Minga: ¡El Cauca y Colombia están secuestrados!

Dos hechos,
dos comunicados y
dos conclusiones

¿Dónde Estamos? En tiempo real-Lectura de Contexto. Pueblos en Camino

Hechos

Uno de los bloqueos de la Minga a la Panamericana/Foto AFP
  1. La xenofobia, el odio y el desprecio contra los pueblos indígenas ha encontrado un pretexto en la Minga para expresarse y promete superar los límites de la brutalidad con visos de convertirse en acciones coherentes con las palabras y gestos de desprecio; en masacres. El deseo de exterminar a los indígenas ha quedado a la vista y ha sido abierta y encubiertamente promovido por el estado, es decir, no sólo por los funcionarios del gobierno a todo nivel, bajo el liderazgo del partido de gobierno sino por la fuerza pública, los medios de comunicación a su servicio, los gremios económicos y una enorme masa de población. La gente que pagada o no, se suma a las hordas racistas y violentas, defiende un orden social, unas élites, un gobierno y unos intereses egoístas que los han hundido en el despojo, la ignorancia, la miseria, la sumisión, el abandono, la explotación y la sin salida. Es, en una palabra, fascismo, es decir, un orden rígido, fanático, intolerante, dirigido desde arriba, irracional, populista, basado en mentiras creídas como verdades sagradas y que generan acción para enriquecer, empedrar y encumbrar a los que mandan. A partir del odio, la mentira, la represión y el desprecio contra la Minga y su respaldo en masas, Colombia se hunde en su propia descomposición empujada al fango del terror y la mentira para la codicia desde el gobierno y el poder económico. Frente a la mentira que empuja al odio y promete el exterminio, responde y también reitera el CRIC: “Igualmente aclaramos que los únicos canales de información y difusión oficiales de la organización son a través de la página www.cric-colombia.org y en sus redes sociales figuran como el nombre de Consejo Regional Indígena el Cauca-CRIC. Por tal razón cualquier información que circule fuera de estos canales de información es falsa.”
  2. La Minga por la democracia, la paz, la vida, la justicia y el territorio, a pesar y en medio de esto, ha ido ganando el respaldo de pueblos, procesos, colectivos, organizaciones y personas en Colombia y el mundo como un símbolo de la dignidad de quienes aún son capaces de levantarse en rebeldía a pesar y bajo una maquinaria de desprecio y abuso. En todas partes inspira la Minga y los pueblos indígenas del Cauca, una esperanza que reclama movilización, organización y lucha. Es claro que el Presidente Duque y el poder insisten en que sólo puede responderse a justos reclamos sin recurrir a “vías de hecho” como una repetición de una fórmula retórica recurrente y falsa para intentar mantener la apariencia de legitimidad de un régimen que siempre se niega al diálogo, se niega a respetar derechos y libertades y cuya única función es explotar el trabajo y la riqueza de los pueblos, en nombre de su “desarrollo” y “progreso”. Un régimen al que únicamente se le puede exigir respeto por vías de hecho ya que no sólo ignora sino que niega derechos y libertades, despoja y mata de manera descarada y sin vergüenza esperando que este orden de empobrecimiento y sumisión sea respetado sin recurrir a “acciones de hecho”. La Minga inspira a quienes no están dispuestxs a someterse sin dignidad y convoca a la dignidad, a pesar de que, como el propio CRIC y la dirigencia de la Minga lo han manifestado recurrentemente, su lucha es en lo esencial para reclamarle a este estado y régimen ilegítimo que les cumpla con promesas y recursos. Así lo manifiestan de manera insistente:
El ESMAD es cómplice de los ataques de hordas contra sedes del CRIC en Popayán 

“…reiteramos a la ciudadanía que la minga social continua en diálogos con el Gobierno Nacional con el fin de dar cumplimientos los acuerdos incumplidos pese a las dilataciones que se han presentado.”

Comunicados (Abril 4 de 2019):

Ministra del Interior y Dirigentes Indígenas

Seguiremos trenzando los caminos de resistencia con más fuerza y dignidad

Comunicado a la opinión pública sobre la falsa información que se promueve por redes sociales en contra de la minga social

Conclusiones:

  1. Los voceros del partido fascista en el poder han expuesto frente a la Minga su aterrador carácter que obedece a asumir en principio y por principio que su bienestar, privilegio, beneficios, ganancias y poder insaciable, son el bienestar de la sociedad toda que debe someterse a sus apellidos y a sus caprichos y agradecer el abuso y el despojo como el orden natural y civilizado que tiene, como ya señalamos, seguidores entre los propios arrodillados y explotados y todo un orden social e institucional, el estado, a su servicio, frente al que voces institucionalizadas de oposición son poco más que eso: voces. Muerte, sangre, hambre, propaganda, mentiras y obediencia para mantener y engrosar sus riquezas y privilegios. Eso espera el partido de gobierno y quienes los siguen.
  2. La Senadora Paloma Valencia, por ejemplo, heredera histórica de la aristocracia de su casa, acostumbrada como toda su estirpe al poder que adquirieron a partir de despojar y esclavizar a los mismos indígenas que hoy se levantan en Minga señaló recientemente que esta no es una acción pacífica ya que el Cauca se encuentra “secuestrado por los indígenas”. Quienes tienen secuestrado al Cauca y a toda Colombia ahora mismo y desde la conquista, pero incluyendo todas las fases del período republicano desde la independencia que se logró para su beneficio son gobernantes, élites, gremios económicos y toda la maquinaria del estado. Reficar, Odebrecht y el Fiscal General en funciones, Hidroituango, Fracking, Tala de la Amazonía, incumplimiento de acuerdos de paz, asesinatos sistemáticos de líderes y líderas sociales, consolidación de territorios mafioso-extractivistas legales e ilegales, privatización de la educación y de la salud para negarlas como derechos y explotarlas como negocio, impunidad para criminales reconocidos y enriquecidos con todo esto, empezando por el líder y dirigente máximo de todo este orden mafioso-fascista, Álvaro Uribe Vélez…El Estado y quienes lo controlan dentro y fuera han secuestrado a Colombia. En Minga, unos de las y los secuestrados, se levantan a exigir derechos y recursos a los secuestradores. Si la Minga se limita al cumplimiento de promesas por parte del régimen criminal, a obtener más recursos para unos sectores particulares de este régimen y las acciones de dignidad y si, como lo han manifestado, el bloqueo se levanta si y cuando el funcionario-vocero de esta organización criminal se digne a conversar con la dirigencia de la Minga, en el mejor de los casos se logrará que una mínima parte de las ganancias obtenidas por el secuestro y la pandilla de secuestradores de Colombia sean compartidas con quienes se levantaron y bloquearon las vías en el sur-occidente de Colombia. Ni siquiera esto lo acepta esa mafia, ese estado con todos sus cómplices y seguidores. El Estado colombiano es un orden criminal. A pesar de lo evidente de esta realidad, aún cuando nos movilizamos, no es para acabar con este régimen, ni siquiera para reconocerlo como tal estudiando y aprendiendo en movilización, sino para obtener beneficios del mismo. Para obligarlo a cumplir con las funciones que ilusoriamente nos hace creer que tiene, para las que seguimos asumiendo que existe sin ninguna evidencia que lo respalde. Si Duque va a hablar con la Minga y cumple con exigencias y recursos que esta le plantea, el régimen concede un mínimo para afianzarse. La Minga nos enseña, nos debería enseñar que hay que dejar atrás este orden asesino y arrogante. Si lo que consigan va en esa dirección y nos moviliza, entonces, la Minga apenas empieza y vale la pena. Es lo único que vale la pena. La única manera de tener futuro y dignidad. Si la Minga se limita a sacarle al régimen unos recursos para organizaciones y procesos del sur-occidente, seguiremos bajo nuestros captores y a su servicio y nuestras protestas, denuncias e insurgencia serán como máximo, para participar de sus ganancias que surgen de robarnos.
Protestas en la Minga. Foto Camino Ara. El Turbión en https://elturbion.com/?p=13636

Más que una respuesta, lo que nos deja la Minga es un desafío que nos reclama auto-crítica, reconocer y despojados del régimen mafioso que nos habita, reproducimos y defendemos y acciones coherentes, diversas, colectivas, consecuentes entre todas y todos sin arribas, para que surja de allí un país de los pueblos sin dueños: o la asumimos y la extendemos por la democracia, la justicia, la vida, la paz y el territorio, o nos servimos de este discurso para mantener un orden mafioso y a la banda criminal de turno en el poder. No basta con gritar ¡Viva la Minga!. La Minga hay que vivirla, darle vida. Asumirla como resistencia consciente y transformación desde dentro y entre nos hacia afuera para que sea desafío y reclamo y no mercancía y símbolo vaciado de camino y cambio real. La respuesta depende de nuestro conocimiento, consciencia critica sobre este orden criminal y la agenda colectiva de alternativas diversas que de esto surja y se vayan tejiendo cambiándonos para cambiarlo todo y se convierta así en organización y acción. En camino. El camino de la Minga. Solamente en la medida que vayamos consolidándonos en esa dirección, crecerá nuestra vocación de libertad y fuerza. Sin consciencia ni agenda colectiva, reproduciremos el orden mafioso que nos somete y también nosotras y nosotros, aún a nombre de la Minga, seguiremos secuestrados para que ganan unos pocos. Una vez más, aún las palabras y acciones más dignas servirán al afán patriarcal de dominio de unos pocos de los que mandan de arriba para abajo.

Emmanuel Rozental
Pueblos en Camino
Abril 5 de 2019

4 comentarios en «Minga: ¡El Cauca y Colombia están secuestrados!»

  • el 6 abril, 2019 a las 12:18 am
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    Escrito sobre la movilización de 1999, del libro Las máscaras de la verdad o las voces de la mentira.

    El Estado al referirse a «las necesidades que se pueden atender», habla de aquellas que a través de su «realidad fiscal» manipula en su propio beneficio político: el estado habla, realmente, de la desarticulación de la capacidad de lucha de las masas movilizadas. El poder del discurso no se orienta a solucionar las necesidades de los excluidos, sino a solucionar las necesidades de dominio efectivo por parte del estado sobre estos sectores sociales. El dinero que el Estado compromete bajo la firma de los acuerdos se utiliza para dividir, por el método de la repartija, a los movilizados, porque la lucha puede verse reducida, posteriormente, al plano económico. La «realidad fiscal», como forma política de coloniaje de los problemas de las realidades de los pueblos, es un problema falsamente referenciado por la voz del Estado. La «radiografía» (la «realidad fiscal»), que es la voz del Estado dibujando con su propia voz los problemas de los pueblos, se propone, realmente, la imposición de un comportamiento político a los movilizados con el plan de «las inversiones presupuestadas». El margen y tamaño de las necesidades desatendidas frente al capital invertido es el escenario creado por el Estado, desde el mismo plan de desarrollo, para la contienda política. Pero en este escenario, posterior a la negociación, el Estado ya no estará presente a través de la materialidad de sus funcionarios, sino a través del terreno marcado por sus «limitaciones económicas». En este escenario son las mismas comunidades, con sus representantes, las que pueden caer en la trampa de asumir las directrices económicas impuestas por el Estado mediante los acuerdos, es decir, las delimitaciones políticas que el Estado traza como el mapa al cual deben referirse las comunidades en pugna por los recursos económicos. La «realidad fiscal» delimita el escenario; la voz del Estado se hace omnipresente como un dios que, aunque ausente, cumple su papel. (Sobre la movilización de 1999). del libro Las máscaras de la verdad o las voces de la mentira, sobre la movilización de 1999.

    Disculpen he enviado varios correo. No tengo otro medio.

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  • el 6 abril, 2019 a las 1:27 pm
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    La solución constitucional de la minga indígena
    Alejandro Reyes Posada, 05/04/2019,

    Los indígenas del Cauca han sido desplazados hacia zonas de refugio cada vez más altas de la cordillera central, donde han perdido la base alimenticia tradicional que combinaba los productos de tierras bajas, medias y altas. La expansión de la caña, la ganadería y ahora la minería tiene cercados los resguardos, donde muchos de sus predios familiares son minifundios, y el crecimiento de la población no se sostiene con el 30 % de tierras fértiles de que disponen, y menos por la falta de vías para conectar con los mercados, que hace más costosa la producción. Cualquier expansión de tierras agrícolas hacia arriba se hace a costa de la cubierta protectora del agua que irriga la caña del Valle. Es hora de pensar en un intercambio de tierras planas para los indígenas, negros y campesinos, a cambio de asegurar la existencia de los bosques altos que protegen el agua para la caña del Valle del Cauca. Se trata de cambiar tierra por agua.

    Como muchas comunidades rurales, los indígenas carecen de servicios esenciales que debe proveer la inversión pública, pero además son víctimas de la segregación racial, que los coloca en la última prioridad de las autoridades municipales y regionales. El único acceso al Estado y sus recursos ha sido históricamente el clientelismo controlado por los gamonales caucanos, que cobran una tajada exorbitante por sus servicios de intermediación, que merma y dilapida la inversión social.

    Aun si el presidente Duque accediera al diálogo, sus compromisos no serían garantía para el futuro, por la incapacidad del Gobierno para solucionar las necesidades colectivas de sus territorios y contrarrestar las presiones que los amenazan, empezando con la más apremiante del asesinato de los líderes sociales por los nuevos grupos del crimen organizado, aumentados por el crecimiento de las disidencias de las Farc, que compiten por los negocios ilícitos. La acusación sobre la infiltración de grupos armados en la minga es, al mismo tiempo, el reconocimiento del Gobierno de que los indígenas soportan la intimidación de las bandas criminales, sin protección del mismo Gobierno.

    La principal promesa incumplida es la contenida en el artículo 286 de la Constitución, que crea las entidades territoriales indígenas (ETIS) al lado de los departamentos, distritos y municipios, con gobierno propio, autonomía para recaudar e invertir sus recursos y manejar las transferencias de la nación. Debieron haberse creado en la ley de ordenamiento territorial de 2011, pero el Congreso no lo hizo.

    Un acuerdo del Gobierno con la minga para crear ahora las ETIS del Cauca con una ley, o mediante decreto, como se hizo para las ETIS de Vaupés, Guainía y Vichada en 2017, mientras se expide la nueva ley de ordenamiento territorial, sería la solución de fondo para evitar en el futuro los bloqueos para luchar por los recursos de inversión de las comunidades, al autorizar el manejo de esos recursos a sus propios gobiernos comunitarios, que tienen medio siglo de experiencia en la gestión de sus planes de vida y necesidades. La inversión de dineros públicos sería mucho más participativa y eficiente, y contaría con la vigilancia de las comunidades, en vez de seguir en manos de intermediarios y contratistas corruptos que malgastan los recursos y provocan nuevas movilizaciones de protesta. Sólo así podremos ser de verdad una nación pluriétnica y pluricultural, como dispone la Constitución, y reconocer la dignidad y capacidad de los pueblos indígenas para gobernarse.

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  • Pingback: La Minga, para ser Minga, tiene que ser colectiva – Pueblos en Camino

  • el 11 abril, 2019 a las 9:48 pm
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    Cada acuerdo firmado, cada «proceso de paz», cada «amnistía», en colombia solo han significado una etapa de tránsito hacia nuevas etapas de los procesos represivos y de formas de explotación.
    ¿»Desarrollo»? ¿»Democracia»? Esta es la israel de latinoamérica.

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