacerdotes) quienes preparan pócimas que bajan el biorritmo de las personas a tal nivel que se piensa que están muertas y no lo están. La ciencia ha podido descifrar la composición de esta pócima.
Ya sean latigazos de ortigas (planta medicinal), cepos (instrumento colonial -para domesticar indios y negros rebeldes- traído por los europeos) y la zombificación, son prácticas culturales de control social comunitario sobre aquellos que pisotean el sentido de propiedad y vida de las comunidades y tienen un solo objetivo: el escarnio público. Como todas las prácticas culturales con el pasar del tiempo se modifican o desaparecen, estas también están destinadas al cambio o perecer.
Entre la justicia comunitaria y la putrefacta justicia de las elites económicas y políticas del país, hay una diferencia abismal, existe una justicia para los pobres (indios, cholos, negros, zambos) sobre el cual cae el corrupto sistema judicial, el violento sistema penitenciario y otra para los “dueños del país”, ¿desaparecerá esta justicia acomodada para los dueños del país algún día?
Lo que no pueden olvidar estas elites económicas y políticas es la voluntad de lucha de los pueblos indígenas a través del tiempo para defender la tierra, autonomía y cultura.
Autor: Juan Quilamo
Panamá, abril de 2017
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