NO ES INÚTIL SUBLEVARSE: CARTA A NUESTROS COMPAÑEROS EN PERÚ

Una carta desde México a las y los luchadores en resistencia contra la minería en el Perú. Una sola voz. Una palabra. Una botella la mar. Pero no! Donovan Hernández Castellanos habla desde una constelación, desde un tejido de tejidos y en su voz hay muchas más que se agolpan en su corazón y salen. El pone su firma, su nombre, su cuerpo desde México y desde abajo y al hacerlo, se compromete con cada una y cada uno en ese NO! que nos trenza y nos teje a quienes allá, desde el Valle del Tambo, mujeres y hombres son nuestro frente por la vida y contra el despojo. El lo dice y lo gritamos: ¡No es inútil sublevarse! ¡Así Sí! Pueblos en Camino

 

 

NO ES INÚTIL SUBLEVARSE:

 

CARTA A NUESTROS COMPAÑEROS EN PERÚ

 

No lo sé, pero es probable que a estas alturas ya hayan recibido algunas palabras de apoyo de parte de campesinos y trabajadores mexicanos de la industria minera, colectivos activistas, de organizaciones que, desde México, comparten sus inquietudes y su misma lucha.

 

Les envío estas palabras, porque los mensajes de solidaridad nunca están de más.

 

Algunos nos enteramos desde el Seminario organizado por el EZLN de sus luchas recientes, junto a las de compañeros del Kurdistán, en el otro lado del mundo, que también luchan por generar condiciones que hagan de la vida algo mucho más digno, algo mucho más vivible.

Los pueblos en medio de la globalización viven condiciones opresivas que los obligan a resistir: resistir contra las políticas excluyentes de migración, contra el hambre generalizada, contra el empobrecimiento ocasionado por el capitalismo regional, contra las milicias terroristas aliadas con los monopolios transnacionales (esos gobiernos privados indirectos); en suma, contra las políticas que condenan a la muerte directa e indirectamente a más de la mitad de la población en el planeta.

 

Ustedes, actualmente, luchan contra representantes del capitalismo mexicano que, a su vez, están subordinados al capitalismo norteamericano. No tengo nada más que decir, sino agradecerles: gracias por resistir, por luchar. Esa lucha es compartida; no hay ningún argumento nacionalista que pueda impedir solidarizarnos con su lucha, con nuestra lucha.

 

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En México los proyectos extractivistas han obligado a un repliegue en las luchas agrarias, obreras y sindicales debido al nivel de violencia en la respuesta del Estado, las oligarquías locales y los consorcios trasnacionales, sin mencionar al narcotráfico. Pero repliegue no es abandono. Lo muestra el caso de San Quintín: jornaleros que luchan por mejores salarios (ganan 100 pesos mexicanos al día, no es suficiente para vivir), que han sido duramente reprimidos. De igual modo -¡como hacen ahora mismo contra ustedes!-, las políticas de seguridad mexicanas dictan que la policía debe ser militarizada y la milicia debe cumplir con funciones de seguridad en territorio civil; lo que implica una suerte de ley marcial-civil, en un momento en el que los tribunales no funcionan con normalidad.

 

La seguridad es todo un complejo dispositivo de poder que se ejerce para tranquilidad de la minoría en perjuicio de la mayoría.

 

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Pero el capitalismo no sólo genera una acumulación de la riqueza por despojo, sino que produce también una tremenda devastación de ecosistemas, de formas de vida, de biodiversidad que tiene que ser detenida.

 

De igual forma, las minerías a cielo abierto amenazan las formas de vida de comunidades indígenas en México, fuertemente arraigadas a la tierra y sus valores ancestrales, como ocurre con la tribu Yaqui, que ha hecho una caravana informativa para mostrarnos sus problemas. A diario los luchadores sociales sufren de violencia, asesinatos, desapariciones forzadas; en fin, nada que ustedes no conozcan de primera mano, por desgracia.

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Sabemos que la lucha de los trabajadores no conoce de patrias, pero sí de condiciones. Y que las condiciones específicas de lucha de cada trabajador son distintas y que, en consecuencia, las estrategias se tienen que adecuar a sus circunstancias. Por la prensa –que nos trae las noticias a cuenta gotas, como no queriendo- sabemos que ocho regiones del Perú estuvieron en paro debido a las condiciones opresivas que Grupo México ha establecido con los trabajadores explotados y con los pueblos afectados por sus actividades extractivistas. Acto que genera todo nuestro entusiasmo. De nueva cuenta, reitero mi saludo a su lucha. No es inútil sublevarse. Espero que el dolor que tienen hoy se traduzca muy pronto en una victoria mañana.

 

Un abrazo hasta la tierra de José Carlos Mariátegui.

 

Donovan Hernández Castellanos

México, D. F. a 31 de mayo de 2015.

 

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