Grecia: recuperar y producir para la libertad
Con la noticia desde Grecia, que en enero de este año empezó su camino, una segunda fábrica recuperada: «Los Rubén de la Madera», les compartimos un video de Vio.Me, la primera fábrica recuperada , donde los propios trabajadores a casi 3 años de autogestión siguen revitalizando la producción material e intelectual para la vida digna. Así sí. Carajo!!!
Como bien nos lo cuentan desde Grecia, la lucha empezó cuando los propietarios de la fábrica la abandonaron sin pagar a sus trabajadores. De ahí que los propios trabajadores se quedaron en las instalaciones para cuidar la maquinaria y para reclamar el dinero que les debían. Entonces desde el 2013 en esas mismas instalaciones y con las máquinas disponibles empezaron a promover formas otras de tomar decisiones para funcionar sin patrones y sin jerarquías, porque lo que gestaron desde abajo fue el trabajo colectivo autosugestionado.
Trabajo autogestionado que va desde tomar decisiones en colectivo a través de las asambleas, hasta fabricar productos biodegradables que no perjudican ni al ser humano ni al medio ambiente y tampoco son para especular ni acumular, solamente para cubrir necesidades sociales para la vida digna. Trabajo dirigido por los propios trabajadores donde la solidaridad y la cooperación, son elementos constitutivos de esa lucha social que sigue emergiendo desde la necesidad y la capacidad de decisión colectiva.
Naturalmente, estos elementos son los que sostienen y sostendrán a Vio.Me. Así lo sienten los propios trabajadores, quienes aseguran que “sin solidaridad nosotros no existimos” y explican que los antiguos propietarios de la fábrica recuperada, producían materiales de construcción, pero ellos al iniciar el trabajo de autogestión, consultaron a sus solidarios, quienes cooperaron también con propuestas, las que hoy se ven reflejadas en lo que fabrican. Por ejemplo: productos cien por ciento biodegradables y fabricados con ingredientes naturales; productos accesibles a las familias comunes y corrientes, porque otro problema que han reconocido colectivamente, es que muchos de los productos biodegradables que hoy existen en el mundo, aunque son buenos con el medio ambiente, en realidad están prohibidos para los bolsillos de las familias comunes y corrientes.
Entonces la solidaridad y la cooperación se va haciendo camino también desde la fábrica, porque no solo sus instalaciones pasan a manos de los propios trabajadores, sino también la decisión colectiva para producir, distribuir y contribuir a satisfacer las necesidades sociales para una vida digna. “ (…) Esa es la verdadera producción de la riqueza y no solo de la riqueza material, sino también la de ideas, del proyecto en general en toda la economía (…) Por eso decimos: las fábricas para los trabajadores y la producción para la sociedad”.
Justamente por esto, no requieren de intermediarios, porque la distribución se hace a través del comercio solidario que llega directamente a los consumidores. Los trabajadores no están hablando de ventas, están gestando la distribución solidaria para ir cambiando la relación entre quienes producen y quienes consumen. En esta relación hay espacio para proponer y definir qué se necesita y qué se debe producir para la vida digna. De allí que también en esta relación otra de trabajo colectivo autosugestionado, todas las mañanas los trabajadores toman un café para hablar de cómo están, de qué van a producir y cuánto tiempo van a trabajar, porque el trabajo aquí también es otra relación.
Precisamente porque, como nos reiteran los trabajadores de Vio. Me: “ (…)nos interesa el producto que no sea producto, que contenga relaciones de libertad, creación, cooperación y no solo relaciones de rentabilidad y de poder, sino que que requiere que comprenda en sí al mismo tiempo la calidad y aquellos elementos que demuestren que podemos sin patrón, sino que podemos mejor sin patrón”.
Pueblos en Camino
Abril 24 de 2016