PGJ y Rectoría abalan entrada de la fuerza pública a la UNAM

México, DF a 16 de noviembre del 2014. Aproximadamente a las 12:30 del día los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras y quienes se encontraban dentro de la Biblioteca Central fueron desalojados por un corte de luz que nadie se explica y con esto presionan a quienes realizan actividades en el Auditorio “Che Guevara” a salir, para preguntar sobre la inexplicable situación, cuando se percataron que unos sujetos se encontraban tomando fotos frente al auditorio (dos mujeres y dos hombres).

 
 
Uno de los identificados es Rodolfo Lizárraga Rivera, oficial secretario del M.P., folio 220832, junto con tres personas que se niegan a identificarse en un primer momento, a pesar de que portaban una placa de la Procuraduría General de Justicia -quién huye momentos después con las dos mujeres-. Luis Javier Aguiñaga Saavedra es identificado como el agresor principal, apunta al pecho a los estudiantes y al intentar huir lanza disparos, uno le roza en la pierna a un joven y el otro perfora la pierna de Miguel Ángel Ordaz.
 
Algunos estudiantes lo siguen hasta la altura de la avenida Insurgentes, para intentar detenerlo pero es auxiliado por patrullas que lo esperaban.
 
Miguel Ángel, egresado de la FFyL de la UNAM, es trasladado al hospital de Traumatología conocido popularmente como la clínica 32 del Instituto Mexicano del Seguro Social, por el impacto de bala en la pierna izquierda, la cuál es perforada, poco tiempo es dado de alta sin ser atendido oportunamente, para después ser trasladado al ministerio público de la Fiscalía Desconcentrada de Investigación en Coyoacán Coordinación Territorial COY-1 y COY-2, quién declara en calidad de testigo, horas después se retira y es trasladado a un lugar seguro donde es atendido. Durante su traslado del nosocomio al ministerio público, Ordaz informa que es golpeado, además de recibir amenazas de que será puesto a disposición en calidad de detenido.
 
Mientras, los alrededores de Ciudad Universitaria son vigilados por un fuerte operativo policiaco, Rectoría de la UNAM y la PGJDF emiten comunicados donde aceptan la entrada de los agentes e informan que la presencia de estos sujetos es por la investigación del robo de un celular, además reportan que Aguiñaga Saavedra se encuentra en un hospital en calidad de detenido.
 
Pasan las horas y ni la PGJDF, ni Rectoría investigan los hechos, nunca llegan peritos, ni investigadores, ni siquiera la vigilancia interna de la UNAM.
 
Quienes se encontraban resguardando las evidencias -casquillos de balas y el automóvil- deciden sacar el auto hacia la avenida insurgentes y prenderle fuego, pues es claro que a dichas instituciones no les interesa la investigación y con el auto dentro sería un buen pretexto para que la policía vuelva a ingresar a CU. Es importante señalar que el auto no es una prueba fehaciente de los hechos, pues como lo declaran, ellos tenían conocimiento de quienes eran los agentes que ingresaron a la UNAM.
 
Los que resguardan el espacio ocupado, mantienen en este momento guardias, pues saben que la entrada de la policía será una inminente represión y una nueva violación a la autonomía de la UNAM, el común de Narro.
 
Y aunque en las redes sociales de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, niegan que se pretenda desalojar el auditorio “Che Guevara”, es una amenaza latente por el desplegado policíaco que hay en los alrededores de ciudad universitaria; niegan también que se hubiera dado un enfrentamiento, cuando de éste resultaron tres compañeros lesionados y cuando el agrupamiento de granaderos (alrededor de 500 elementos) avanzó más de 50 metros sobre el circuito universitario en dirección al auditorio, para después volver y apostarse sobre avenida insurgentes, en donde se encuentran hasta el momento.
 
 
Esto es un claro montaje para seguir con las investigaciones que la PGJDF ha anunciado a través de comunicados, siendo respaldadas por algunos medios masivos de comunicación, tal es el caso del periódico el Universal que no ha dejado de hostigar a compañerxs anarquistas del Df, basándose en supuestas investigaciones de la policía del distrito federal.
 
 
Escrito por  Lily Bubie, Luis Regenerazión y virikota

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